El River de Gallardo visita a su sorprendente “bestia blanca”
En su exitoso ciclo, el DT afrontó 59 mano a mano y ganó 48, pero con Huracán perdió las dos veces que le tocó.
Sucedió hace poco más de un lustro y cambió la historia de River para siempre. Ramón Diaz -exitoso por donde se lo mirase- acababa de renunciar de modo abrupto aquel 30 de mayo de 2014. Enzo Francescoli -el mánager del club entonces y ahora- pensó en un viejo conocido: Marcelo Gallardo. Lo llamó. Se pusieron de acuerdo. A la semana siguiente, el Muñeco que todavía no era Napoleón ofreció su primera conferencia de prensa. Fue cauteloso. En ese segundo semestre se hizo cargo de aquel plantel. Lo que siguió fue una maravilla tras otra: desde la conquista de la primera Copa Sudamericana que disputó (aquella de la final contra Atlético Nacional, en 2014) hasta la irrepetible Final de Madrid ante Boca, el rival preferido del entrenador que se hizo leyenda bajo el cielo de Núñez.
Pasaron diez títulos, la reivindicación de un nuevo River en la historia del Superclásico, episodios memorables, consagraciones a cada paso (más allá de la cuenta pendiente de la Superliga) y el pedestal de la gloria perpetua.
Sí, todo muy lindo. Pero este River de éxitos irrevocables, también conoció a su bestia. Al menos por ahora. Y no se trata ni del Barcelona que lo goleó en la final del Mundial de Clubes de Japón 2015, ni el Al Ain, en los Emiratos Arabes Unidos 2018, que lo dejó afuera en las semifinales de la máxima competición de clubes. Tampoco se trata de Lanús, otro argentino que se le animó bastante a este River, aunque Gallardo está arriba en ese mano a mano también.
Y esa bestia no es negra. Se viste de blanco y se llama Huracán. Se enfrentaron siete veces. Y pasó todo esto:
1) En 2015, por la final de la Supercopa Argentina, Huracán -campeón de la Copa Argentina 2014, mientras jugaba en la B Nacional- se impuso 10 en San Juan, se consagró y se clasificó a la Copa Sudamericana. El único gol lo hizo el chileno Edson Puch. Y Marcos Díaz fue la gran figura de la noche. Aquel título -la Estrella Trece para los de Parque de los Patriciosconfiguró un récord: convirtió a Huracán en el equipo que menos tiempo tardó en salir campeón recién llegado a la A.
2) Ese mismo año se volvieron a cruzar en el ámbito internacional. River, ya campeón de la Libertadores, había llegado a las semifinales de la Sudamericana. Era el candidato de todos. Pero no. Otra vez, Huracán. Vestido de verde, en el Monumental, se impuso 1-0. En la revancha en un Palacio Ducó que lucía de fiesta, igualaron 2-2. Pasó Huracán y accedió a la serie final; la que luego perdería ante Independiente Santa Fe por penales, en Bogotá.
3) Durante el ciclo Gallardo, River afrontó 59 instancias mano a mano. Ganó 48. Huracán lo venció las dos veces que le tocó.
4) En total se enfrentaron en siete ocasiones. River ganó apenas una, 10 en el Monumental. Fue el 27 de noviembre de 2016, justo el día que la Argentina ganó la Copa Davis. Ese detalle se gritó incluso más que el único gol del encuentro, convertido por Sebastián Driussi. Cerca del final, Diego Mendoza pegó un tiro en el palo derecho del arco de la Sívori. Latía el empate.
5) Del resto de los partidos, Huracán ganó tres (todos 1-0) y empataron tres (dos por Superliga y el de la Sudamericana que tuvo sabor a triunfo para el Globo de Newbery).
6) Y como entrenador, parece, el Palacio Ducó -donde este sábado volverá a enfrentar a Huracán- no le sienta bien al superhéroe más reciente de River. Se fue desencantado tras el 22 y la eliminación en 2015. El año pasado fue dos veces a visitar a su Bestia Blanca: perdió 1- 0 ( gol de Ignacio Pussetto) e igualó sin goles. En esa última cita, Gonzalo Martínez -emblema de esta etapa de Napoleón y ex jugador de Huracán- tiró un penal por encima del travesaño. Se trató de otro síntoma de esta suerte de maldición.
Por eso, esta cita tiene -más allá de laa prioridad de River: la serie semifinal de la Libertadores ante Boca- el carácter de un desafío renovado. Gallardo, el especialista en ganar casi todo, también quiere enterrar a su Bestia Blanca. ¿Podrá? ■