Seguir adelante después del escándalo
Mientras avanza la causa de abuso sexual contra el hijo de Mario Teruel, el grupo presenta “Sol nocturno” en formato de trío. “Siempre dimos la cara”, aseguran.
Cuando Los Nocheros planeaban cómo sería el 2019 para el grupo, imaginaban un año distinto. Aún dentro de la rutina festivalera del verano, que los tuvo cerrando la 59 edición del Festival Nacional del Folclore de Cosquín, la incorporación de la voz de Magui Soria al sonido del cuarteto y el inminente lanzamiento de Sol nocturno eran dos entre muchas razones para abrir fuertes expectativas sobre lo que se venía para Kike, Mario y Alvaro Teruel y Rubén Ehizaguirre.
Sin embargo, en mayo, la detención de Marcos Lautaro Teruel, hijo de Mario, hermano de Álvaro y sobrino de Kike, a raíz de una denuncia por abuso sexual y exhibiciones obscenas contra una menor, desató un temporal que sacudió, y sigue conmoviendo, la cotidianidad del grupo.
Enseguida, su padre decidió alejarse de la actividad del cuarteto. “Ante los hechos que son de público conocimiento he decidido tomarme un tiempo fuera de Los Nocheros para acompañar a mi hijo Lautaro en el proceso judicial que atraviesa”, escribió Mario en las redes sociales, mientras sus compañeros de ruta decidían seguir adelante, y estrenaban en un Radio City Roxy marplatense colmado su flamante álbum Sol nocturno.
Y había más. Porque desde entonces, no sólo se agravó la situación judicial de Marcos Lautaro, por un cambio de carátula de la causa a “abuso sexual con acceso carnal continuado por el grave daño en la salud de la víctima y corrupción de menores”, sino que su papá debió comparecer ante la Justicia por el hallazgo de plantas de marihuana en su casa en el marco de la imputación contra su hijo.
Ahora, un par de meses después del cimbronazo, Kike, Rubén y Álvaro saludan desde Salta (vía Skype); el 30 y 31 de este mes presentarán Sol nocturno en el Teatro Ópera Orbis. Y exponen sin maquillaje el aquí y ahora que atraviesan.
Kike: Hoy, el temporal sigue. Sigue, pero estamos adentro… Esto no se pasa porque la noticia deja de estar en los medios. No, esto es algo interno, es algo familiar... Y le pongo al negro (Ehizaguirre) la camiseta Teruel, como se la puso siempre… Porque nosotros somos Los Nocheros, somos como uno solo. Y el temporal no pasó, pero nos agarra dentro de la casa, firmes y trabajando. Si a vos o a quien sea les pasara algo parecido -¡Dios quiera que no, a nadie!-, al que le pasa, tiene otro trabajo. Y el nuestro es ir, y mañana estar en el Atahualpa, con 25 mil personas, y después en Tres Algarrobos no sé con cuánta gente. O sea, el trabajo nuestro es siempre poner la cara. Pero tenemos la decisión de que la cara nuestra y la voz las ponemos para cantar. Esa es la manera en que hemos encarado esta situación. No tenemos otra. Todo lo demás, todo lo demás que podemos hablar de esta situación ya tiene que ser en otra sección del diario.
-¿Llegaron a pensar en parar? -Nunca. Es más, el show de San Luis, que era el que seguía cuando apenas surgió todo, no lo paramos nosotros. Nosotros pensábamos seguir normalmente. A pesar de lo que ha pasado internamente, en la familia de Alvaro y Mario, más allá de que la onda expansiva nos ha golpeado a todos y de asimilar semejante golpe, había que seguir.
-¿Y cómo se sienten con el rumbo que va tomando el nuevo material? Kike: Nosotros estamos muy felices. A esta altura de nuestra carrera, pareciera que deberíamos estar más relajados o más tranquilos. Pero por suerte no lo tomamos así. Porque teníamos muchas expectativas con respecto a cómo la gente toma las canciones. Estamos en la etapa en la que mucha gente quiere escuchar siempre lo mismo, a Los Nocheros de siempre. Para muchos ya somos clásicos; pero uno, como artista, y el desafío de siempre es mostrar las canciones nuevas. Sonido nuevo es difícil, porque ya hay un sonido Nocheros estandarizado. Pero sí canciones nuevas. En este disco hemos conseguido eso, todos temas nue
Más allá de que la onda expansiva nos golpeó a todos, sentimos que teníamos que seguir”. Kike Teruel
Apenas lanzamos ‘Sol nocturno’ me sorprendió lo rápido que la gente conocía las canciones”. Rubén Ehizaguirre
Todos hemos cantado en una situación que no fue la más favorable para nosotros...”. Álvaro Teruel
vos. La idea de que cada uno trajera los temas que quería que cantáramos funcionó muy buen. Porque cuando vamos a cantar nos entendemos perfectamente los cuatro. -Rubén, ¿qué tan difícil es mostrar las canciones nuevas?
