Una huelga de transportes contra la reforma jubilatoria causó caos en París
No funcionaron trenes, ómnibus ni el Metro. Los sindicatos amenazan con nuevos paros y movilizaciones.
Un viernes negro en París por una huelga de transporte generalizada, que ha provocado un fenomenal caos en toda la ciudad. La más grande de los últimos 12 años. Los trabajadores de los ómnibus, Metro y trenes suburbanos protestaronn contra la reforma de jubilaciones en Francia, que ellos consideran injusta y el fin de su régimen especial. Denuncian sus difíciles condiciones de trabajo y la manipulación de productos tóxicos que trae aparejado. Los ferroviarios deberán trabajar hasta los 64 años y no retirarse en condiciones especiales como ahora.
Los parisinos tomaron por asalto las bicicletas de alquiler, las trottinettes (monopatines) y su automóvil para llegar al trabajo, cuando la ciudad parecía bombardeada por los trabajadores y los “obstáculos” que ha organizado la alcalde Anne Hidalgo para transformar a París en una ciudad sin automóviles.
El resultado es que todo quedó trabado y nadie llegaba a ninguna parte durante horas.
Diez líneas de Metro sobre catorce no funcionaron ayer. Las que funcionaban estaban completamente saturadas. Otras solo circularon en horas pico. EL RER, que involucra a los trenes suburbanos, fue seriamente perturbado. Durante todo el día hubo muy poca circulación de Tramway y ómnibus. Muchas estaciones de trenes cerraron hasta las cinco de la tarde. El embotellamiento de tránsito en la Ille de France llegó a alcanzar 285 kilómetros.
La falta de transporte ha generado un “efecto fenómeno” sobre el alquiler de las “trottinettes” y bicicletas: en la mañana de ayer su consumo aumentó 208 por ciento y 129 por ciento respectivamente. El servicio de Cityscoot, para rentar pequeñas motos, colapsó.
Las tarifas de los servicios de Uber y sus alternativas volaron: llegó a costar 100 euros ir a de París al aeropuerto, cuando un taxi tiene una tarifa fija de 50 euros para los usuarios.
“Esta es la peor huelga que recuerdo. Estoy bloqueada en Rue de Bac y no puedo regresar a mi casa en Monrouge sino es a pie ni llegar a mi trabajo en Bastille”, explicó Joseph, tras informar a su empleador que no había forma de llegar a su trabajo.
La diferencia entre estos movimientos sociales y otros es que por primera vez desde el 2007 no existe el servicio mínimo, que garantiza algunos medios de transportes, para que los usuarios puedan ir a su trabajo y regresar.
Los huelguistas sugirieron a los usuarios quedarse en su casa o hacer “teletrabajo” y pidieron disculpas por alterar su vida. Los militantes de la CGT y la UNA se han movilizado y ocuparon la sede de la RATP (que reúne a Metros y ómnibus) , donde los trabajadores se manifestaron. El paro de ayer fue por 24 horas pero los sindicalistas se preparaban para nuevos movimientos y para llegar a huelgas ilimitadas en diciembre.
El secretario de Transporte, Jean Baptiste Djebbari se dirigió a la sede de la RATP. “La reforma de jubilaciones es necesaria. El régimen especial de la RATP va a converger poco a poco. No está suprimida de un solo golpe”, dijo para calmar a los huelguistas.
El ministro de Relaciones con el Parlamento, Marc Fesneau, denunció una huelga preventiva. “Somos un país divertido. Cuando no ha comenzado el debate sobre los términos de la reforma, vamos a la huelga”, ironizó.
Esta huelga es la primera gran movilización contra el plan del presidente Emmanuel Macron de implementar un sistema de pensiones “universal”. Los trabajadores del metro de París, así como los empleados de otras profesiones que desempeñan labores consideradas difíciles o peligrosas, perderían así los beneficios asociados a sus regímenes especiales, que actualmente les permite, por ejemplo, jubilarse antes que los demás franceses.
El auditor del Estado francés, el Tribunal de Cuentas, afirma que la edad media de jubilación de los trabajadores de la RATP en 2017 era de 55,7 años, frente a los 63 años de la mayoría de los trabajadores franceses.
“No es una huelga de privilegiados, es una huelga de empleados que dicen ‘queremos jubilarnos a una edad razonable y en condiciones razonables”, dijo este viernes a la radio FranceInfo Philippe Martinez, secretario general de la CGT, uno de los principales sindicatos de Francia. ■