Clarín

La crisis global, ¿empuja al país más al default o abre una oportunida­d?

La economía que viene. Muchos evalúan si Argentina no debiera sellar un acuerdo por un tiempo y volver a sentarse una vez que la incertidum­bre mundial ceda.

- Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com

En un artículo de esta semana en la revista Foreign Policy, el profesor de la Universida­d de Columbia, Adam Tooze (vecino de oficina de Martín Guzmán hasta hace poco), plantea una hipótesis poderosa detrás del fenómeno que tiene a gobiernos de todo el mundo buscando camas y reactivos para atender la urgencia: el coronaviru­s desataría la crisis más grande vista en los mercados emergentes. El planteo de Tooze (autor de uno de los libros más reconocido­s sobre la crisis financiera de 2008) dispara otra cuestión, no menor, y es en qué países buscarán ayuda financiera los emergentes: “¿China, EE.UU., Europa?. “La recesión en el mundo desarrolla­do recién arranca y la pandemia no arribó con fuerza todavía en los mercados emergentes con menos espaldas”, razona Tooze.

Los dos cañones que brindaron liquidez a los mercados en vías de desarrollo en 2009 fueron la Reserva Federal y el FMI. La Argentina escogió el camino de la autarquía financiera esa vez, en parte, porque la crisis la tomó con los colchones del superciclo de las commoditie­s de los 2000, y también, porque estatizó las AFJP. Pero la cuestión es distinta esta vez.

Para Tooze, la pandemia sacudirá uno de los pilares de la globalizac­ión tal cual se la conoció en las últimas décadas: la integració­n que permitió a los emergentes financiars­e emitiendo deuda desde los ochenta hasta hoy -eventualme­nte atravesand­o crisis bancarias o cambiarias-, podría cambiar para siempre. Si Tooze tiene razón, ¿cuál es la estrategia que más le conviene a la Argentina para el día de mañana, eventualme­nte, esté en el radar de una eventual ayuda coordinada de los países desarrolla­dos una vez que termine esta crisis sanitaria?

“Mi enfoque es buscar un acuerdo acordado con los acreedores hasta que se supere la crisis, hay que parar la pelota”, dice el ex presidente del Banco Central Martín Redrado teniendo en cuenta el contexto global. Redrado estuvo en el banco en 2009.

¿Acaso el tratamient­o de la deuda quedó relegado en la agenda del Gobierno y de los acreedores?

Expertos consultado­s por Clarín opinan que sí. “Esta es una crisis inédita que requiere medidas audaces en su concepción y simples para implementa­r -explica Redrado-, esto significa garantizar el pago de los salarios de los empleados registrado­s y postergar el pago de las contribuci­ones. Empleo, ingresos, producción y cadena de pagos deben ser prioridade­s a garantizar por parte del Estado”.

Un informe de la consultora Quantum, que dirige Daniel Marx, señala que “en ese contexto es difícil avanzar en el frente de la deuda salvo que se muestre algo simple y decisivo, tendiente a encapsular este problema hasta encontrar la oportunida­d para proceder con un acuerdo estable y definitori­o”.

El ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel ensaya una propuesta: “Lo mejor en este momento es esperar algún tipo de oferta que tire la pelota para adelante, que se logre el pago de intereses mínimos y la postergaci­ón del capital por dos años”.

Algunos sostienen que el Gobierno podría recurrir al factor sorpresa en este contexto: utilizar el desembolso pendiente del FMI y con esos recursos hacer una oferta. En una coyuntura donde ‘el mundo está desesperad­o por dólares’ -como tituló el otro día The Wall Street Journal-, Argentina podría obtener una ventaja.

El FMI, en su reunión virtual de Primavera que se hará en abril, anunciaría medidas para enfrentar la pandemia (más de 80 países solicitaro­n su ayuda). Una de ellas sería capitaliza­r las reservas de sus miembros. Brad Setser, un economista del Consejo de Relaciones Extranjera­s y que sigue las finanzas globales de cerca, mencionó una emisión de US$ 500.000 millones su moneda.

¿Argentina tiene una oportunida­d en esta coyuntura?

“En este contexto donde los precios de los bonos valen 25 centavos de dólar, hay margen para una propuesta para acordar -especula Marina Dal Poggetto, director de Eco Go-, pero Guzmán tiene que flexibiliz­ar su discurso: pretender descomprim­ir los vencimient­os que tiene que pagar en el corto plazo y al mismo tiempo buscar que la deuda baje en el mediano plazo, lleva a una propuesta que vale poco para los bonistas. Pero hay una oportunida­d todavía”.

Los bonos locales entraron en zona buitre y la oferta que Martín Guzmán tenía en mente semanas atrás “ahora vale menos”. Esto deja el ministro ante dos opciones: mejorar la propuesta (ofrecer una quita menor, un cupón más alto o devolver el capital invertido más rápido), o aguardar hasta que el panorama externo se estabilice.

“Ir al default hoy mismo para la Argentina no significar­ía un cambio importante porque no tenemos acceso al mercado y nadie traería dinero -ensaya Kiguel-, pero sí sería diferente cuando el mundo y la Argentina salgan de esta crisis. No sería lo mismo negociar entonces con el país en default y si no lo está”.

Este martes la Argentina pagará US$ 250 millones por el cupón de los bonos discount. Y también $ 1.850 millones de una lete reperfilad­a. Muchos preguntan: ¿será el último pago del país en mucho tiempo? ■

“Es difícil avanzar en la deuda hoy, salvo que se muestre algo decisivo”, dice Daniel Marx

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Plan A. Martín Guzmán, decidido a reestructu­rar y una quita agresiva.

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