Tras las críticas, Israel autorizó la visita de una legisladora de EE.UU.
Tras la polémica que despertó, Israel autorizó este viernes la entrada en su territorio a la congresista demócrata estadounidense Rashida Tlaib, pero sólo para una “visita humanitaria”. Así cambió su posición, ya que las autoridades israelíes habían prohibido el jueves las visitas de Tlaib y de otra diputada, Ilhan Omar, debido a su apoyo a la campaña de boicot al Estado hebreo.
Israel condicionó la visita de Tlaib a fines netamente humanitarios y no políticos, luego de que la diputada indicara que deseaba ver a su abuela, en Cisjordania. Tlaib, una abierta detractora de la ocupación israelí en suelo palestino, rechazó cualquier condicionamiento.
"Cuando gané (su banca en el Capitolio), eso le dio a los palestinos la esperanza de que alguien diría finalmente la verdad sobre las condiciones inhumanas", afirmó Tlaib, hija de palestinos, aunque nacida en EE.UU. “No puedo permitir que el Estado de Israel quite esa luz humillándome y usando mi amor por mi abuela para plegarme a sus políticas opresivas y racistas", agregó.
El ministro del Interior israelí, Arye Deri, y el primer ministro Benjamín Netanyahu, confirmaron el jueves el veto a las dos congresistas demócratas, tras un pedido expreso que había hecho en ese sentido el presidente estadounidense, Donald Trump.
La decisión se hizo pública poco después de que Trump dijese en un tuit que Israel "mostraría gran debilidad" si permitiese entrar a las congresistas, que han protagonizado fuertes encontronazos con la Administración republicana y a las que el presidente estadounidense acusa de "odiar a Israel".
Trump incluso sugirió públicamente que estas legisladoras, junto a otras de origen extranjero, abandonen Estados Unidos si no están conformes con los rumbos del país.
Tanto Tlaib como Omar apoyan al movimiento BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones), que llama a boicotear económica, cultural y cientificamente a Israel para protestar contra la ocupación de los Territorios Palestinos.
Israel votó en 2017 una ley que permite prohibir la entrada en su territorio a los partidarios del BDS, a los que denuncia como antisemitas, acusaciones que ellos rechazan. El gobierno israelí utilizó esa legislación para prohibirles el ingreso.
La negativa de Tlaib a ingresar sólo para ver a su abuela despertó la crítica del gobierno israelí. “Aprobé su petición como un gesto de buena voluntad por motivos humanitarios, pero se trataba solo de una petición provocadora, que buscaba vapulear al Estado de Israel”, lamentó Deri. ■