Nueva York: el argentino que reiventó con éxito su restaurante
Después de haber vivido casi 10 años en Estados Unidos, el argentino Ezequiel Vázquez Ger creía que había tocado el cielo con las manos. En abril del año pasado había inaugurado “Seven Reasons” en Washington, un restaurante gourmet de inspiración latinoamericana con un concepto original que se convirtió, en menos de seis meses, en el mejor restaurante de la ciudad para The Washington Post, y el mejor nuevo de todo Estados Unidos para la revista Esquire.
Asociado con el chef venezolano Enrique Limardo y un grupo de inversores, Ezequiel dejó de lado su consultora política para colocar su energía en este emprendimiento que se convirtió de pronto en un lugar top de la capital estadounidense .
Pero en una semana, por culpa del coronavirus, el mundo de Ezequiel pareció desmoronarse. Como tantos otros restaurantes de la ciudad, a medida que avanzaban las restricciones de las autoridades, primero tuvo que dejar de ocupar la mitad de las mesas para mantener la distancia entre los comensales, pero luego lo obligaron a cerrar el coqueto local sobre la calle 14: sólo autorizaban a hacer delivery, casi una sentencia de muerte para un local gourmet.
“Fue el día más difícil de mi vida porque le tuve que decir a las 49 personas que trabajan con nosotros que no iban a poder venir más”, cuenta Ezequiel a Clarín. Pero en este caso hubo un final feliz. A pesar de que muchos restaurantes cerraron por completo y pidieron financiamiento estatal para paliar la crisis, el argentino le buscó la vuelta no solo para mantener el puesto de trabajo a los empleados sino que rápidamente reconvirtió su negocio en otro que funciona aún con enorme éxito, de la mano de mozos y cocineros. Es una historia de resistencia y resurgimiento en momentos en que todo suena oscuro y apocalíptico.
--¿Cómo es tu restaurante? --Quisimos crear un restaurante que fuera conocido no solo por su comida sino por toda la experiencia que se lleva el comensal. “Seven Reasons” es un restaurante de inspiración latinoamericana pero lo latinoamericano no está necesariamente presente ni en el nombre del restaurante, ni en los nombres de los platos sino en los ingredientes, en lo que hay detrás de la comida y en la calidez, en el servicio, en el ambiente, en lo divertido, en la música. Es un restaurante de cocina refinada en un ambiente muy casual. La gente ve cómo Enrique coloca la comida en los platos y ve que está en uno de los mejores restaurantes del mundo. Esa es una de las claves por la cual se explica lo bien que nos está yendo.
-Pero llegó el coronavirus. --Estábamos en el mejor momento, repartiendo entre los inversores un primer dividendo de un 23% de retorno en solamente 9 meses. Cuando llegó la orden de cerrar, nos dejaron la posibilidad de seguir llevando comida a las casas. Pero es un negocio totalmente diferente.
--¿Cómo se adaptaron ? --Cuando nos ordenaron cerrar fue el día más difícil de mi vida . Muchos restaurantes, en lugar de buscarle la vuelta a la situación, decidieron cerrar . Yo quería buscar la forma de seguir vendiendo. Empezamos con 5 personas solamente y le dieos oportunida al tema delibery. Seguramente la gente quiern seguir pidiendo comida y vivir la experiencia de otra manera. En el primer día la facturación fue muy chica, sólo 1.000 dólares. El segundo 3.000, el tercero 4.000 y el cuarto día, que fue un viernes, nos explotó el sistema. ■.