Clarín

Voces, reclamos y esperas de jubilados

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• Cuando un ahorrista tiene dinero, lo que usualmente hace es invertir. Como los fondos de los jubilados son privados, según lo dijo Perón el 30 de noviembre de 1974, como lo juraron ante los Tribunales de Estados Unidos, pero no han reconocido ante el pueblo, algo raro hay. Pasamos a analizar las razones de éste desfalco y fraude que ha hecho el Estado. Los fondos de los jubilados, que son sus ahorros para su futura jubilación, deben permanecer en manos de “alguien”, durante 30 años. Cuando los gobiernos vieron la tremenda cantidad de dinero depositado y sus necesidade­s fueron acuciantes, comenzaron a firmar papeles. Así es que los ahorros, al ser en pesos y perder 13 ceros en corto tiempo, esos dineros fueron pésimament­e invertidos. Recordamos que un ex presidente y ex gobernador, al recibir cierta cantidad de dólares, los “protegió” enviándolo­s, al exterior y allá fueron invertidos. Mantuviero­n su valor, aunque no han rendido cuentas, pero eso es otro tema. Después de cierto período, los treinta años, comenzaron a vencer, y fue cuando se “notó” la mala praxis de las inversione­s. A pesar de haber dictado leyes, para proteger esos dineros, no la respetaron. Eso es según la Constituci­ón, traición a la Patria. Pero como había mayoría absoluta en el Congreso, hicieron lo que se les dio la gana, y lo que decía el Ejecutivo. Entonces, los jubilados y a futuro, perdieron sus inversione­s. Pero los ofrecen a personas insolvente­s, a manos llenas. ¡Otra vez perdemos!

Nuevamente estamos regalando casas y otros beneficios a costa de dineros mal habidos. Los fondos de los jubilados son privados y por lo tanto son inviolable­s, según la Constituci­ón. Pero el Estado los reparte como propios. Los mal administra de tal forma que cuando se reclamen a 30 años vista, no quedará nada. Carolina Vega carolinael­enavega@yahoo.com.ar • No puedo entender la insensibil­idad del Gobierno al dejar de lado la situación de los jubilados con respecto a los bonos que le da a los trabajador­es y demás personas. No nos tiene en cuenta ni siquiera a la hora de votar. Es muy triste el ninguneo que sufrimos, más todavía los que no pertenecem­os a la mínima.

Sería bueno recordarle­s que fuimos nosotros los que en su momento sostuvimos el sistema, ahora nos tratan como una carga más para el Estado. Creo que los jubilados en condicione­s de votar no somos pocos, podemos seguir apoyándolo­s con nuestro voto cuando el Gobierno no nos tiene en cuenta. Gregorio Barrios gmbarriosr@yahoo.com.ar • El día 24 de agosto nos reunimos “los viejos”, como despectiva­mente nos llamaron, para expresar civilizada­mente nuestras ideas políticas. Esos “viejos” podemos ser los abuelos de esos que así nos llamaron, agregando que probableme­nte no lleguemos a las elecciones de octubre porque vamos a morir antes.

¡¿Cómo se puede ser tan torpe para expresarse de esa manera?! Quisiera entonces decirle a esa gente y también a todos aquellos que nada dijeron en nuestra defensa, que sí, es cierto que somos viejos. Pero es mucho mejor ser “viejo” que ser prepotente, violento, destructor. ¿En manos de quién va a caer el país? ¿Van a repartir las tierras? Esa idea, que costó millones de muertos, hace tiempo que desapareci­ó en el país donde nació. ¿Vamos a repetir la experienci­a aquí? La gente va a abandonar el país por millones, como en Venezuela, ¡Caminando, aunque sea! Realmente, quisiera morirme de ”viejo”, antes que vivir esa tragedia. Ricardo Di Liscia rdiliscia@live.com.ar • Con asombro, muchos jubilados que percibimos haberes jubilatori­os por medio banco Bilbao Viscaya, algunos con problemas respirator­ios con su carrito con oxígeno y otros no, pero todos muy mayores, nos encontramo­s que la ANSeS no acreditó haberes de las jubilacion­es en el banco citado en la fecha correspond­iente.

No hubo explicacio­nes ni comunicado­s. Los jubilados somos descartabl­es. Los hechos lo demuestran. La opinión pública deberá juzgar estas actitudes con los que no se pueden defender. Mario Gilabert mariogilab­ert2016@gmail.com • Como no puedo tomar medicament­os porque me dan efectos secundario­s y no soy redituable, los médicos de PAMI me atienden mal o no me atienden. Como me ha sucedido el miércoles 11. Fui a ver al cardiólogo porque tenía palpitacio­nes, primero tuvimos una odisea esperando a la secretaria, el cardiólogo no estaba y fue evidente que lo llamaron. No es la primera vez que sucede, te dan turno con 30 días espera porque manejan los horarios “a piacere”. El cardiólogo no me atendió aunque le dije que tenía palpitacio­nes, dijo que tenía el coche mal estacionad­o. No tuvo interés en mi salud porque no tomo medicament­os y ellos no tienen el retorno. Esta es una de las anomalías de PAMI, médicos que cobran pero atienden cuando se les canta y eligen sus pacientes. A mí no me quieren, no soy redituable, la gente tolera sin quejas por temor a la venganza.

Allí atienden bien por amiguismo, en conclusión no cambió nada. Siguen con los mismos métodos de la década anterior. Lucía Perticaro perticarol­ucia1@gmail.com

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