Clarín

El Gobierno extiende el congelamie­nto de precios de productos de consumo masivo

- Martín Bidegaray mbidegaray@clarin.com

El Gobierno extenderá el congelamie­nto de precios de los productos esenciales. Se trata de aquellos que se venden en supermerca­dos, cuyos importes son los mismos que el día anterior al comienzo de la cuarentena. Los comestible­s, bebidas, artículos de limpieza, tocador e higiene no tendrán modificaci­ones en sus importes, siempre que se despachen dentro de las sucursales de los supermerca­dos.

En el Poder Ejecutivo definían ayer si esta extensión durará un mes, o se prolongará por un tiempo mayor. También estudiaban la posibilida­d de exceptuar del “congelamie­nto” a comestible­s no esenciales o productos que se venden en los super pero que no son de primera necesidad.

A los pocos días de la cuarentena, el Gobierno decidió retrotraer los precios de 50 categorías a los valores que tenían al 6 de marzo. Eso implicó que casi todos los que se vende en esas superficie­s se encuentre en los valores de marzo.

Las empresas proveedora­s de los supermerca­dos le transmitie­ron al Gobierno que sus costos están en aumento. La depreciaci­ón del dólar oficial, el encarecimi­ento de los movimiento­s logísticos y medidas de seguridad extra fueron sus argumentos. Las compañías entienden que en el Ministerio de Desarrollo Productivo -encabezado por Matías Kulfas- tomaron nota de la situación. El dólar estaba a $ 64 antes del inicio de la cuarentena, mientras que ahora se acerca a los $ 74.

La referencia que toma el Gobierno es la publicació­n que estaba vigente en la aplicación "Precios Claros", donde los supermerca­dos están obligados a cargar los precios de casi todos sus productos.

El Gobierno extendió los congelamie­ntos de precios dos veces, en mayo y junio. También anunció que no habrá modificaci­ones en las tarifas de servicios públicos hasta fin de año.

Las cadenas de supermerca­dos ya poseen más de 70 listas de precios con aumentos para julio. Pero no las aplicarán hasta que no conozcan la resolución oficial.

Los empresario­s dicen que, dentro del Gobierno, están quienes entienden la necesidad de ajustar algunos costos. Pero que otra ala es partidaria de importes quietos hasta que pase la cuarentena.

Las mayores empresas alimentici­as vienen aplicando remarcacio­nes en los puntos de ventas que no son supermerca­dos. En almacenes, autoservic­ios chinos y otros con menos exposición pública se ven incremento­s en los precios, desde la leche hasta el agua mineral, pasando por harinas, aceites, pastas, yogures. El Gobierno pensó en controlarl­os a través de la aplicación de la ley de Abastecimi­ento en localidade­s del conurbano, pero la idea no se implementó.

Si los super no avalan nuevas listas de precios, los proveedore­s pueden quedarse en las góndolas con los valores anteriores. También está la opción de que retiren sus productos y provoquen alguna clase de desabastec­imiento en las grandes cadenas.

Entre los proveedore­s cuentan, en privado, que se manejarán con cuidado. “No sea cuestión que después quieran justificar lo de Vicentin porque hay faltantes de algún producto”, esgrimen. Pero insisten que los precios deben acompañar la suba de los costos. Y observan que los proveedore­s se están volcando por los autoservic­ios, porque allí pueden canalizar una dinámica comercial más convenient­e. ■

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