Los viejos verdugos que asoman para la revancha copera del Superclásico
Pratto, Quintero, Scocco y Armani amargaron a Boca en los últimos duelos. Andrada y Marcone, ambos jugando para Lanús, y Tevez le dejaron un mal recuerdo a River. ¿Repetirán?
Unos fueron algunos de los artífices de dos de las máximas alegrías riverplatenses de la historia, las finales que el equipo de Marcelo Gallardo le ganó a su eterno rival en 2018. Uno convirtió goles en las dos finales de la Copa Libertadores, uno en la Bombonera y otro en Madrid; otro un gol importantísimo en el Bernabéu; otro definió la Supercopa en Mendoza; y el restante evitó goles del rival. Del otro lado, hubo dos que, vistiendo otra camiseta, fueron protagonistas del golpe más duro que recibió el River del Muñeco y el otro es el emblema de Boca que hace 15 años le hizo un gol importante a River en una definición similar...
Los verdugos de Boca
Cuando Lucas Pratto era un Osito iba a la Bombonera. Lo llevaba su tío, fanático de Boca. Y juntos vieron la época de oro de la mano de Carlos Bianchi entre 1998 y 2003. Así lo contó el propio Pratto en una entrevista con un medio de Brasil cuando jugaba en San Pablo, antes de llegar a River. Tiempo después Pratto vestiría la azul y amarillo (en Inferiores le hizo un gol a River) y debutaría en la Primera de Boca. Pero el destino le hizo una parábola a ese 9 grandote. En Boca no tuvo lugar...
River se cruzó por primera vez en el camino de Pratto a mediados de 2014 cuando Gallardo, recién llegado a la conducción técnica le pidió a la dirigencia que hiciera el esfuerzo por traerlo. Pero Vélez no quiso venderlo. Y no se dio. Tres años y medio después, River desembolsó casi 14 millones de euros por el Oso, que llegó desde San Pablo. Y en Núñez abrazó la gloria. Y nada menos que en la cara de Boca, ganándole las finales de la Supercopa Argentina y de la Libertadores 2018. En los encuentros decisivos del torneo continental el Oso fue clave. Con un remate cruzado, puso el 1-1 parcial en la ida en la Bombonera, segundos después de que River sacara del medio tras el 10 de Ramón Abila. Y exigió a Izquierdoz, quien cabeceó en contra de su arco un centro de Pity Martínez en el 2-2. Y también fue vital en Madrid. También puso el 1-1 parcial para así dejar atrás aquel niño que iba a la Bombonera y convertirse en verdugo de Boca. Juan Fernando Quintero se corporizó en la imagen del terror para Boca. Ya
sin el Pity Martínez (la pesadilla del club Xeneize durante 2017 y 2018) el colombiano es el recuerdo latente de la final de Madrid. Es que desde su botín zurdo salió disparado el misil que se clavó en el corazón boquense. Hizo el gol con el que River empezó a abrazarse a la Libertadores 2018 y que derrumbó las ilusiones rivales. Juanfer volvió muy bien (luego de la rotura del ligamento cruzado anterior que sufrió en marzo) y seguramente estará sentado en el banco visitante de la Bombonera. Desde allí soñará con ingresar para aportar lo suyo y tratar de darle otro golpe a Boca. Ignacio Scocco deseaba con muchas ansias convertirle a Boca desde que se puso la banda roja. Fanático de River desde chico soñaba con gritar un gol contra el eterno rival. Se le hizo realidad. En la final de la Supercopa Argentina en Mendoza entró en el segundo tiempo y sentenció el partido convirtiendo el 2-0. No fue el único gol que Scocco le hizo a Boca. Seis meses después, en la Bombonera, por la Superliga, también selló la victoria Millonaria con un tremendo remate. Franco Armani llegó a River en enero de 2018 e inmediatamente se convirtió en una figura estelar. Y rápidamente se metió en el corazón de los hinchas de River. ¿Cómo? Brillando contra Boca. Es que el casildense fue el mejor del encuentro que River le ganó al Xeneize en la final de la Supercopa en Mendoza. Atajó cuatro pelotas clave. Y en la final de la Libertadores en la Bombonera le sacó un mano a mano a Benedetto que aún se recuerda de un lado y del otro...
Los verdugos de River
Hace casi dos años, en el Sur del Gran Buenos Aires, con la camiseta de Lanús, pero contra el mismo rival y el mismo DT, Esteban Andrada e Iván Marcone, hoy en Boca, fueron dos de los artífices del último cruce internacional que perdió el River de Marcelo Gallardo. ¿Podrán repetirlo ahora con Boca en la Bombonera? Aquella noche del 31 de octubre, en Arias y Guidi, la Fortaleza fue testigo del último golpe a este ciclo exitoso de los de Núñez. Con un escenario incluso más favorable que el que presenta ante Boca (había ganado 1 a 0 en la ida y ganaba 2 a 0 en la vuelta), aquella vez ocurrió una hazaña teñida de épica granate. Con Jorge Almirón en el banco, Acosta y Sand como bandera pero con Andrada bajo los tres palos y Marcone siendo el dueño del mediocampo.
Para Marcone, de los mejores en el clásico del 0 a 0 de la Superliga pero sin un gran encuentro en la ida de las semifinales, este Boca está diseñado distinto a como lo estaba aquel de Almirón. Igual tienen que sacar adelante la serie. “Es el partido más importante que tenemos. Debemos ser inteligentes y plantearlo de la mejor manera. Hay que confiar en lo que hacemos y ser optimistas”, repasó uno de los pocos futbolistas con características defensivas que estarán contra River en el campo. Alguna vez, el ex Arsenal y Lanús afirmó que “los jugadores de River aquel día no reclamaron el penal porque ganaban 3 a 0 la serie... eso les pesó”. De aquella noche fatídica, parece, River y Gallardo aprendieron la lección. Y desde ahí no perdieron más un cruce internacional.
Andrada, por su parte, reflejó cómo están trabajando en estos días. “Hemos ajustado varios detalles. Sabemos que tenemos herramientas. Va a ser duro pero llegamos bien. Si el equipo está convencido de lo que tiene que hacer cualquier línea va a funcionar”, contó Sabandija, quien enfrentó ya a River en la final de la Copa en Madrid y no pudo evitar la derrota. Tanto él como Marcone tuvieron un 2017 de ensueño contra River. Porque en febrero de ese año, golearon 3 a 0 a los de Gallardo en la final de la Supercopa Argentina.
Carlos Tevez no tuvo una participación decisiva en los últimos Superclásicos coperos pero en La Boca aún recuerdan que en la revancha de la semifinal de la Libertadores 2004 se vistió de héroe en rodeo ajeno cuando convirtió el 1-1 parcial en el Monumental (luego River ganaría el encuentro 21 aunque Boca pasó por penales) y festejó haciendo la gallinita (terminó expulsado). En la final de ida de la Libertadores 2018 en la Bombonera hizo una gran jugada en la que le sirvió el gol a Benedetto sobre el epílogo del partido pero Armani lo dejó sin festejo. Ahora, quince años después, el Apache buscará su revancha... ■