Severa advertencia de China a Hong Kong: “El uso de la fuerza es una opción”
Pese a la dura represión de las últimas semanas, se han convocado nuevas marchas para este fin de semana. Beijing desplegó tropas y se temen enfrentamientos.
La población de Hong Kong inició el fin de semana en un clima de tensión, con la convocatoria a nuevas protestas pese a la prohibición, luego de los duros enfrentamientos del martes en el aeropuerto y bajo el fantasma de una intervención militar de China, quien advirtió que no descarta el uso de la fuerza para aplacar el enorme movimiento contra el gobierno.
La megalópolis del sur de China vive su peor crisis en los últimos 20 años, con manifestaciones casi diarias desde junio, que han terminado muchas veces con una dura represión y decenas de detenidos.
Este movimiento se ha convertido en un fuerte desafío para el control de Beijing sobre Hong Kong, la ex colonia británica devuelta al gigante asiático en 1997. Las autoridades chinas endurecieron en los últimos días su posición. Asimiliaron las protestas con actos de “terrorismo” y aseguraron que las autoridades no se quedarán “de brazos cruzados”.
Medios estatales chinos difundieron imágenes de soldados y tanques en Shenzhen, la metrópolis china fronteriza a Hong Kong. Washington advirtió a Beijing ante una acción militar que, según los expertos, tendría consecuencias desastrosas en términos de imagen y también a nivel económico.
El despliegue de las fuerzas paramilitares en Shenzhen “es una clara advertencia para los revoltosos de Hong Kong”, escribió el diario nacionalista chino Global Times, publicado en inglés. Pero aclaró que una eventual intervención armada en Hong Kong no llevaría a una nueva masacre como la de Tiananmen.
“El incidente en Hong Kong no será una repetición del incidente político del 4 de junio de 1989”, indicó el diario, refiriéndose a la violenta represión de las protestas en esa emblemática plaza de Beijing. Fue el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, quien pidió a Beijing no generar una “nueva” Tiananmen.
En tanto, en un editorial titulado “Es inútil que Washington juegue la carta de Hong Kong”, el Diario del Pueblo, voz del Partido Comunista Chino, asegura que Estados Unidos “no estará en condiciones de intimidar a China usando los tumultos de hace 30 años”. “China es mucho más fuerte y más madura y su capacidad de manejar situaciones complejas creció mucho”, afirma el texto. “Si el estado de derecho no puede ser reinstaurado y las revueltas se intensifican, entonces será imperativo para el gobierno central realizar acciones directas en el respeto de la Ley Básica”, la Constitución de Hong Kong.
Las manifestaciones, que sacaron a las calles a millones de personas, comenzaron en oposición a un proyecto de ley que habría permitido las extradiciones a China continental. Pero, aún después de que la gobernadora Carrie Lam -muy cercana a Beijing- suspendiera la norma, el movimiento se convirtió en una protesta más amplia en defensa de las libertades democráticas y contra la influencia de Beijing en el territorio.
Luego de un silencio de varias semanas sobre el tema -lo que hizo que lo acusaran de mantener una posición indulgente respecto al régimen chino-, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el jueves que estaba “preocupado” por el riesgo de una represión violenta, que podría empeorar aún más las relaciones entre China y Estados Unidos, inmersos en una guerra comercial.
Trump también anunció que tenía previsto hablar “pronto” con su par chino Xi Jinping y exigió a Beijing que resolviera “de una forma humana el problema en Hong Kong”.
Varias marchas fueron convocadas a partir de hoy, y mañana está prevista una gran concentración presentada como “racional y no violenta”, con el objetivo de mostrar que el movimiento sigue teniendo un gran respaldo popular pese a los enfrentamientos en el aeropuerto internacional de Hong Kong, esta semana.
Tras haber expresado sus exigencias de forma pacífica en un primer momento, el martes adoptaron técnicas más agresivas, creando barricadas con los carritos de las maletas para bloquear a los pasajeros en la zona de salidas del aeropuerto.
Estas escenas lastraron la imagen de un movimiento que gozaba de una gran popularidad. Los medios estatales chinos utilizaron estos enfrentamientos para exaltar el carácter violento de los manifestantes.
Ayer, miles de estudiantes secundarios y universitarios de Hong Kong se concentraron en el centro de la ciudad con la intención de pedir ayuda a EE.UU. y Reino Unido en sus protestas para garantizar la independencia judicial del territorio respecto de China. Para hoy se han organizado concentraciones, prohibidas por las autoridades, en los barrios de Hung Hom y To Kwa Wan, en el sector marítimo de la ciudad, una zona muy apreciada por los turistas procedentes de China continental. ■
El asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump pidió a China que no se repita Tiananmen.