Hay que mirar el impacto económico de los incidentes viales
Prevención. Los especialistas recomiendan bajar las velocidades máximas y la alcoholemia tolerada.
Los resultados del estudio sobre impacto económico de las lesiones causadas por el tránsito en el sistema de salud deben ser utilizados como un instrumento de difusión de la importancia de la prevención.
Debe ser prioridad para un país incorporar la mirada del impacto económico para establecer medidas comprobadamente efectivas, tales como mejorar y fortalecer la aplicación de las leyes que establezcan límites de velocidad, prohíban manejar bajo efecto del alcohol, obliguen el uso de cinturón de seguridad a todos los pasajeros, la utilización de sillas de retención para el transporte de niños y el empleo de casco para todos los usuarios de motocicletas.
Argentina tiene buenas leyes para obligar el uso de equipamientos protectores. La OMS también recomienda establecer el límite de velocidad en áreas urbanas de 50 kilómetros por hora y colocar los límites de alcohol en la sangre de conductores jóvenes en 0.2 g/l. Cuando se analizó el cumplimiento de las leyes en un rango de cero a diez, la nota de la aplicación de la ley fue 5 para el control de velocidad, 6 para el control de la conducción bajo efecto del alcohol, 4 para el control del uso de casco, 5 para el uso de cinturón de seguridad y no se evaluó el control del transporte seguro de niños.
El porcentaje de uso de casco en usuarios de motocicletas aún es bajo en Argentina: 65% entre los conductores y 44% entre los pasajeros; el uso de cinturón de seguridad de los que van adelante es de 41% y de los que van en el banco trasero es de apenas 23%.
Invertir en fortalecer la fiscalización del cumplimiento de las normas y mejorar la gobernanza de la seguridad vial disminuye las muertes y lesiones en el tránsito y consecuentemente el impacto económico de las mismas.
Por eso, el diálogo entre el sector económico de un país, provincia o ciudad con los tomadores de decisiones del área de movilidad y seguridad vial son cada vez más necesarios y deben ser más frecuentes.
El porcentaje de uso del casco en motociclistas sigue siendo bajo: 65% entre los conductores.