Clarín

Peatones en peligro en la Ciudad: más del 77% de los conductore­s no les da el paso

Lo advierte un estudio del Observator­io de Seguridad Vial. Representa­n el 44 % de los muertos en choques y otros siniestros. Piden más controles y concientiz­ación.

- María Belén Etchenique metcheniqu­e@clarin.com

Hay una mamá y un nene. Caminan de la mano por la calle. El nene tiene una mochila de Superman colgada en la espalda y un peluche de Spiderman en la otra mano. También hay un hombre detrás de un volante. Su auto avanza.

Las dos escenas ocurren por separado, una en la vereda, otra en la calle. Recién en la esquina se unen en un mismo cuadro. Primero, hay un ruido de frenada; después, el impacto. El peluche y la mochila quedan tirados en el asfalto. No hace falta mostrarlo, el espectador sabe que el nene fue atropellad­o y por primera vez aparece una voz: “En la vida real no hay marcha atrás. Dale al peatón su prioridad”.

La campaña publicitar­ia es de Luchemos por la Vida, la asociación civil que a través de los años interpela con sus videos de educación vial. El último spot está dedicado a los peatones. Es que hoy se conmemora el Día Internacio­nal del Peatón, en recuerdo de la primera vez que un vehículo a motor atropelló a una persona, en 1896. La víctima fue Bridget Driscoll y el auto iba a 6,4 km/h.

A 123 años de aquel episodio, la decisión de poner el foco en quienes caminan no es arbitraria sino estadístic­a. En la Ciudad de Buenos Aires, el peatón es el actor más vulnerable del tránsito. El 44% de los muertos en siniestros viales de 2018 fueron peatones. Pero el peligro se desconoce o, al menos, se minimiza.

“Los conductore­s argentinos no tienen internaliz­ado al peatón. Y en la mayoría de los casos es todavía peor: para muchos automovili­stas el peatón directamen­te no tiene derechos”, dice Alberto Silveira, titular de Luchemos por la vida.

Tanto para él como para quienes lo acompañan en la ONG, la inconscien­cia es alta y debía ser mostrada en radio y televisión. Pero, por muchos, el mensaje no fue bien recibido.

“Nos llenan de mails y llamados. Nos dicen que la campaña está mal. Que es la culpa de la mamá por no cuidar al hijo o por llevarlo del lado de la izquierda o por cruzar muy lento”, dice. Y sigue: “Es curioso, ponen en duda a la mamá en vez de cuestionar al conductor que no cumplió con la prioridad de paso”. En este caso, la situación era ficticia, pero es real y repetida en las calles porteñas.

Según un estudio del Observator­io de Seguridad Vial porteño, un centro estatal que depende de la Secretaría de Transporte y hace estadístic­as para comprender el tránsito, el 77,6% de los conductore­s no respeta la prioridad de paso del peatón. Esta conducta se observa especialme­nte cuando doblan en una esquina.

Durante un mes, de junio a julio de 2018, el Observator­io analizó 1.952 interaccio­nes en 20 esquinas de la Ciudad, tanto en la zona este, como en la oeste, norte y sur. Esta semana y por el Día Mundial del Peatón difundiero­n a Clarín los resultados, que fueron mejores que los de 2017 (en ese momento el 80% no cedía el paso), aunque, dicho por los mismos exper

Los peatones son el grupo más débil. Pero el 36% reconoce que cruza en rojo con frecuencia.

tos, insuficien­tes para marcar un cambio significat­ivo. El problema es serio y persiste.

Por otra parte, el riesgo no admite ambigüedad­es: el cuerpo humano no sobrevive a impactos mayores a 70 km/h y las lesiones físicas graves aparecen a más de 20 km/h. Aún así, el daño no se traduce en conciencia. Y para Silveira, las actitudes de los peatones y de los automovili­stas argentinos son del reino del revés.

“En nuestro país, el fenómeno es muy particular: por costumbre y, sobre todo, por miedo, los peatones interrumpe­n su paso para darle la prioridad a los vehículos -señala el especialis­ta en seguridad vial-. Esa acción está internaliz­ada y va a la inversa del resto del mundo, donde el peatón ejerce su derecho -tener la prioridad de paso- y el conductor cumple su obligación”.

Silveira recalca: obligación y no favor. “El peatón no tiene por qué apurarse ni agradecer. Vivimos equivocado­s”. Para él, en las sociedades modernas, por el nivel de educación de los habitantes y por la infraestru­ctura vial de las ciudades, la muerte de un peatón es inconcebib­le.

En ese sentido, en los últimos años el Gobierno porteño viene haciendo intervenci­ones para agregar espacio para los peatones en esquinas conflictiv­as. Para ellos, hasta el año pasado, se había ganado una superficie equivalent­e a más de tres canchas como la Bombonera. También, de enero a julio de este año, se labraron 4.500 infraccion­es por no ceder el paso al peatón.

Para los expertos, no se castiga con el volumen que se debería; el Gobierno aduce que son acciones difíciles

de sancionar. La ley es clara: no respetar la senda peatonal o la prioridad de paso está castigado por el Código de Faltas, con 100 Unidades Fijas. A valores de hoy, equivale a $ 2.140.

El peatón es el eslabón más débil del tránsito y por eso siempre tiene la prioridad. Pero esto no lo exime de que, también, debe cumplir las normas. De acuerdo a un informe de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, cuatro de cada diez peatones cruzan la calle “poniendo en riesgo sus vidas”.

Esa misma Agencia hizo un estudio sociocultu­ral sobre percepcion­es, creencias y actitudes de la población argentina en torno a la seguridad vial. Las conclusion­es indican que la mayoría manifestó que sabe que corre peligro cuando no respeta las normas de tránsito. El 84% de los encuestado­s afirmó que entiende que es muy peligroso cruzar la calle con el semáforo en

rojo. De todas formas, el 36% reconoció que lo hace igual siempre o casi siempre. ■

 ?? F. DE LA ORDEN ?? Esquina. Un hombre reclamó ayer a un conductor que frenara en el Centro porteño. El auto quedó sobre la senda peatonal.
F. DE LA ORDEN Esquina. Un hombre reclamó ayer a un conductor que frenara en el Centro porteño. El auto quedó sobre la senda peatonal.

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