De un barrio a otro, cerca de las pasiones
“Ahora vivo en Belgrano porque tengo el helipuerto del Pirovano a tres cuadras de mi casa”. Alberto Crescenti responde si cambió su barrio de la infancia, Boedo, en donde se hizo hincha de San Lorenzo. “Me llamaron, antes de esto, para formar parte de la comisión para que volvamos a avenida La Plata. Yo, a los diez años iba al Gasómetro caminando solo, porque mi viejo ya había fallecido, y era de Boedo. Ahora me nombraron socio honorario por todo lo que hacemos desde el SAME por la ciudadanía, y me iban a dar el carnet correspondiente. Eso quedó para otra oportunidad”, cuenta. “El proyecto para el nuevo estadio va a desarrollar el barrio, porque incluye una escuela primaria, una secundaria y negocios.
Además, vamos a tener que llegar, en algún momento, a que no te maten si te ven con otra camiseta. En Inglaterra pudieron con los Hooligans, así que nosotros vamos a poder con los barras”, se entusiasma en la sede del SAME, que queda a metros del estadio de Huracán, el clásico rival del Ciclón.
Vivir cerca del helipuerto del hospital Pirovano tiene otro significado para Crescenti. Y es el orgullo por el escuadrón aéreo. “Es lo mejor que nos pasó en este sistema. Podemos llegar, por ejemplo, a un siniestro en la autopista cuando está todo colapsado. Mi chapeau a los muchachos. Fuimos hasta Lezama a dar una mano cuando chocó el micro”, se entusiasma, y agrega: “Es imprescindible que la Ciudad lo siga teniendo. Es un sistema de leasing. En el mundo los helicópteros no se compran. El jefe de emergencias de Irlanda considera que son del Tercer Mundo porque no tienen helicópteros. Y nosotros desde 2012 contamos con dos”.
“No, eso es soberbía”, contesta si la pregunta es si se siente el responsable de la actualidad del SAME. “Nadie es imprescindible”, agrega. Y cuenta que siguen formando médicos en la cátedra de Emergentología en la Facultad. “Se puede capacitar y entrenar. Los que están en las ambulancias se formaron con nosotros. Es apasionante este trabajo. Cuando les mostramos los 25 minutos del operativo del atentando a la AMIA y no vuela una mosca quiere decir que tenés un grupo que va a trabajar con nosotros”, dice.