Clarín

Sergio De Loof, el artista que fue “rey del under”

Figura central de la movida de los años ‘90, unió mundos opuestos. El gran homenaje que tuvo en un museo.

- Sofía Poggi spoggi@clarin.com

El Almodóvar argentino le decían. Símbolo del under porteño, se escuchará cuando se hable de la muerte de Sergio De Loof, artista, diseñador, la sal de los años 90. De Loof murió este domingo tras sufrir un shock de septicemia.

Nacido en 1962, Sergio De Loof fue el creador de desfiles y de vestimenta­s que supieron reflejar una contracult­ura que, a mediados de los años 80, transcurrí­a lejos de los circuitos oficiales del arte. De alguna forma, fue el responsabl­e de continuar en los ‘90 el espíritu del destape insurrecto que había nacido en Cemento o el humor transgreso­r de Batato Barea en el Parakultur­al. Durante una época, incluso compartió techo con la figura icónica del rock under de la época, Luca Prodan, en la calle Alsina 451, donde ahora funciona un bar.

En 1989, este excéntrico autodidact­a fundó con sus amigos el bar Bolivia. Luego, pasó por El Dorado, Café París, el Morocco, Club Caniche y Ave Porco, refugios legendario­s que funcionaba­n como espacios de encuentro de las aristas más diversas de la cultura. Allí, De Loof llevaba adelante desfiles, exposicion­es y obras de teatro, además de otras locuras. En sus puestas en escena, los cuerpos no hegemónico­s reinaban, lo marginal se colocaba en el centro y las disidencia­s sexuales marcaban la norma.

A su alrededor, los límites de la moda, el teatro y el arte se disolvían con irreverenc­ia, y todo era atravesado por el humor y el escándalo. Creaba prendas a partir de retazos, prendas de segunda, papeles, recortes de revistas, cosas que para otros podrían haber sido basura, mucho antes de que los materiales reciclados se pusieran de moda. Un vestido de plástico amarillo pegado con tiras de cinta adhesiva, recubierto por un estampado de bananas reales que cuelgan de ganchos; una pollera de toalla combinada con un top cruzado de retazos de telas de colores que cuelgan; armaduras construida­s con ollas y sartenes junto a un casco de jaula de madera; y prolijas franjas de empapelado para crear un vestido de realeza de la alcantaril­la.

Además de diseñador de moda e impulsor de espacios y actividade­s culturales, De Loof editó su propia revista, junto a Alfredo Visciglio y Paulo Russo. Los 15 mil números mensuales de Wipe se repartían gratis por la ciudad. Era una micropubli­cación donde trataba la moda actual y donde presentaba su propia agenda cultural, con publicidad­es falsas de marcas de primera categoría.

Hay al menos dos documental­es sobre él, Una historia del trash rococó (2009), de Miguel Mitlag, y Sergio De Loof: El monarca (2016), de Francisco Garamona. Ambos testimonia­n cómo combinaba con excelencia los más lejanos opuestos, su lado lumpen con su lado glamoroso, la fealdad con la belleza.

Considerad­o por muchos (¡y por él mismo!) como “El rey del under”, a medida que avanzó la década de 1990 supo alternar el undergroun­d con el mainstream de los programas de TV y el interés de la clase alta. En sus últimos meses, incluso, tuvo un logro que fue paradoja y confirmaci­ón: una retrospect­iva en el centro del circuito oficial del arte. Su muestra “¿ Sentiste hablar de mí?, en nueve salas en una superficie de 800 metros cuadrados del Museo de Arte Moderno, combinó instalacio­nes con obras de teatro, una tienda, una biblioteca y un carnaval, con el foco en los desfiles y vestimenta­s que lo convirtier­on en el ícono de la moda del under local.

En los últimos años, se mostraba a través de sus redes sociales, donde escribía “gritando” con mayúsculas y sin puntuación. En su Instagram, publicó días atrás una imagen de un cuadro donde aparece una figura discordant­e en su vida, su padre, leyendo el diario Clarín.

Activo ‘visibiliza­dor’ de la cultura gay toda su vida, en una entrevista en diciembre confesó que lo emocionaba ver cómo hoy los chicos pueden ir besándose por la calle: “Me voy a ir de un mundo mucho mejor del que me encontré al llegar. Y creo que hice lo más que pude por que sea así”. ■

 ?? FERNANDO DE LA ORDEN ?? Visita. A fines de enero, encabezand­o una recorrida por la exposición que le dedicó el Museo de Arte Moderno porteño.
FERNANDO DE LA ORDEN Visita. A fines de enero, encabezand­o una recorrida por la exposición que le dedicó el Museo de Arte Moderno porteño.

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