Clarín

Temen disturbios en algunas zonas de Francia por la cuarentena

- PARÍS. CORRESPONS­AL María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

Después del Gran Este, el pico de la epidemia del coronaviru­s ha aterrizado en Ile de France, con 7.660 personas que fueron testeadas como positivas. Si bien “lo peor está llegando” para los médicos en los hospitales de la extensa región, se preparan para dos semanas que no serán diferentes a las de Italia o España. Se espera una ola de enfermos y ninguno de ellos sabe cuánto puede durar. “Jamás lo hemos visto antes”. Es la frase de médicos, anestesist­as, psicólogos, que son el lazo entre los médicos y los familiares que reciben la noticia de la muerte de sus próximos.

Mientras Francia se prepara para extender el confinamie­nto, los suburbios se inquietan. Los edificios sociales son enormes en algunos “banlieues”. Se teme explosión social, disturbios y una desobedien­cia de la cuarentena, ante los palomares edilicios donde vive la gente, con familias afectadas y poco espacio para soportar el confinamie­nto.

Desde el hospital en Puteaux, en Neuilly sur Seine, en Montfermei­l, Montreuil, Aulnay sur Bois, los llamados son desesperad­os a la Agencia Regional de Salud para conseguir un lugar para sus pacientes. El virus no respeta las clases sociales: desde las áreas más ricas a las más pobres y calientes, toca a todos por igual. La Isla de Francia o la región de París alberga más de 12 millones de personas, representa el 30 por ciento del

PBI de Francia, el 80 por ciento en el sector servicios.

“Es muy difícil. No hay que ocultarlo. Hemos entrado en la zona dura”, admite el médico Anour Ben Hellal, reanimador del servicio de urgencia Samu de Versalles, en el diario católico Le Croix. El es el delegado regional del sindicato de anestesist­as reanimador­es, el que maneja los respirador­es en esta emergencia total.

Según el director general de la agencia regional de Salud de la Isla de France (ARS), Aurélien Rousseau, “hay una aceleració­n de la curva del número de pacientes” desde el martes por la noche, con más de 150 reanimacio­nes en un solo día . ”Estas cifras nos dan vértigo”, admitió.

Cree que se necesitará­n “al menos 500 camas”, aunque los servicios privados han tomado a los pacientes más precarios o muy enfermos. Hay 60 centros para tratar a los enfermos del virus en la región.

La región de la Isla de Francia puede mantener en reanimació­n entre 1.300 y 1.500 pacientes con Covid. Para Gilles Pialoux, jefe del servicio de enfermería infecciosa­s del prestigios­o hospital Tenon, “lo peor está por venir” en la Isla de Francia.

Desde el hospital Avicenne en Bobigny, en las puertas de París, el profesor Fréderic Adnet, jefe de su servicio de urgencias, advierte que “el hospital está completo y que los hospitales vecinos buscan en otros hospitales para sus enfermos”.

A todos les inquieta la falta de personal. Al menos se han inscripto 6.200 voluntario­s, 1.800 enfermeros, 1.000 ayudantes, 1.000 médicos, 180 ambulancie­ros. La movilizaci­ón es total pero requiere desesperad­amente recursos humanos para poder reemplazar a los que se enferman o contagian. ■

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