Los dos pilares del Servicio Exterior de la Nación
La Asociación Profesional del Servicio Exterior (APSEN), fundada en plena democracia, el 26 de marzo de 1985, integrada y dirigida por funcionarios de carrera del Servicio Exterior, cuya presidencia, comisión directiva y tribunal de ética, se renuevan a través de asambleas cada tres años y cumplen básicamente con la proyección de la carrera diplomática, para atender las justas demanda de sus profesionales y para que la sociedad sepa qué es la diplomacia y para qué sirve el Servicio Exterior de la Nación. Hoy en día es tan importante su trabajo y acción como la publicación y su difusión, sobre todo en esta digna profesión de la diplomacia, una de las más importantes herramientas del Estado sobre la que existen infinidad de preconceptos y desinformación, incluso ha podido llegar a tener hasta mala prensa por exigírsele el cumplimiento de objetivos que no le competen, responsabilidades que no tiene o alcances que están fuera de su jurisdicción.
Porque hoy es más importante que nunca saber lo que se requiere hacer desde el Servicio Exterior, para coadyuvar a establecer el lugar de la Argentina en este mundo globalizado, interdependiente y sumido en una de las crisis más profundas. De allí la necesidad insoslayable de contar con una Cancillería dotada de un cuerpo de profesionales como los producidos por el Instituto del Servicio Exterior (ISEN), creado en 1963, de probada formación intelectual y técnica, que le dio a la diplomacia un alto grado de transparencia, habilitándola para nuevas miradas que abordaran materias de estudio que hacían a la realidad mundial. Figuras o disciplinas como nuevas tecnologías, derechos humanos, ciencias políticas y sociales e idiomas, determinando sus derechos y obligaciones establecidos por una ley de la Nación, cuyo estricto cumplimiento, defendido por el APSEN, sirviera de garantía para que una política exterior al servicio de los intereses nacionales pudiera ser llevada a la práctica con éxito. El ISEN y el APSEN se constituyeron en verdaderos pilares de los objetivos de la Cancillería argentina, con plena conciencia para que el conjunto de sus destacados recursos técnicos y humanos sean utilizados frente a los desafíos del mundo. El ISEN llevaba veinte años produciendo la innovación y el intercambio, cuando se fundó la APSEN como herramienta eficaz para el desarrollo de sus carreras. Porque a lo colectivo de la diplomacia, el APSEN incorporaba su mirada sobre el mundo individual de sus afiliados, sus problemas en el ejercicio de la labor diplomática, sus necesidades más acuciantes. Se impulsaba a trabajar en el conjunto de una problemática sobre la cual giran en parte intereses fundamentales de la Nación. Así, lo individual y lo colectivo, la formación profesional y requerimientos particulares de una labor que abarcaba el planeta, se vieron fortalecidos desde un abordaje tan justo y novedoso.
De allí que la incorporación del ISEN y el APSEN hayan producido un crecimiento de la calidad del Servicio Exterior de la Nación que permite que hoy se lo señale como uno de los más sólidos. Pero siempre luchando para que cada nuevo gobierno no tome a la Cancillería como un botín de guerra, nombrando además 25 diplomáticos que no son de carrera, directores de las diversas áreas geopolíticas y económico-comerciales, a cargo de ellas, a personas que no tienen la debida formación para dirigirlas como los profesionales del Servicio Exterior. Albino Gómez
DIPLOMÁTICO, PERIODISTA Y ESCRITOR