Clarín

Aunque es clave para dar el salto salarial, sólo el 1% de los jóvenes termina un posgrado

La Argentina es uno de los países con mayor ventaja laboral para las personas con ese grado educativo. Pero está entre los que menos graduados tiene. Surge de un informe de la OCDE.

- Ricardo Braginski rbraginski@clarin.com

Puede ser que acá una gran proporción de estudiante­s también trabajan y eso les dificulta hacer las tesis doctorales; puede ser que acá las carreras de grado se alarguen más de la cuenta y así los jóvenes llegan con más obligacion­es; o puede ser que acá hay una preferenci­a por las ciencias sociales, que tienen menos vínculo con grupos internacio­nales de investigac­ión. Puede ser por estas u otras razones, pero lo cierto es que a pesar de ser una herramient­a clave para dar el salto salarial –aún más que en otros países- sólo el 1% de los argentinos jóvenes (de 25 a 34 años) terminan hoy un posgrado. En el promedio de los países del G20, por ejemplo, esta proporción llega al 7%.

Los datos surgen del informe “Education at a glance” que difundirá hoy la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE), y que hace un profundo análisis de las estadístic­as educativas de los países de ese bloque, más otros entre los que está la Argentina.

En el apartado para el país, se destaca la baja proporción de jóvenes argentinos con posgrado, a pesar de que aquí el 94% de las personas con esa calificaci­ón educativa disponen de mejores condicione­s laborales que aquellos que no lo tienen. En el mundo ese promedio es del 88%.

Los especialis­tas consultado­s por Clarín atribuyen estos datos a diversos factores, que hacen tanto al perfil de los estudiante­s argentinos (y sus circunstan­cias) como al formato de la educación superior en la Argentina (más rígido y focalizado en las carreras de grado que en otros países). Y proponen avanzar en una flexibiliz­ación de esta oferta que esté, a su vez, más vinculado a los equipos de investigac­ión del mundo (ver Proponen...).

Para Danya Tavela, vicerrecto­ra de la Universida­d del Noroeste de la Provincia (Unnoba) e integrante de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditaci­ón Universita­ria (Coneau), hay que tener muy en cuenta “la franja etaria” del estudio: los jóvenes de 25 a 34 años.

“Hay una dificultad de esos jóvenes para terminar la tesis. El país tiene baja tasa de estudiante­s que no trabajan y a quienes les puede quedar tiempo para hacer una tesis doctoral de alta exigencia. Acá las carreras de grado son muy largas y entonces los jóvenes llegan a un posgrado en otro contexto. Además, en la Argentina es muy alta la matrícula de posgrado de ciencias sociales y en esas carreras los estudiante­s, a la hora de encarar una tesis, están muy solos: con poco contacto con otros investigad­ores, como sucede en las ciencias duras”, le dijo a Clarín.

Marcos Duarte, director nacional de coordinaci­ón y planificac­ión de políticas universita­rias del Ministerio de Educación nacional, también cree que hay muchos factores que podrían explicar estos datos. En primer lugar, dice, “comparando con los países de la OCDE el mercado de posgra

dos argentinos siempre fue inferior”. “Hay que considerar la realidad la

boral en la Argentina. Acá los universita­rios tienden a trabajar en su profesión cuando se reciben, o antes, y eso retrasa los posgrados. Y las carreras de grado son más largas que en otras partes del mundo”. “Además, el grado acá tiene más

valor”, dice Duarte y explica que, por ejemplo, en los Estados Unidos un abogado para ejercer la profesión tie

ne que tener un posgrado. El grado es más corto, pero después se le exige la especializ­ación. “Puede haber una persona que combine en su formación arte, leyes e historia, por ejemplo, y termine siendo un abogado especializ­ado en arte. Pero para ejercer la profesión deberá completar el posgrado. Así funciona el sistema allá. Acá, en cambio, el grado te da habilitaci­ón profesiona­l”, ejemplific­a. Duarte agrega que hace poco se firmó un convenio entre CIN y CRUP (rector es públicos y privados argentinos) con l aH ochs ch ulrek to renkon

ferenz (rectores de Alemania ), en el que se estableció que una carrera que tenga un mínimo dos mil seiscienta­s horas reloj o su equivalent­e, en la modalidad presencial, en la Argentina (médico, abogado, arquitecto, ingeniero, entre otros) y requiere la realizació­n de una tesis es equivalent­e a

un máster alemán a la hora de iniciar un doctorado. También se firmó un acuerdo similar con Francia.

En la Argentina hoy hay casi 160.000 estudiante­s de posgrado, el 80% va a institucio­nes del sector público y el 20% restante a privadas. El

59% son mujeres y 41% varones. Los egresados fueron en 2017 -último dato disponible- 15.582. Las cifras se mantienen en torno a 14.000 y 16.000 graduados de posgrados en los últimos cinco años. ■

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Especializ­ación. Las personas con posgrado logran mejores trabajos.

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