Se ilusiona con que la clase media salvará a la Argentina
Creo que no llegamos a dimensionar el actual momento que está viviendo nuestro país. Todo lo simplificamos en el valor del dólar, la inflación, los altos impuestos o las tarifas elevadas... y no alcanzamos a “ver” que se está jugando el futuro de nuestro amado país ¿Vamos a elegir un camino de esperanza en el que se dignifique el trabajo y que el esfuerzo sea un valor bien remunerado? ¿O el camino del facilismo, del vivir de arriba a costillas de los que sí se esfuerzan, el camino de la corrupción, de la droga que obnubila a nuestros hijos, de las mafias que ponen palos en la rueda e impiden que la Argentina se alce airosa sobre los vendavales que azotan y azotarán a esta humanidad ciega de amor?
Que el 30% de la población que está por debajo de la línea de pobreza vote por una alternativa populista -que nunca los sacó de ese estado- es comprensible. Pero que el 70% restante que está en mejores condiciones no use el discernimiento para darse cuenta de los espejitos de colores que nos quieren seguir vendiendo... esto sí es incomprensible. Y aquí los periodistas tienen gran responsabilidad en la información que suministran o no se dan cuenta que también se está jugando el futuro de ellos y de sus hijos. ¿Cómo puede ser que no se involucren y digan la verdad sobre la moral de algunos políticos que hoy nos dicen todo lo contrario de lo que nos dijeron ayer? ¿O de las malas decisiones que tomaron en el pasado y que hoy estamos sufriendo? ¿Y los jueces, por qué demoran sus investigaciones? ¿Qué va a pasar si cambia el sistema actual que les otorga libertad en su accionar?
Por eso, mi llamado es la clase media que todos los días no baja los brazos y redobla el esfuerzo ante la adversidad; esa que no quiere revanchismo, que no quiere vivir en una eterna grieta, que quiere unir, que siempre está presta a tender una mano a los necesitados. Esa clase media salvará a la Argentina, es ahora o nunca. De nosotros depende.