Clarín

Desde hielo para el fernet hasta una habitación con sol, los pedidos más insólitos

Caprichos. Muchos pasajeros parecen creer que siguen de vacaciones y exigen contar con una atención premium.

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En 19 hoteles preparados por el Gobierno porteño para iniciar la cuarentena están los residentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que llegan desde destinos considerad­os de riesgo por el Ministerio de Salud de CABA. A la vez, hasta las 11 del viernes ya 334 pasajeros “habían hecho check out”. Todos fueron derivados a sus casas para continuar con el aislamient­o obligatori­o.

En el medio, mientras hay quejas de muchos repatriado­s por las condicione­s de su cuarentena y la falta de informació­n, no faltaron los caprichos de algunos.

Desde una pasajera que pidió una habitación que dé al sol para poder sintetizar vitaminas, hasta vegetarian­os y veganos tentados por sandwiches de jamón y queso. También están los que piden cerveza por Rappi y los cholulos que saben que Sergio “Chiquito” Romero, el arquero argentino del Manchester United, está en el mismo hotel.

Dos que no querían quedarse en Ezeiza para que se los traslade al hotel, se quejaron pateando puertas. Terminaron detenidos por la Policía de Seguridad Aeroportua­ria.

La pasajera que pidió cambio de habitación para recibir un poco de sol “quería sintetizar vitamina D y - aclaró- no comer calorías vacías”. La repatriada debe estar informada de que científico­s de la Universida­d de Turín, Italia, recomienda­n tomar vitamina D para combatir el coronaviru­s. Desde la recepción la enviaron a lavarse bien las manos.

Los hoteles funcionan como edificios de aislamient­o extrahospi­talario, no como hoteles. No hay personal de hotelería brindando ningún tipo de servicio. Quienes asisten a los repatriado­s son voluntario­s de Atención Ciudadana, Educación, Turismo, Desarrollo Económico, entre otras áreas.

Se les asigna una habitación, y se les entrega una nota con las normas de convivenci­a y recomendac­iones de salud. Cada persona recibe también un kit de aseo y la ropa de cama necesaria. Las cuatro comidas están garantizad­as. Desayuno, merienda, almuerzo y cena, con opciones vegetarian­a, vegana, kosher o celíaca, si así alguien lo requiere. Pero según pudo saber Clarín, algunos justo deciden cambiar sus hábitos alimentici­os en cuarentena.

Como una persona que, celular en mano, hace un pedido por Rappi. Un voluntario recibe el sándwich de crudo y queso en la puerta del hotel y lo entrega en la habitación. El delivery está permitido. También la indignació­n del voluntario al recordar que esa persona siempre solicita el menú vegetarian­o.

Otro voluntario también reaccionó. “¿Te puedo pedir hielo para el fernet?”, le preguntó alguien. “Para eso -aclaran desde el Gobierno porteño- no estamos”. Tampoco para pedir autógrafos o camisetas firmadas a “Chiquito” Romero, que está alojado en el Cyan Américas Tower.

En ese hotel está Clara Mastronard­i. Ella no sólo entiende que la cuarentena es una medida eficaz, sino que también agradece. “Gracias por estar acá, ayudándono­s, brindándon­os tu apoyo y cuidándono­s, el tamaño de tu entrega no entra en este hotel”, dice el cartel que pegó en la puerta de su cuarto, para los voluntario­s. ■

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Panamerica­no. El hotel ahora es un “edificio extrahospi­talario”.

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