Nueva York se encamina a un potencial desastre sanitario
Es el mayor foco de la infección en EE.UU. La crisis es tal que anticipan la graduación de los médicos.
Apenas días después de que el gobierno de Nueva York le ordenara a la población permanecer en casa, las autoridades se movilizaron para lo que se insinua claramente ya como un potencial desastre de salud pública. Al establecerse como el mayor foco de infección de coronavirus a nivel nacional, la ciudad se ha convertido en una señal de alarma, e incluso en una lección para el resto del país, donde el total de muertos por coronavirus rebasó los 1.000. “El canario en la mina”, como señala el gobernador Andrew Cuomo, un demócrata, para advertir que su Estado y la ciudad pueden anticipar loq ue ocurrirá en todo el país.
Una morgue improvisada fue instalada afuera del Hospital Bellevue, mientras que a la policía de la ciudad, cuyas filas han sido mermadas por el número de infecciones al interior del departamento, se le ha pedido patrullar calles semivacías para hacer valer el distanciamiento social.
Funcionarios de salud pública buscaron camas y suministros médicos, e hicieron un llamado para tener más médicos y enfermeras por temor a que el número de casos se dispare en cuestión de semanas, abrumando a los hospitales, como sucedió en Italia y España. La Universidad de Nueva York permitirá que sus estudiantes de medicina se gradúen antes de tiempo para que puedan unirse al frente de batalla.
A nivel mundial, el número de muertos rebasó los 21.000, según un conteo realizado por la Universidad Johns Hopkins. En Estados Unidos, hay 1.151 decesos con 12 mil casos nuevos las últimas 24 horas, 79.785 en total. En el estado de Nueva York hay más de 30.000 casos y alrededor de 300 fallecimientos, la mayoría de ellos en la ciudad de Nueva York.
El gobernador-Cuomo, en un nuevo llamado de ayuda para lidiar con la pandemia, atribuyó el número de casos al papel que juega la ciudad como acceso a los viajantes internacionales y a su densidad de población: 8,6 millones de personas que comparten el metro, elevadores, edificios residenciales y oficinas.
“Nuestra cercanía nos vuelve vulnerables’’, declaró. “Pero es cierto que tus mayores debilidades también son tus principales fortalezas. Nuestra cercanía nos hace ser quienes somos. Eso es Nueva York’’.
El mandatario regional ciriticó a la Casa Blanca al advertir que las repercusiones económicas del coronavirus en Nueva York serán enormes, y criticó al gobierno federal acusándolo de no incluir las pérdidas de ingresos en el paquete de rescate económico de 2,2 billones de dólares. “La medida que tomó el Congreso, en mi opinión, simplemente no llega a cubrir las necesidades que tenemos’’, declaró el mandatario regional.Me pareció irresponsable, desatinado’’.
Cuomo denunció que el coronavirus está asestando un golpe doble al estado: por un lado, implica gastos más altos y por el otro también le causa pérdidas de hasta 15.000 millones de dólares en ingresos no percibidos, debido a la gran cantidad de negocios que han tenido que cerrar y despedir a sus trabajadores.
Algunos expertos de salud pública también atribuyeron el enorme número de casos en la ciudad, en parte, a la enorme campaña en el estado para realizar análisis a sus habitantes.
Troy Tassier, profesor de la Universidad Fordham que estudia epidemiología económica, insinuó que el incremento demuestra que Nueva York habría tenido mejores resultados de haber ordenado antes el distanciamiento social.
En San Francisco, casi 7 millones de personas del área estaban prácticamente confinadas a sus hogares el 17 de marzo, y California ordenó un aislamiento casi absoluto para sus 40 millones de habitantes tres días después.
La orden de permanecer en casa no entró en vigor en el estado de Nueva York hasta la tarde del domingo 22 de marzo, y el sistema escolar que atiende a 1,1 millones de estudiantes en la ciudad no se cerró sino hasta el 15 de marzo, mucho después del cierre de otros distritos.
El doctor Mark Dworkin, profesor de epidemiología en la Universidad de Illinois, campus Chicago, dijo que que actuar con presteza es esencial y, a veces, complicado en las primeras etapas, cuando el público no percibe una amenaza inminente.
“Al principio, creo que existe cierto escepticismo de lo que está sucediendo’’, comentó. “Creo que eso contribuye, en cierto grado, a no apresurar las medidas de control que sabemos que debemos implementar”, sostuvo. ■