Mientras Peña resiste, en el Gobierno estudian otras medidas
En el Gobierno dicen que atacarlo es dañar al Presidente. Analizan cómo mejorar la situación de jubilados.
La derrota electoral dejó al Gobierno aturdido y con las decisiones “día a día”. El cortísimo plazo también funciona como respuesta sobre el escenario incierto ante la posibilidad de más renuncias. El domingo transcurrió sin cambios, aunque la situación de Marcos Peña no terminó de despejarse luego de la salida del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Con el palazo en las primarias, como lo definió el propio Mauricio Macri, el jefe de Gabinete y de campaña quedó más que nunca pendiente del hilo de confianza que nunca le quitó el Presidente.
“Es de amianto. La verdad, lo admiro”, le dedicó en la semana un alto funcionario, con algo de reproche en la sorpresa ante la falta de expresión o la reacción contenida según su mirada. Otros lo describieron distinto. “Yo no lo vi bien. Aunque no se le note, está caído. Pero hay que ver qué dice Mauricio y en todo caso, igual que con Dujovne, ver quién podría reemplazarlo y si suma”, dijo un ministro a Clarín. Si en el Gobierno adjudicaron los 15 puntos de ventaja de Alberto Fernández principalmente a los efectos de la crisis económica, la diferencia tan amplia inesperada por la Casa Rosada generó pases de factura para Peña y potenció cuestionamientos de una parte del oficialismo.
“Hubo una subestimación del ajuste, pero también una falla evidente en el laboratorio electoral”, resumió un integrante del Gabinete. Ninguno lo consideró firme en su puesto, aunque tampoco se animó a darlo afuera: Marcos es Mauricio, se repitió como argumento de su continuidad.
Otros acudieron a las experiencias de los últimos presidentes radicales que no terminaron sus mandatos: “Con la renuncia de Nico (Dujovne) es suficiente. Cambiar más no necesariamente da buen resultado”, planteó un funcionario que remitió a las últimas decisiones de Raúl Alfonsín y Fernando De la Rúa.
Durante la semana la posible salida de Peña también involucró y formó parte de la discusión con los aliados del macrismo. “Yo ya le dije a Marquitos: es un mártir, muchacho, acostumbrate, y él entendió. Todos tenemos que sostener a Marcos, porque le pegan para pegarle a Mauricio”, dijo Elisa Carrió, durante su encendido -y controvertido- discurso durante la reunión de Gabinete ampliado en el CCK. En el paso de los radicales por la Casa Rosada, el propio Peña preguntó a Alfredo Cornejo y a Gerardo Morales si esperaban que hubiera cambios. El gobernador de Mendoza respondió que tendrían sentido en el marco de un acuerdo con Fernández.
María Eugenia Vidal, con motivos para pasarle factura por la negativa a desdoblar la elección bonaerense de la nacional, prefirió mantenerse aparte: “Ella no se va a meter, es una decisión de Mauricio”.
En paralelo los funcionarios siguieron estudiando medidas con el objetivo de mostrar a Macri competitivo hasta el final, ahora con el foco en los jubilados, un sector que había quedado afuera de los beneficios anunciados la semana pasada.
Fuentes de la Casa Rosada informaron que el análisis incluyó el anticipo del aumento de diciembre -sumarlo al 12,22% que comenzará a pagarse en septiembre-, un bono de entre $ 2.000 y $ 3.000, y rebajas en medicamentos, entre las posibilidades que terminarán de definirse en la reunión del recién incorporado Hernán Lacunza con Macri.
Sin embargo, en el entorno del nuevo equipo económico consideraron que no es factible un bono, por el costo fiscal que significaría. Podría superar los $ 100.000 millones.
“La lógica es que la campaña tenga un correlato con las medidas tomadas”, adelantó un funcionario sobre la estrategia que comenzará a establecerse y a rodar en las próximas horas, con el objetivo para el Gobierno de salir del sacudón y no dar por abandonada la pelea electoral aun con la diferencia de las PASO. Uno de los propósitos será dejar atrás la rigidez presupuestaria y monetaria, atada al acuerdo con el FMI, para intentar recuperar sectores que apoyaban a Macri. El paquete ya en marcha - congelamiento del precio de las naftas, suba del mínimo no imponible en Ganancias, bono para beneficiarios de AUH y eliminación del IVA para productos de la canasta básica- fue en esa dirección e hizo prácticamente inevitable la renuncia de Dujovne, en desacuerdo con ese camino.
“No vamos a entregar el 30% que nos apoya”, replicó un ministro una de las líneas discursivas para mantener la expectativa. Algunos en Balcarce 50 todavía hablan de una chance de remontar, la consigna tres puntos más de Juntos por el Cambio y tres menos el Frente de Todos -quedaría un resultado de balotaje-, otros admiten que la prioridad será llegar al 27 de octubre lo mejor posible. ■
Si se hubiera visto venir la derrota por tanto margen, el paquete se hubiese largado antes.