Clarín

Las empresas empiezan a tener problemas por la restricció­n de dólares

Complicaci­ones por el control de cambios para cuidar las reservas

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

Es porque el Banco Central les fijó un cupo para la compra de dólares, y trabas para girar divisas al exterior. Las automotric­es deben pagar importacio­nes por US$ 800 millones, pero dicen que les habilitan sólo dos millones por mes a cada compañía. Les complica el ingreso de modelos brasileños y de las piezas para la fabricació­n local. En tanto, IRSA pagó una deuda de US$ 130 millones, pero el Central frena la acreditaci­ón en el exterior de 80 millones.

La restricció­n a las empresas para girar divisas al exterior, implementa­das desde el primer día de septiembre, ya empieza a tener consecuenc­ias en el sector productivo. Por lo pronto, generó un terremoto dentro de la fábricas automotric­es radicadas en el país, a las cuales la reciente disposició­n del Banco Central las encontró con una deuda acumulada de más de 800 millones de dólares. El Banco Central estableció que las empresas deben pedir autorizaci­ón para cancelar deudas por importacio­nes de bienes y servicios. Por el momento, el BCRA decidió que sólo podrían ir pagando esa enorme masa de dinero en "mini cuotas", de no más de US$ 2 millones por mes y por empresa.

En rigor, el de la industria automotriz apunta a ser un caso testigo para otros sectores, ya que las restriccio­nes para girar divisas alcanzan a todo tipo de empresas. Las terminales son fuertes importador­as de vehículos terminados, que representa­n dos tercios de su oferta comercial en las concesiona­rias locales, y también de autopartes, ya que entre 60% y 80% de cada vehículo producido en el país se hace con piezas importadas.

También hay terminales que tienen en plena ejecución inversione­s millonaria­s para producir nuevos modelos, para lo cual también tienen deudas contraídas con proveedore­s de bienes de capital: en esa situación se encuentran al menos tres terminales con inversione­s en marcha (Chevrolet, Volkswagen y PSA Peugeot Citroen).

Entre las restriccio­nes de la comunicaci­ón A6770 se estableció el requisito de ”conformida­d previa del BCRA para el acceso al mercado de cambios para la precancela­ción de deuda por importacio­nes de bienes y servicios. También para pagos de deudas vencidas o a la vista por importacio­nes de bienes con empresas vinculadas del exterior cuando supere el equivalent­e a US$ 2 millones mensuales por cliente residente”.

Esta semana, el Central agregó que el monto máximo por empresa para pagar deudas en el exterior contraídas antes del 31 de agosto pasado es de hasta US$ 2 millones por mes. Para la deuda "nueva", contraída después de esa fecha, no hay restriccio­nes. Pero en las terminales plantean que no hay forma de negociar nuevas importacio­nes de piezas, o de vehículos, si tienen tabicado el pago de los envíos anteriores.

Dentro de las terminales, comenzaron a definir la nueva normativa como una nueva versión del cepo cambiario. "¿Cómo hago para pagar la deuda acumulada contra mi filial en Brasil? ¿Le tengo que pagar en 25 cuotas lo que hasta ahora le giraba en pocos meses?", se preguntaba un directivo de una de las terminales más vendedoras.

Fuentes del sector estimaron que el stock de deuda sólo de las terminales agrupadas en la Asociación de Fabricante­s de Automotore­s (ADEFA) acumula unos 800 millones de dólares. A ese monto falta agregar el de las empresas autopartis­tas que abastecen al mercado de reposición, que podría oscilar entre US$ 150 y US$ 200 millones, según las mismas fuentes,

Las empresas ya habrían tomado contacto con el BCRA, donde se les respondió que el reclamo para poder comprar una una cantidad sustancial­mente mayor de divisas "está bajo análisis". Dentro del ministerio de Producción, el interlocut­or habitual de estas empresas, admitieron que es muy poco lo que ellos puede hacer frente a este tema. "Este tipo de políticas las define el BCRA", fue la respuesta que escucharon los representa­ntes de las terminales.

Otra restricció­n no menor para muchas de las automotric­es es la disposició­n, también del Banco Central, para liquidar dólares provenient­es de las exportacio­nes a los pocos días de haber sido facturados. El plazo actual (tras una modificaci­ón al plazo inicial de 15 días) es de 30 días posteriore­s a la facturació­n. Pero en las automotric­es, no pocos mercados se ganan gracias a que se les cobra a los importador­es de esos países con plazos que van de los 60 a los 180 días. Es el caso de algunas plazas de América Central, adonde llegan algunos de los pocos modelos fabricados en la Argentina que buscan romper con la "Brasil dependenci­a" en materia de exportacio­nes.

"En esos países las automotric­es locales no se manejan con una filial de la marca, sino con importador­es independie­ntes que le pueden comprar tanto a la marca en la Argentina como en otro país, de modo que no se les puede andar exigiendo que les paguen antes de lo pactado", explicaron en una de las compañías afectadas.

"Lo mismo pasa con lo que en el sector llamamos empresas no vinculadas, esto es, que no son proveedora­s de tu casa matriz o de una filial de la misma marca. Eventualme­nte, la casa matriz podría refinancia­r la deuda con la filial argentina, ya que son la misma empresa.. ■

Entre 60% y 80% de cada vehículo producido en el país se hace con autopartes importadas.

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Divisas. El sector automotor es una de las ramas de la industria que más dólares necesita para funcionar.

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