Una industria poderosa que muestra sus debilidades
El ataque de drones contra dos importantes instalaciones petroleras sauditas perturbó gravemente la producción del reino. La infraestructura energética saudita ha sido ya afectada varias veces por los rebeldes hutíes chiitas de Yemen, pero este ataque es de otra magnitud: tuvo como objetivos la mayor fábrica de procesamiento de Aramco -el gigante petrolero saudí-, situada en Abqaiq, y uno de los principales campos petroleros de la empresa pública en Khourais, al este del país. Ello obligó a Aramco a suspender la mitad de su producción.
Sin embargo, se ignora la magnitud de los daños y las armas utilizadas. Los periodistas han sido mantenidos a distancia de las instalaciones. “Ello va a centrar la atención en la guerra de Yemen”, donde Arabia Saudita interviene desde 2015 al frente de una coalición armada, opina James Dorsey, experto de la S. Rajaratnam School of International Studies de Singapur.
Los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, afirman haber disparado varios drones, lo que constituiría su ataque más ambicioso. Responsables estadounidenses y sauditas investigan, según el Wall Street Journal, sobre la posibilidad de que el ataque se llevara a cabo con misiles de crucero lanzados desde Irak o Irán. Bagdad negó este domingo cualquier implicación.
Este incidente podría mermar la confianza de los inversores en el gigante saudí. Aramco planea salir a bolsa entre 2020 y 2021 y lanzar al mercado aproximadamente 5% del capital de la empresa, con lo que captaría unos 100.000 millones de dólares. Ello supondría la mayor operación de este tipo en el mundo.
Arabia Saudita ha invertido miles de millones de dólares en material militar pesado, pero su arsenal se ha revelado ineficaz contra los hutíes, una milicia tribal desordenada, pero muy motivada y especialista en las tácticas de guerrilla.
Al mismo tiempo, lo ocurrido demuestra la creciente amenaza que representa para Arabia la mejora del armamento de los hutíes, en especial sus misiles balísticos y sus drones sin piloto.
Los pozos del reino, esparcidos en una amplia zona geográfica, son un objetivo difícil, pero sus destilerías están mucho más expuestas. La usina de Abqaiq es la más “vulnerable”, según el Center for Strategic and International Studies de Washington. ■