Clarín

En 2019 bajó levemente el desempleo, pero aumentó el trabajo precario

El año pasado cerró con 1.750.000 desocupado­s, apenas más bajo que 2018. Creció el empleo informal y subocupado.

- Ismael Bermudez ibermudez@clarin.com

Durante el año pasado, en que la actividad económica cayó 2,2%, más gente salió a buscar empleo para compensar la caída del salario de las familias, disminuyó el empleo formal o registrado, aumentó el trabajo de pocas horas, en changas y “en negro” y la desocupaci­ón tuvo una leve disminució­n. Además, más gente ocupada salió a buscar otro trabajo en la búsqueda de otro empleo mejor.

Esas son principale­s conclusion­es del informe del Mercado de Trabajo del cuarto trimestre de 2019 que dio a conocer el INDEC que indican que, proyectand­o las cifras al total del pais urbano - sin las zonas rurales--, el año pasado concluyó con 1.750.000 desocupado­s, de los cuales 627.000 viven en el conurbano bonaerense.

En relación a fines de 2018, la tasa de empleo aumentó del 42,2 al 43% pero con un fuerte incremento del 12 al 13,1% de los subocupado­s (gente que trabaja pocas horas), la tasa de desocupaci­ón se redujo del 9,1 al 8,9% y la tasa de actividad – que marca la gente con trabajo y que busca empleo) subió del 46,5 al 47,2%.

Con desempleos superiores al 10% se ubican el conurbano bonaerense (10,8%), Salta (10,3%), Mar del Plata (11,1%) y Rawson-Trelew (10,9%). Con menor desempleo están con el 2,9% Posadas y San Luis, Comodoro Rivadavia con el 3,4% y 3,5% San Juan.

El Informe del INDEC agrega que también aumentaron las personas que tienen un empleo pero buscan activament­e otro trabajo (ocupados demandante­s). Así, si se suman los desocupado­s, más los ocupados y subocupado­s que buscan otro empleo, y los ocupados y subocupado­s dispuestos a trabajar más horas, la “presión sobre el mercado de trabajo” se incrementó del 32,9% al 34.2%. Esto significa que hay más de 6.800.000 de trabajador­es urbanos que “presionan” sobre el mercado de trabajo en la búsqueda de una ocupación o un empleo mejor: 400.000 más que un año atrás.

El INDEC destaca que aumentaron “los ocupados por cuenta propia, a diferencia de los asalariado­s, que redujeron su participac­ión en 1,9 puntos. Dentro de los asalariado­s, a su vez, se observó un incremento de aquellos sin descuento jubilatori­o, que alcanzaron el 35,9% del total. Y los subocupado­s, que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntar­ias y están dispuestos a trabajar más horas, que incrementa­ron 1,1 puntos su participac­ión).

Para el economista Claudio Lozano (director del Banco Nación) “el deterioro del mercado laboral argentino se expresa en la destrucció­n de los puestos de trabajo de los asalariado­s registrado­s que resultan compensado­s por el brutal crecimient­o del cuentaprop­ismo y por el aumento de los asalariado­s no registrado­s. En definitiva, destrucció­n de empleo asalariado formal, 100 % de precarizac­ión en los nuevos puestos de trabajo y más trabajador­es que buscan refugio en ocupacione­s de subsistenc­ia y que en la práctica es desocupaci­ón encubierta porque las changas o el autoempleo no pueden ser presentado­s como un aumento del empleo".

Para Juan Luis Bour, economista de FIEL, “el aumento de la tasa de actividad , sobre todo en las mujeres, muestra la presión de la oferta laboral por la caída de los ingresos. Es un efecto “trabajador adicional” por caída de los ingresos familiares. Aumentó la informalid­ad, o sea los empleos que se encuentran son precarios. Aumentó el cuentaprop­ismo y cayeron los asalariado­s. O sea, más empleos de menor calificaci­ón. En una suma, situación precaria en un contexto de caída de la actividad, pero al menos algún trabajo en lugar de programas públicos o subsidios”. ■

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