Rubén: Mirá, cuando empezamos a presentar Sol nocturno me he sentido sorprendido porque recién habíamos lanzado tres canciones del disco y parecía que la gente las conocía desde siempre. No sé si es por las redes, o si la gente estaba muy expectante, porque el último disco había sido Trío, cuando Kike se había ido a España por un año. Y no te digo que las conocieran como a En
tre la tierra y el cielo, pero nos sorprendió.
-¿Cómo se hace para no caer en la tentación de ir a la fórmula que les dio éxito?
Rubén: Para nosotros, lo importante, ante todo, es tratar de encontrar la canción, tener claro qué es lo que le querés ofrecer a la gente. Ese es el punto de partida primordial. Si no tenés la canción, hagas lo que hagas no te vas a comunicar. La formula, si querés, ya existe: va por la balada romántico, bonita, bien cantada por nosotros… Ahora, ¿es fácil eso? No es tan fácil. Nosotros hemos intentado un montón de canciones y no hemos logrado la respuesta que esperábamos. Tratamos con El pim pim, que es un ritmo que nunca habíamos hecho, super autóctono, que hasta tiene una base muy reguetonera, pero no funcionó como esperábamos. Kike: Nos decían que queríamos hacer algo parecido a Despacito. Nos mataron. Nos han pegado por todo. Nuestro sueño, por ejemplo, era grabar con arreglos de Bebu Silvetti; pero no porque quisiéramos parecernos a Luis Miguel, sino porque era maravilloso lo que él hacía con las canciones románticas. Lo hicimos y ha sido muy bien recibido. Pero con cosas como El pim pim nos han matado.
-¿Qué lugar le dan a la crítica? ¿Les molesta?
Kike: Ustedes la empezaron. Los primeros que le han puesto “folclore erótico” a lo que hacemos ha sido Clarín. “Folclore pop…” Pero son dos cosas muy distintas la opinión y la crítica destructiva. Nosotros hemos llegado a decirle a un periodista que si quería ir a vernos pagara la entrada. Porque escribía con saña. Nosotros hemos tomado muy bien la opinión de quienes decían que hacíamos folclore pop, o incluso eso del folclore erótico… Era erótico para el folclore, pero se trataba de un mensaje de amor. Era romántico. A mí sí me molesta la critica cuando es destructiva, porque nosotros hacemos música. Y con la música no podés ser dañino ni causarle problemas a nadie. Nosotros nunca dijimos “vamos por acá”. La dirección nuestra siempre fue musical; nunca nos interesó molestar al tradicionalista o despotricar contra lo más clásico. Entonces, esa crítica sí me molestaba, porque entendía que le estaban dando un mensaje equivocado a la gente. Porque le decían algo así como el folclore no podía ir por el lado por el que íbamos nosotros.
Rubén: Cuando nosotros habíamos salido y nos ponían todas esas etiquetas, siempre me ha causado gracia. Pero siempre lo he tomado desde el lado del desconocimiento por parte de los medios porteños. Yo siempre había emparentado a la gente de Buenos Aires con el conocimiento del folclore de Atahualpa, de Larralde, de los Chalcha, Guaraní, Mercedes, o por ahí algún grupo vocal como Opus 4 o los Zupay, y que por ahí no llegaban más allá de eso. Ahora, después de tanto tiempo y de tanta agua que ha pasado debajo del puente, ya está, y falta mucho por escuchar, por aprender…
-En estos tiempos, la cuestión de género tomó el centro de la escena. ¿Tuvieron que revisar su cancionero en busca de expresiones que hoy podrían ser cuestionadas?
Rubén: A las canciones hay que evaluarlas de acuerdo al momento en que fueron escritas... No creo que nadie que haya compuesto una canción que hoy pueda ser mal vista lo haya hecho pensando en herir a la mujer… Entonces, si la canción le cae mal ahora a alguien, puede ser por el momento que se vive, pero de ahí a prohibirla, creo que es medio ridículo.
Kike: De todos modos, lo más violento que podemos hace nosotros es cantar “voy a comerte el corazón a besos”.
Rubén: Por ahí con la cuestión política es otra cosa. Pero una canción que dijera algo de la mujer, que haya sido escrita 15 o 20 años atrás, que vos ahora digas que no se la puede cantar, no me parece. ■