Salvini y sus socios mostraron su fuerza frente al nuevo gobierno italiano
Manifestaron ante el Parlamento cuando el premier Conte lograba la aprobación de la Cámara baja.
El nuevo gobierno italiano obtuvo ayer el voto de confianza en la Cámara de Diputados (343 contra 273). El Senado deberá votar hoy la confirmación parlamentaria. Los números son más restringidos que en Diputados, pero se espera que la mayoría alcance una cifra por encima del quórum de 161 sufragios. Algunos cálculos estiman que se logrará el apoyo de entre 170 y 175 senadores.
La mañana fue agitada por las protestas dentro y fuera del Palacio de Montecitorio de miles de derechistas convocados para repudiar la sesión del voto de confianza al nuevo gobierno y de los legisladores de la Liga del ex vicepremier Matteo Salvini y de Hermanos de Italia, un partido aliado heredero de los neofascistas del Movimiento Social Italiano, que ruidosamente interrumpieron catorce veces el discurso del primer ministro Giuseppe Conte.
Las bancadas de Cinco Estrellas y el partido Democrático, apoyados por otros grupos, respondieron con veinte aplausos cerrados a pasajes de la intervención de Conte, que presentó un programa “que abre una nueva era reformista”.
Fueron continuos los choques verbales dentro del salón pero no hubo, como se temía, agresiones físicas. Solo un diputado de la oposición fue expulsado por repetidas interrupciones e insultos. Afuera, las manifestaciones no eran “oceánicas”, como se decía en los viejos tiempos, porque los grupos estaban dispersos, pero los organizadores aseguraban que la multitud se movía en todo el centro de la ciudad, sin poder concentrarse debido a los controles. Saludado con ovaciones, el senador Salvini se estrenó como líder de la oposición, tras haber sido el hombre fuerte del gobierno anterior, al que hundió personalmente anunciando el 8 de agosto que presentaría el voto de desconfianza contra el premier Conte.
“En la plaza hay un pedazo de Italia que creo que representa a la mayoría en el país que pide votar. Hoy la división entre el Palacio (la sede de la Cámara baja) cerrado y la Italia en la plaza es patente”, dijo Salvini a los concentrados.
También volvió al tema de la inmigración, que durante los 14 meses de Gobierno del M5S y la Liga fue su caballo de batalla con una política de mano dura que le reportó un gran apoyo popular. “Cerraremos los puertos, todos juntos, porque en Italia no se entra sin permiso”, aseguró Salvini desde el escenario. Una parte de los presentes frente al edificio de Diputados hizo el saludo fascista y cantó “¡Duce! ¡Duce!” en memoria de Benito Mussolini a la hora de entonar el himno nacional. ■