Operativo desaliento: traban el ingreso a la Ciudad
En las autopistas de la Ciudad la circulación se redujo apenas el 2%. Se formaron largas filas de autos y también de peatones, que debieron mostrar los permisos en puentes y avenidas.
Entrar ayer a Capital fue una verdadera odisea, especialmente en los accesos del Sur. La estrategia del Gobierno para “vaciar” las calles porteñas y del GBA es restringir, desalentar y concientizar a partir de férreos operativos y controles. Es fruto de un acuerdo entre Nación, Ciudad y Provincia y arrancó ayer. El objetivo es dejar en claro que podrán pasar sólo los que tienen el permiso, y que éstos lo harán al cabo de una larga fila, de modo de que circulen estrictamente los que no tengan otra opción. Ayer se registró la cifra más alta de muertos: 48 en un día.
Se reforzaron los controles en los accesos a la Ciudad. En la previa del regreso a la cuarentena estricta -algo que sucederá mañana-, volvieron ayer las colas con kilómetros de largo, hubo demoras de varias horas y quejas. Pero la circulación casi no se redujo. Según datos oficiales, en las autopistas porteñas hubo 133 mil vehículos: 2% menos que el lunes previo. Mientras que en las principales avenidas porteñas registraron, hasta la tarde de ayer, el paso de 155 mil vehículos, con menos de 1% de aumento.
Desde ayer son 40 los pasos habilitados -20 exclusivos para trabajadores de la salud y de fuerzas de seguridad, entre otros- y 27 los que se cerraron en las últimas horas, luego de que el Presidente decretara el regreso al aislamiento más extremo en Capital y el Gran Buenos Aires.
Así, las imágenes de los últimos días de marzo volvieron a verse ayer a la mañana: varias horas de demora para recorrer unos pocos kilómetros, con marcha a paso de hombre. En Puente La Noria, Panamericana y el
Acceso Oeste hubo controles desde la madrugada: los agentes chequeaban los permisos, los documentos y el uso de los tapabocas. También hubo controles más exhaustivos en los puentes peatonales, en donde los vecinos también tuvieron que esperar y hacer colas a la intemperie, soportando el frío intenso de la mañana.
En los trenes también hubo problemas. El foco de atención estuvo puesto en el Sarmiento, para el que comenzó a regir el sistema de reserva previa de asientos. Hubo algunas dudas y una situación que encendió las alarmas: por las demoras en el chequeo de permisos y reservas, la gente terminó amontonada en el túnel de la estación de Merlo (ver página 4).
El objetivo de las autoridades es llegar a mañana con una importante reducción en la circulación, tanto de vehículos como en el transporte público. Por eso intensificaron los controles desde ayer: para que quede claro que aquellos que intenten ingresar a la Ciudad tendrán inconvenientes y demoras para hacerlo.
"Tras el anuncio del viernes, me mentalicé para ‘clavarme’ en los controles. Si bien salí más temprano, cuando llegué al peaje, ya había cola. Esta vez me pidieron que muestre el teléfono y el DNI, y se tomaron unos segundos para chequear la información. Además, me advirtieron que tenga puesto el barbijo”, contó a Clarín el dueño de un bazar, que viajó de Tortuguitas a San Nicolás. El suyo es uno de los comercios que fueron habilitados para trabajar en mayo y que mañana deberán volver a cerrar
“No soy trabajador esencial -agregó-, pero pude pasar porque la app Cuidar me permitió renovarlo. Entiendo que el miércoles ya no podré circular, por eso me arriesgué a salir hoy, porque quiero ordenar el stock en mi local, despachar lo que tenía ya vendido, recibir a un cliente grande y luego organizar el cierre."
Con su bolso al hombro, las manos en los bolsillos y barbijo, Ramón le dijo a este diario, con algo de resignación: "Hay que acostumbrarse. Esta es la nueva normalidad. Estoy un poco cansado, pero ¿qué se puede hacer? Hay que aguantar, porque esto va para largo. Yo me hice a la idea de que estos controles y todo lo que estamos viviendo no termina en dos semanas. Hasta diciembre, esto sigue igual", concluyó el hombre, mientras hacía cola para cruzar el paso peatonal de General Paz y Cabildo.
En otro de los pasos para peatones, el de San Martín y General Paz, Estela se mostró desconcertada: “No entiendo más nada. ¿Para qué estuvimos cien días en aislamiento si no pudimos impedir los contagios? No saben que hacer y lo único que se les ocurre es extender la cuarentena. No
Las autoridades prevén que el movimiento se reduzca desde mañana, al inicio de la nueva fase.
sotros necesitamos trabajar. Si no trabajamos, no comemos. Así de simple", resumió.
Enrique, en el cruce de Balbín, opinó muy diferente: “Me parece bien que controlen. Estamos en el pico y no hay que permitir que la gente vaya y venga. Hay que tomar conciencia porque, si no le ponemos un freno a esto ahora, después va a ser peor", se lamentó.
El secretario de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad, Juan José Méndez, estimó que las demoras irán cediendo con las horas: "Lunes y martes son dos días de transición, porque aún conviven permisos de esenciales con los no esenciales. Deberíamos ver una menor circulación de vehículos y de personas a partir del miércoles". ■