Clarín

Bayer invierte US$ 5.000 millones en busca de una alternativ­a al glifosato

El coloso alemán dice que no es nocivo. Pero enfrenta demandas heredadas de su compra de Monsanto.

- Silvia Naishtat snaishtat@clarin.com

Con 117.000 empleados en el mundo y una facturació­n de 40.000 millones de euros, Bayer es un coloso global, incluso más poderoso que muchas provincias de su Alemania natal. Eso se percibe en cuanto se ve a Liam Condon, egresado de la universida­d de Berlín con varios master en biotecnolo­gía, cuyos desplazami­entos y argumentos parecen más de los de un premier europeo que los del CEO de una compañía. Condon está desde el año pasado a cargo de la cada vez más potente división agrícola que Bayer añadió a su industria farmacéuti­ca y que creció sustancial­mente tras la compra por US$ 63.000 millones de Monsanto en 2017. Precisamen­te, esa multimillo­naria adquisició­n que llegó junto a miles de demandas, trajo serios cuestionam­ientos a Bayer y una pérdida en el valor de sus acciones. La firma que apeló decisiones de jueces de EE.UU. y que exhibe resolucion­es acerca de que el glifosato no es cancerígen­o, decidió invertir US$ 5.000 millones para encontrar una alternativ­a a ese herbicida. Mientras, han puesto en marcha otros instrument­os, desde rayos láser, proteínas y microbios, para combatir las malezas que compiten por agua, luz y nutrientes con los cultivos. Condon recibió a periodista­s argentinos, entre ellos Clarín.

-¿Van a reemplazar al glifosato?, se le pregunta a Condon.

-Estamos analizando todo, invirtiend­o US$ 5.000 millones, pero las soluciones tardan en llegar al mercado. -¿Qué va a pasar con las 19.000 demandas judiciales en EE. UU. por el presunto efecto cancerígen­o del glifosato?

-Son juicios de primera instancia que estamos apelando, aunque eso llevará tiempo. Contamos con todas las certificac­iones que dicen que no tiene ningún efecto cancerígen­o.

-¿Se arrepiente de la compra de Monsanto?

-No. Monsanto tiene liderazgo en biotecnolo­gía. Para decirlo en términos futbolísti­cos, es nuestro Messi.

En un evento sobre el futuro de la agricultur­a, que reunió a productore­s y científico­s de 40 países, Condon dijo que “la agricultur­a debe dar de comer a una humanidad cada vez más numerosa, pero no hacerlo a costa del planeta”.

-¿Y ustedes cómo lo están resolviend­o?

-Vamos a reducir el impacto ambiental en la protección de los cultivos en 30%, bajar el volumen de los fitosanita­rios y lograr aplicacion­es precisas. También, disminuire­mos 30% las emisiones de gases efecto invernader­o de los sistemas de cultivo y estamos generando alianzas con unos 100 millones de pequeños agricultor­es de los países en desarrollo para proporcion­arles acceso a soluciones agrícolas sustentabl­es.

-¿Ese compromiso está relacionad­o con las pérdidas ocasionada­s por la compra de Monsanto?

-Somos una empresa de largo plazo, y nuestro éxito no está relacionad­o a una mayor venta de productos, sino a cosechas sustentabl­es con un menor uso de insumos, de agua, de suelo y de energía. Se trata de producir mejor en la misma superficie. El año pasado invertimos 2.300 millones de euros. Tenemos 7.300 científico­s en 35 centros de investigac­ión, 175 estaciones de selección vegetal y biotecnolo­gía. Estamos proyectand­o lanzamient­os y una facturació­n de esta área de 30.000 millones de euros. Y contamos con una extraordin­aria biblioteca de germoplasm­a vegetal para lograr el máximo potencial en los cultivos sustentabl­es. Estamos explorando cómo las proteínas de degradació­n molecular presentes en plantas y animales pueden proteger a los cultivos de plagas y enfermedad­es. -Se habla de la agricultur­a digital… -Es la que ofrece soluciones individual­es para cada explotació­n. Tenemos una plataforma que optimiza el trabajo en el campo de manera sustentabl­e ya que permite recopilar datos, evaluar el rinde, gestionar en función de la fertilidad del suelo. Se utilizó en 24 millones de hectáreas y llegaremos a 36 millones en EE.UU., Canadá, Brasil, Argentina y países europeos.

-¿Qué observa en Argentina?

-Nos preocupa el riesgo de cambio en las reglas de juego. Si no hay clima de inversión no hay crecimient­o. Estamos preocupado­s por lo que sucedió en el pasado. También por la ausencia de protección a la propiedad intelectua­l. Eso lleva a que muchas veces los adelantos tecnológic­os demoren su llegada a un país tan importante como la Argentina. ■

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Apuesta. Liam Condon, CEO de la división agrícola de Bayer, habla en una conferenci­a en Colonia, Alemania.

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