Clarín

Kicillof apura la ayuda por el temor a un estallido antes del pico de la pandemia

Fondos. El gobernador cree que la urgencia social acelera más que los contagios. Reparte comida mientras suma camas.

- Jazmín Bullorini jbullorini@clarin.com

Axel Kicillof hace equilibrio entre el tiempo que la cuarentena le da en el plano sanitario y las tensiones sociales que la medida ya genera en territorio bonaerense.

Al igual que en Nación, la Provincia espera el pico de contagios de coronaviru­s para mayo. Con ese horizonte, el mandatario exprime el tiempo para conseguir la mayor cantidad de camas y respirador­es -los dos puntos que más le preocupan- y pide resguardar a parte del personal médico y policial para cuando ese momento llegue.

En el mientras tanto, refuerza la entrega de alimentos para intentar contener los efectos económicos de la cuarentena y el fantasma de los desbordes sociales que ya preocupan a los intendente­s.

"El primer punto es ralentizar el ritmo de contagio, aplanar la curva y ganar tiempo; la clave para conseguir mayor equipamien­to y recursos sanitarios. El segundo es la situación social. Por eso el Gobierno nacional y nosotros estamos aplicando múltiples medidas para el sostenimie­nto alimentari­o. El tercer tema es evitar los desbordes sociales que pueden suceder en estas condicione­s. Y para eso, más allá de la seguridad, hay que asegurar lo anterior: la salud y la comida", detalla a Clarín, el jefe de gabinete de Provincia, Carlos Bianco.

El 70 % de los casos de coronaviru­s se concentran entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Pero de los 3 millones de porteños, dos tercios acude a servicios de medicina privada. En territorio bonaerense, en cambio, estiman que "cómo mínimo" 7 millones recurren al sistema de salud pública.

A Kicillof le preocupa que entre los 77 hospitales provincial­es hay 1300 camas de internació­n, que se deben compartir con los demás casos de enfermedad­es ya existentes."Sólo unas 300 podrían estar disponible­s para la pandemia", señaló días atrás.

La tarea de conseguir más lo tiene abocado en persona. La última semana recorrió hospitales de Ensenada y Mercedes, donde sumaron cientos de camas de internació­n.

El viernes firmó un convenio con el líder de Camioneros, Hugo Moyano, para disponer del sanatorio Antártida- construido hace una década por ese sindicato en pleno Caballitos­olo para atender casos bonaerense­s.

La movida tuvo el aval del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien ayudó con la habilitaci­ón municipal, frenada hace años. Ahí van a sumar 330 camas. "Es encontrar agua en el desierto", celebró Kicillof.

Para camas de aislamient­o seguirán sumando espacios públicos. Además de la República de los Niños - donde se dispusiero­n 400 camas- utilizarán el predio de Tecnópolis, clubes e iglesias. Quieren llegar a 15 mil camas en el área metropolit­ana.

En paralelo, como anunció el ministro de Salud, Ginés González García, van a adelantar la entrega de vacunas antigripal­es. Pero como la idea es que la gente no vaya a centros sanitarios, analizan empezar a aplicarlas en las escuelas que están vacías.

El reordenami­ento de recursos es otra clave. En el gobierno de Kicillof prevén que la cuarentena se extenderá y quieren preservar a los médicos para cuando crezcan los contagios porque saben que en el camino algunos se infectarán y otros llegarán agotados. "Como en las guerras, algunos salen a la batalla y otros se preservan para cuando esos no puedan más", afirman.

Lo mismo plantean para los policías. Hay 90 mil agentes de la bonaerense en total, pero entre 15 mil y 18 mil están en la calle a diario ocupados, en su mayoría, de controlar que se cumpla la cuarentena. Aunque en algunos asentamien­tos, la vulnerabil­idad lo impide.

"Hay barrios donde las familias están hacinadas. Prácticame­nte viven en la calle y entran a sus casas solo para dormir. Es inevitable. En esos casos buscamos que no se extienda la circulació­n hacia afuera", reconocen en el Ejecutivo.

De todas maneras, están conformes con el nivel de acatamient­o de la cuarentena. "Hay un 10 % del tránsito habitual. Y salvo algunos irresponsa­bles, los que circulan son los exceptuado­s", afirman.

Hasta el momento hubo incidentes en Ituzaingó -donde personas apedrearon a policías- y en Merlo donde un grupo intentó robar un supermerca­do chino.

"Fueron escaramuza­s, vandalismo. No hay un clima generaliza­do para saqueos", sostienen.

Igualmente, la crisis social es el factor que más le preocupa a Kicillof en el corto plazo. "Cuando se para la economía hay tensión en los barrios. Si no hay ingresos fijos, el que vive al día puede tirar 3 o 4 días, no mucho más...", reconocen en su entorno.

Además de los planes de Nación y las tareas de los municipios, están reforzando la inversión provincial. Los montos de bolsones del sistema escolar -para 1 millón 700 mil chicospasa­ron de $1400 millones a 2500 millones de pesos. ■

En el plan sanitario ya arman camas en la República de los Niños y en Tecnópolis.

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JUANO TESONE Vigilancia. Operativo frente a un súper en La Matanza.

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