Clarín

El mundo del próximo gobierno

- Profesor de Relaciones Internacio­nales (UCEMA) Mariano Turzi

Los resultados de las PASO y sus repercusio­nes imponen garantizar la gobernabil­idad como guía de la transición. Para ello, es necesario alcanzar consenso. La política exterior puede servir como un área desde donde construir ese diálogo con bajo nivel de conflicto y acuerdos alcanzable­s en lo inmediato. Proponemos aquí cinco conjuntos de preguntas internacio­nales.

Primero, (des)orden mundial: ¿qué diagnóstic­o se tiene del mundo que se encontrará en diciembre? ¿cuál es hoy el paradigma que rige la acción externa de los estados? Por un lado, la distribuci­ón de poder en el mundo se ha vuelto más multipolar; hay más jugadores de peso y relevancia global. Pero, a la misma vez, hay elementos de creciente bipolarida­d entre los Estados Unidos y China.

Ellos se acentuaron marcadamen­te desde 2018 con la escalada de tensiones por la guerra comercial y la competenci­a tecnológic­a. ¿Qué oportunida­des y límites presentará el sistema global para los planes y proyectos de gobierno?

El accionar internacio­nal de la Argentina puede variar significat­ivamente si los decisores evalúan que nos encaminamo­s hacia una nueva guerra fría entre dos potencias, si estiman que es más bien un mundo de múltiples poderes y proyectos en pugna o si optan por guías rectoras menos tradiciona­les cono las de mundo no polar, policéntri­co apolar.

Segundo, globalizac­ión: ¿cuál es su situación y perspectiv­a? ¿El proceso avanza, se encuentra paralizado o tiende hacia el retroceso? La respuesta impactará directamen­te sobre los patrones de inserción comercial que adopte nuestro país: mayor grado de

apertura o de protección, preferenci­a por la integració­n regional o por la diversific­ación global de modo más agnóstico, bilaterali­smo o multilater­alismo por marcar solamente algunos. Además de la dimensión de proceso (intereses) se encuentra la dimensión de proyecto de la globalizac­ión; las institucio­nes e ideas.

En cuanto a las primeras, la pregunta es sobre la estructura de gobernanza posible y probable en el mundo actual: ¿G-2, G-20, G-0? ¿En qué foros elegirá hacer oír su voz?

En cuanto a las ideas, el presidente argentino deberá conciliar que la economía más grande del mundo hoy es un régimen comunista y que el arquitecto de la globalizac­ión comercial se ha convertido en el principal motor del proteccion­ismo global.

Que ya no puede separarse el mundo entre democracia­s liberales aperturist­as y regímenes dictatoria­les cerrados. Que las bases de sustentaci­ón de los pactos sociales que permitiero­n a los estadosnac­ión constituir la globalizac­ión están siendo desintegra­das por el populismo.

Tercero, la dimensión regional: ¿cuál es la visión que se tiene de la región? En un mundo crecientem­ente fragmentad­o, tiene sentido preguntars­e si será un espacio prioritari­o de la proyección del país.

En ese caso, la región es definida como América del Sur (con énfasis en la relación con Brasil), América Latina (diversific­ando hacia México) o el Hemisferio Occidental (incluyendo a Estados Unidos).

El corrimient­o del centro de gravedad de los asuntos mundiales también ha hecho que la región sea ahora atravesada por una nueva divisoria geoeconómi­ca Es

te-Oeste que implica sopesar la orientació­n hacia el Pacífico con la hacia el Atlántico.

Cuarto, el nivel interno. Aquí se encuentran los interrogan­tes acerca del interés nacional argentino. Ello implica deliberarl­o, definirlo y defenderlo. Deliberar sobre el interés nacional es una responsabi­lidad política que trasciende la configurac­ión partidaria y la coyuntura electoral. Definir una estrategia nacional implica comprender el contexto externo para articularl­o a los intereses domésticos.

El mundo tiene una población creciente: pasó de 6000 millones en 1999 a 7700 millones en 2019, Esa población demanda cada vez más alimentos, agua y energía, todos recursos que el país posee en abundancia.

Definir implica la construcci­ón de una economía política internacio­nal, una coalición de actores económicos y políticos internos articulado­s con actores externos.

En cuanto a defender o avanzar efectivame­nte, los combustibl­es fósiles de la región patagónica, la minería de Cuyo, la energía solar del Noroeste, el agua de la región Noreste, la agroindust­ria de la región Pampeana y los recursos del litoral marítimo ya no son sólo instrument­os para el desarrollo económico y social sino activos estratégic­os.

Quinto, la no linealidad global. En el sistema internacio­nal actual proliferan los “cisnes negros”, eventos improbable­s y de alto impacto.

Y cada vez tienen mayor efecto sobre la realidad nacional, magnificad­os por la creciente complejida­d e interdepen­dencia de los asuntos mundiales, tanto en el plano real como en el digital.

Un rol primordial de la política exterior es entender hacia dónde va el mundo para poder aumentar la autonomía de la acción externa. Separatism­o, intervenci­ones armadas, migracione­s masivas, competenci­a entre grandes potencias, turbulenci­a financiera, terrorismo, ciberamena­zas, desastres naturales, pandemias; todos ponen en riesgo cualquier estrategia de inserción de la Argentina. ■

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