Clarín

“A Claudio le hicieron una salvajada”, dice la mujer del remisero asesinado

Lucía Sánchez es la pareja de Claudio Romano, que murió de nueve balazos disparados por policías.

- Natalia Iocco niocco@clarin.com

“Cuidado, no pases por Malabia al 900 que está cortado”, le escribió Lucía Sánchez (37) a su pareja el martes 1° de octubre, poco antes de las 13.30. Le avisaba, como siempre, lo que veía en la tele para que no quedara trabado en un embotellam­iento. No supo hasta unas horas después que ese corte de tránsito era por él: Claudio Romano (39) había recibido nueve disparos de la Policía y ese sería el inicio de su pesadilla.

Lucía y Claudio llevaban un año y medio juntos. “Se había adaptado re bien a nuestra familia”, dice la mujer, que es veterinari­a y tiene dos hijos, uno de 18 años y otra de 8. Los planes eran como los que podría tener cualquier cualquier familia: cambiar el auto, recibir visitas y programar vacaciones. Compartían una casa en Berazategu­i y el fin de semana previo habían festejado ahí el cumpleaños de la hija de Lucía.

Claudio era gestor pero estaba trabajando como chofer para una ART, trasladand­o pacientes a clínicas porteñas, casi siempre a la Fitz Roy, que está justo a la vuelta del lugar donde murió y en la que muchos pacientes suelen ser policías. No tenía antecedent­es penales de ningún tipo.

Todos los planes quedaron truncos: “Me llamaron y me dijeron que en un ‘ confuso incidente’ habían matado a Claudio y enseguida nos fuimos para el lugar. El viaje fue terrible”, recuerda la mujer.

Desde las primeras horas del hecho, la versión oficial fue que Claudio, armado con un cuchillo, estacionó su auto, bajó y atacó a un Policía de la Ciudad cortándole un brazo. Fue alrededor de las 11 en Malabia entre Castillo y Jufré, hasta donde dos agentes de la comisaría 15B habían llegado para llevar a un encargado a declarar por la denuncia de un robo ocurrido el día anterior.

El oficial 1° Ramón Pérez (39) conducía el patrullero en el que iba junto a la inspectora Beatriz Manzanelli (41). Una oficial que vigilaba la cuadra, Daniela López (32), fue la primera en ver a Claudio bajar de su Volkswagen Polo azul.

Estaba lleno de sangre y caminó “tranquilo” hasta el patrullero, declaró una de las agentes. Según el oficial Pérez, “estaba enajenado” y fue “directo a atacarlo”. La respuesta fueron 11 disparos entre tres policías que terminaron con Romano muerto.

Según declararon los oficiales, el remisero tenía un cuchillo en la mano. Una vez en el suelo, le pegaron una patada para que lo soltara.

Lo que todavía es una incógnita es que pasó antes con Claudio y por qué estaba herido. “Tenía dos cortes leves en los brazos y dos puñaladas en el abdomen”, confirmaro­n las pericias. Él y el interior de su auto estaban bañados en sangre.

Debajo del cuerpo de Claudio encontraro­n dos plomos que están siendo peritados por la Justicia. Pero la autopsia determinó que fueron nueve los disparos en su cuerpo: uno en el pecho fue el fatal.

“Todo es muy traumático. No sabemos qué pasó antes, ni por qué estaba herido. Yo pienso que le quisieron robar antes y él quiso pedir ayuda. Pero eso no es lo importante, porque si los policías lo hubieran calmado, lo hubieran reducido, sería otro cantar. Se supone que están capacitado­s para eso. Él nos podría contar qué le pasó. No se entiende lo que hicieron, fue una salvajada lo que le hicieron a Claudio. ¿Qué pasa si una persona enferma, asustada o con problemas psiquiátri­cos se cruza con un policía? ¿Lo acribillan?”.

La jueza Ángeles Gómez Maiorano dispuso la prisión preventiva para los tres agentes. La investigac­ión estuvo en manos de la Policía Federal, algo que preocupó a la familia porque los tres agentes implicados fueron transferid­os de esa fuerza a la Ciudad.

A Manzanelli y López les dieron prisión domiciliar­ia. “Están amamantand­o, ambas, y las ampara el Código Penal, la Ley de Ejecución de Sentencias y la Convención de los Derechos del Niño”, explicaron. Para Lucía esa decisión fue dolorosa: “No sé si tienen derecho o no, pero cuando lo acribillar­on a Claudio no pensaron en sus hijos. Me dan pena los nenes. Uno no puede sentir más que empatía por ellos, pero cuando mataron a Claudio no dudaron”, analizó.

La familia de la víctima está siendo representa­da por la Coordinado­ra contra la Represión Policial e Institucio­nal (Correpi). María del Carmen Verdú, titular de la organizaci­ón, explicó a Clarín: “Son nueve proyectile­s, ocho le impactan en el cuerpo y uno que lo roza. Solo dos de esos se recuperan porque el resto de los disparos lo atraviesan. Para nosotros esto se trata de un homicidio agravado por tratarse de integrante­s de las fuerzas de seguridad”.

“Con nosotros nadie se comunicó ni se acercó a ayudarnos. Y vos tenés a toda la Policía en contra tuyo para defenderse. Hasta los abogados les pone el Gobierno de la Ciudad y nosotros tenemos que estar con miedo”, lamentó Lucía. ■

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FERNANDO DE LA ORDEN Dolor. “Pienso que a Claudio le quisieron robar e intentó pedir ayuda”, cree Lucía.
 ??  ?? En la calle. El momento, captado por una cámara.
En la calle. El momento, captado por una cámara.
 ??  ?? Víctima. Romano tenía cortes y dos puñaladas.
Víctima. Romano tenía cortes y dos puñaladas.

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