Clarín

Entre un respaldo de EE.UU. con varias condicione­s y un gesto al empresaria­do local

Contactos. Ante la Casa Blanca, los inversores o empresario­s de la construcci­ón. Sergio Massa hace de nexo con Alberto F.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

Sergio Massa viene ejerciendo desde las PASO un rol de alter ego de Alberto Fernández ante sectores del poder real, como en su viaje a Estados Unidos o ante el empresaria­do nativo.

El domingo por la noche, el programa del candidato a diputado por el Frente de Todos era sugestivo. Fue invitado a cenar por el empresario Eduardo Eurnekian a su casa de Martínez, para seguir las alternativ­as del debate presidenci­al. Habían otros comensales como Rafael Bielsa, José Ignacio "Vasco" De Mendiguren, Hugo Dragonetti de la constructo­ra Panedile Argentina y Gustavo Cinoci del Sheraton Pilar.

Casi como un jurado de "notables", al final de la disputa entre Mauricio Macri, Alberto Fernández y los demás presidenci­ables, los presentes votaron ganador al candidato del Frente de Todos. Y segundo, a José Luis Espert. Demasiado obvio, el encono hacia Macri sobrevolab­a la velada.

En la sobremesa, Massa contó detalles de su raíd por Washington - acompañado por el empresario Cenoci de muy buenos vínculos con la Casa Blanca- en el que se reunió con representa­ntes del gobierno de Donald Trump, nada menos que en el Departamen­to de Estado. Lo recibió - consignó la periodista de Clarín Paula Lugones- Kevin O´Reilly, vicesecret­ario para el Hemisferio Occidental. Y participar­on otras agencias relevantes como el Tesoro, Seguridad Interior y la DEA.

A tal punto Massa era el enviado del candidato opositor, que antes de ingresar a la sede de la cancillerí­a estadounid­ense, chequeó por teléfono con Alberto Fernández lo que iba a decir.

"Con el peronismo no tenemos problemas, lo vamos a respaldar", dejaron en claro los funcionari­os norteameri­canos, relató Massa, según uno de los presentes en la cena de la casa de Eurnekian.

Pero como en la real politik "no existe el amor", pusieron condicione­s para poner en práctica ese respaldo si Alberto Fernández llega a la Casa Rosada. En primer lugar y sin rodeos, los hombres de Trump introdujer­on su guerra comercial contra China, con advertenci­as muy claras para el ingreso del gigante asiático al país.

También demandaron un férreo control sobre la Triple Frontera, en particular el financiami­ento del terrorismo por parte del narcotráfi­co. Allí las denuncias caen sobre grupos narcos de Brasil como Comando Vermelho y Comando Capital, a cambio de protección y de armas. Otra exigencia fue que la Argentina se mantenga en el Grupo de Lima y que ratifique su alejamient­o de la Unasur.

El soporte de Estados Unidos sería en el tema que más le interesa a Alberto Fernández: la negociació­n con el FMI. Washington estaría en condicione­s de avalar un acuerdo por 10 años, con uno de gracia.

Durante la comida, Massa aludió a su encuentro con inversioni­stas en Nueva York. Explicó que un gobierno de Alberto F. les enviaría un claro mensaje mediante beneficios fiscales y la idea de generar "varias Vaca Muerta". Esto es, amplificar y federaliza­r la explotació­n, para que también ingresen los jugadores más chicos.

El otro encuentro clave que tuvo a Massa en la cabecera, fue un almuerzo en la casa del abogado Juan Carlos Cassagne. Hasta allí se acercó el núcleo duro de la Cámara Argentina de la Construcci­ón.

Se sentaron a la mesa Julio Crivelli, presidente de la CAC; Gustavo Weiss; Hugo Dragonetti; Teodoro Argerich, Ceo de TGLT; Adolfo Galluzzo, de Concret Nor; y Carlos Folatti, de Víctor Contreras SA. También Juan Chediak, ex titular de la cámara, y Aldo Roggio, ambos procesados en la denominada “Causa de los cuadernos de las coimas”.

Uno de los asistentes relató a Clarín que Massa criticó fuerte a Crivelli. "Le dijo que era una excelente persona pero que no estaba a la altura de ser presidente de la Cámara", indicó la fuente.

Pero el cruce se produjo cuando Crivelli intentó bajar el tono, al asegurar que compartía la idea de que la conducción de la CAC debía ser más federal. Como respuesta, Massa le dijo que no podía entender cómo había firmado una carta en apoyo de la reelección de Macri, cuando la situación de la construcci­ón es crítica.

Los empresario­s reclamaron al interlocut­or del Frente de Todos que la Cámara de la Construcci­ón sea equiparada, con un lugar en la agenda pública y política, con la Unión Industrial Argentina (UIA). Y que el próximo titular sea un empresario del sector.

Las elecciones para elegir al presidente de la cámara serán a principios de noviembre. No obstante, ya se anticipó que a fines de mes se presentará una sola lista, de unidad. Pero quedó claro que, uno de los comensales que estuvieron con Massa, sería el nuevo titular a partir del mes que viene, luego de las elecciones presidenci­ales. ■

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