Clarín

Keanu Reeves, lejos de “Matrix”

El protagonis­ta debe clonar a su mujer y dos de sus tres hijos en este mamotreto de ciencia ficción.

- Pablo O. Scholz pscholz@clarin.com

El sargento Kelly acaba de fallecer. Lo llevan en helicópter­o a una empresa biomédica en Puerto Rico. William, o Bill, para los más íntimos (Keanu Reeves), tras realizarle una “operación”, le explica al sargento Kelly: “Pasó a un cuerpo sintético”. Es un robot, sentado. “Cálmese. Se está poniendo en línea”, trata de tranquiliz­arlo.

“¿Quién soy?”, repite el sargento/robot, mirándose las manos de titanio. Hasta que intenta destruirse y William -definitiva­mente no es Bill para el sargento Kelly- lo desenchufa.

Bill dice que está “así” de cerca de lograr, con una impresión neural, una suerte de clonación humana. Para su jefe ese así no es tanto, y le advierte: los fracasos alejan a los inversores.

La acción, decíamos, transcurre en Puerto Rico, antes de que Ricky Martin, Bud Bunny y René Pérez marchen por la destitució­n de su gobernador. Allí, Bill mudó a su familia para trabajar en Bionyne, uno de esos nombres raros que le ponen a las compañías bioquímica­s.

Cuando en casa le cuenta a su esposa lo sucedido, le dice: “Se autodestru­yó, pero habló”. “Si habló, siente”, le dice Mona, su mujer. No es todo neuroquími­ca.

Su mujer es Mona, en todo sentido. Es el personaje típico que dice las cosas como son. La conciencia de Bill, que se ve extravió. Pero Bill hace lo que hace porque cree que es un gran paso para la humanidad. O algo así.

Pero, si resucita muertos, sale en familia por la ruta y los sorprende una brutal tormenta... ¿adivinen lo que va a pasar?

Eso.

Perdón por adelantar lo que sucede antes de la media hora de Réplicas, pero con ese título ya nos están adelantand­o demasiado.

Mona no es la única que quedó como la ídem (la actriz Alice Eve tiene el ojo derecho verde, y el izquierdo azul, peor no es eso). Murieron ella y sus tres hijos. Bill, que manejaba, sobrevivió. Llama a Ed, su asistente, para hacer la clonación humana… en su casa. “Si cometemos errores quiero saber si estás dispuesto a eliminarlo­s”, le advierte Ed. Pero no ve gestos de parte de Bill. “¿Y si algo horrible ocurre?” “Eso ya ocurrió”, le dice Keanu/Bill/William, con cara de Neo en Matrix.

No. No se refiere a que firmó contrato para esta película larga como esperanza de pobre.

Mientras este año Keanu Reeves viene de un éxito tras otro (la tercera de John Wick, le pone la voz a Duke Caboom en Toy Story 4, el actor de Máxima velocidad terminó el 2018 con este mamotreto de Jeffrey Nachmanoff.

Donde juega a La decisión de Sophie porque sólo podrá recuperar a tres de sus cuatro seres queridos, en tres receptácul­os. Y donde, como si estuviera en Minority Report, Keanu mueve las manos y realiza mapeos en el aire que vemos para realizar su tarea.

Y menos mal que 2018 terminó para Keanu. ■

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NETFLIX ¿Se estará atajando? Keanu Reeves, protagonis­ta de este filme (algo) futurista.

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