La NBA y sus planes para mantener su maquinaria
La participación de las estrellas del basquetbol en los aplazados Juegos de Tokio 2020 ahora está en duda.
En permanente contacto con las oficinas de la NBA en China, en las que trabajan unas 200 personas, el comisionado Adam Silver tuvo el 20 de enero un panorama del problema que empezaba a crecer mundialmente. A fines de ese mes, casi 45 días antes de que a Rudy Gobert, jugador de Utah, le diera positivo su análisis de coronavirus, los managers de las franquicias ya estuvieron al tanto de lo que podía significar un aumento en los casos en Estados Unidos, que habían confirmado su primer contagiado el 21.
Una vez que se conoció el caso del francés, la liga suspendió la temporada por “tiempo indefinido”. ¿Qué pasó desde entonces? ¿Qué ocurre hoy? ¿Cuáles son los planes a futuro?
Una de las primeras preguntas que se hicieron en la NBA fue cómo sostener la maquinaria. Fue así que pusieron sobre la mesa la idea de aumentar la línea crediticia en casi el doble: de 650 a 1.200 millones de dólares.
Mientras, los tests en los jugadores fueron en aumento. Debido a los cruces entre los equipos y la cantidad de partidos, de algún modo todos habían establecido un contacto en cadena en apenas cinco días.
Los equipos se preguntaron cómo seguir. ¿Dejar que los jugadores se fueran a sus casas, algunos en estados lejanos? ¿Mantener las prácticas? ¿Por cuánto tiempo?
Algunos decidieron de inmediato cerrar sus instalaciones y no permitir que los jugadores fueran a entrenarse. Otras corrieron el innecesario riesgo de abrir sus puertas y poner asistentes a disposición de los basquetbolistas para entrenamientos de media hora diaria. Duró poco.
La conducción de la NBA ordenó que se cancelara todo tipo de práctica y que los empleados se fueran a su casa. Algunos se preocuparon por cómo seguir el tratamiento de los jugadores lesionados y, en menor medida, por saber si mantendrían los ritmos de los entrenamientos.
Todos los cuerpos técnicos les enviaron rutinas a sus jugadores. Algunos equipos se comunican permanentemente con ellos e incluso Houston utiliza una aplicación para celulares que suele usar fuera de temporada para dar el apoyo en la puesta a punto de sus hombres. Los Rockets les pide diariamente a los miembros del plantel que se tomen la temperatura y envíen una foto del resultado.
En esa paleta de colores que es la liga, los intereses de los equipos son disímiles y mientras a los peor ubicados no les importaría demasiado que la fase regular se diera por finalizada (quedan unos 16 partidos para cada uno, en promedio), aquellos que están cerca de los playoffs pero no entre los ocho mejores de cada conferencia no quieren saber nada con esa posibilidad.
De todos modos, quienes están en el fondo de la tabla también tienen potenciales problemas que enfrentar. Por ejemplo, que sus chances de evaluar a los candidatos del próximo draft con los típicos entrenamientos in situ, entrevistas y demás se vean recortadas o directamente impedidas.
¿Cómo definir la temporada si el juego vuelve? ¿Recortar la fase regular? ¿Jugar series de playoffs al mejor de cinco partidos en lugar de siete?
La postergación de los Juegos Olímpicos ayudó pensando en atrasar la definición de la temporada, aunque se convirtió en un potencial problema a futuro.
Habrá que ver cómo se juega el próximo torneo ya que podría durar algo más de lo habitual. Si la liga termina muy cerca de los Juegos figuras como LeBron James (35 años) y Stephen Curry (33) habían manifestado el interés por jugarlos. Todo cambia, a sus edades, con un calendario apretado. Sí estará, según confirmó USA Basketball, Gregg Popovich, el entrenador.
Económicamente, más allá de aquella ampliación del crédito, Philadelphia se convirtió en el primer equipo que propuso una rebaja de los salarios en sus trabajadores (incluyó al cuerpo técnico) con recortes promedio de hasta un 20 por ciento. A las pocas horas, el propietario Joshua Harris se retractó.
La mejor liga de basquetbol del mundo afronta un nuevo desafío. No es la primera vez, pero sí lo es ante un escenario totalmente desconocido.