Manal, letra y música, desde otros tiempos
Aquella esquina de Figueroa Alcorta y Pueyrredón, de tránsito casi obligado para los estudiantes de derecho, también guarda el recuerdo de episodios célebres. Enfrente, junto a los accesos a Recoleta, ahora los fines de semana están acaparados por artesanos, turistas o músicos alternativos. Otra música se escuchó allí, potente, medio siglo atrás, con el Festival Pinap donde coincidieron legendarios grupos de la etapa fundacional del rock argentino: Vox Dei, Almendra. Tocaban Pappo con la Conexión N° 5 y Nebbia, ya disueltos Los Gatos. Las crónicas recuerdan que más de seis mil personas disfrutaron el show central, que marcó la consagración de Manal. Sólo el paso del tiempo nos devuelve la emoción de Avellaneda Blues, Avenida Rivadavia, Una casa con diez pinos o las míticas No, Pibe y Jugo de Tomate (frío). Manal fue precursor del blues local -según expertos en la música popular- y de una poesía asociada a sentimientos bien de época y de ciudad. El trío de Javier Martínez, Alejandro Medina y un entonces jovencísimo Claudio Gabis se mantuvo por apenas cuatro temporadas (sin contar efímeros reencuentros de las décadas posteriores).
A sus 70 y pico, Martínez aún sigue en la carretera, prepara su sexo álbum solista y su propio trío tocó hace poco en el Teatro Brown, en La Boca. “No miren a otros argentinos como un enemigo, que nos vamos a atrasar otros cien años”, afirma, con el espíritu de cerrar cualquier grieta. “No debes cambiar tu origen / ni mentir sobre tu identidad / es muy triste negar de dónde vienes / Lo importante es adonde vas” era su sello, desde aquellas veladas, hasta hoy, por siempre. ■