Tres balazos letales y la sombra del espionaje ruso en un parque de Berlín
Ex comandante checheno. Zelimkhan Khangoshivili fue asesinado el 23 de agosto. Hay un ruso detenido por el caso.
Mayo de 2015. Tbilisi, capital de Georgia. Zelimkhan Khangoshivili, destacado comandante checheno durante la segunda guerra entre Rusia y su provincia secesionista de Chechenia entre 2001 y 2005, escapa de milagro cuando un grupo de desconocidos dispara ocho veces contra su auto. No es el primer atentado que sufre y dice basta. Asustado, abandona Georgia y se instala con su familia en Berlín, donde las autoridades germanas aceptan que viva con una identidad falsa.
Viernes 23 de agosto de 2019. Mientras pasea por un parque de la capital alemana, Khangoshivili recibe tres tiros a muy corta distancia por la espalda. Muere al instante. Una ejecución en toda regla según el relato de varios testigos.
Un hombre que se le acerca caminando por detrás le dispara dos balas a la cabeza y otra en la espalda con una pistola Glock 26 provista de un silenciador.
El asesino deja rastro y hay testigos del crimen. Se cambia de ropa en unos arbustos del parque y huye en una bicicleta eléctrica. Dos adolescentes cuentan poco después a la Policía de Berlín que vieron como un hombre que corresponde a la descripción del sospechoso tiraba al río Spree una pistola con el silenciador, una bicicleta y una peluca. Buzos de la Policía recuperan en tiempo récord los objetos y pocos minutos después agentes policiales detienen a un ruso de 49 años.
El diario estadounidense The Wall Street Journal, basándose en informaciones de los servicios secretos de Estados Unidos, asegura que el hombre detenido -que sigue bajo custodia de las autoridades alemanas- había estado en prisión en Rusia hasta hacía poco tiempo por un asesinato.
Tenía un pasaporte ruso a nombre de un tal Vadim Sokolov, un pasaporte verdadero con un nombre ficticio, un documento no falsificado y que por lo tanto sólo las autoridades rusas podrían haber emitido.
El semanario alemán Der Spiegel sostiene que la autenticidad del pasaporte del detenido –a pesar de llevar un nombre inventado- hace poco creíble el alegato de Moscú de que no tiene nada que ver con el asesinato porque nadie podría hacerse con un pasaporte verdadero con una identidad falsa sin la participación de las autoridades rusas.
Según la agencia AFP, el sospechoso también tenía un pasaje de avión de regreso a Moscú fechado al día siguiente del asesinato. Por otro lado, los investigadores encontraron importantes sumas de dinero en efectivo donde se alojaba.
Versiones aún no confirmadas oficialmente destacan que habría entrado en Alemania tras una breve escala en Francia, donde solicitó un visado.
Los investigadores alemanes, según publicó en estos días la prensa germana, investigan también la pista chechena. Además de la antiguo KGB, el servicio de inteligencia de la Unión Soviética, también estarían mirando la posibilidad de que a Khangoshivili lo asesinaran por orden del presidente checheno Ramzan Kadyrov, un estrecho aliado del Kremlin pero que en el pasado ya ha actuado de forma que puso en aprietos al presidente ruso Vladimir Putin.
Según The Wall Street Journal, Washington no tiene dudas de la implicación de Moscú en este homicidio.
Entrevistada por Der Spiegel, la ex mujer del hombre asesinado, que aún vive en Alemania, aseguró que el crimen tenía “trazas rusas”.
Lo que ya no dudan los investigadores alemanes es que el nombre del disidente checheno puede sumarse a la larga lista de personas asesinadas por oponerse al poder político ruso, como la periodista Anna Politkovskaia, los ex agentes de sus servicios secretos Serguei Skripal (en realidad sobrevivió a un severo caso de envenenamiento) y Alexander Litvinenko o el líder político Boris Nemtsov, muerto a tiros a pasos del Kremlin, en Moscú. ■