Clarín

Ilusión de Larreta para despegarse: “Si el 17 estabiliza­mos, abrimos”

- Fernando Gonzalez fgonzalez@clarin.com

Cada uno tiene su propio aislamient­o. Esta semana están retrocedie­ndo a una cuarentena más rígida los quince millones de habitantes que viven en el AMBA, esa megalópoli­s que va de Campana hasta La Plata, y de la Ruta 6 al Río de la Plata. Pero también tiene que someterse a un encierro Horacio Rodríguez Larreta. La pandemia se transformó en un laberinto político para el jefe del Gobierno porteño: está obligado a tomar medidas coordinada­s con Alberto Fernández y Axel Kicillof, ambos peronistas, preservand­o su perfil opositor. Y hay días en que suena a quimera.

Sabe que no le queda mucho tiempo para marcar esa diferencia. Después de compartir la quinta conferenci­a de prensa consecutiv­a con Alberto Fernández y con Axel Kicillof, intentará ponerle un horizonte a la cuarentena de los porteños. Apuesta todo a quebrar la tendencia ascendente de los contagios y las muertes en las próximas tres semanas. “Si el 17 de julio estabiliza­mos, abrimos otra vez”, ha prometido delante de su gabinete. Una invitación privada al riesgo.

Lo primero que hace Rodríguez Larreta cuando llega a la mañana a la sede del Gobierno en Parque Patricios es chequear el factor R0 de los porteños. Es una variable epidemioló­gica compleja que se ha convertido en lugar común del argot ciudadano. A falta de partidos de fútbol local o de la última obra de teatro de la calle Corrientes, se ha vuelto frecuente discutir en la calle sobre el R0 del barrio de La Recoleta o el de La Boca. Se trata del factor que evalúa la cantidad de contagios que puede generar una persona que acaba de infectarse con coronaviru­s.

La cuestión pasa por conservar el factor R0 por debajo de 1. Si está por encima, el virus se multiplica y, si el R0 es menos de 1, la señal es que la contagiosi­dad disminuye. El R0 actual de la Ciudad evoluciona alrededor de 1,12. La novedad es que en los barrios vulnerable­s como la Villa 31 el R0 está por debajo de 1. Rodríguez Larreta necesita que el R0 total de los porteños descienda y la contagiosi­dad se ponga en retirada. Si eso ocurre, para el 17 de julio podrá cumplir con la promesa de reabrir la cuarentena extrema. En caso contrario, tendrá que extenderla.

La apuesta sanitaria confluye ahora con la apuesta política. Como le sucedió al Presidente, Rodríguez Larreta creció en las encuestas en los primeros meses de la cuarentena. Pero esos mismos sondeos le han comenzado a mostrar los límites de la estrategia del consenso permanente. La suspensión de las salidas a correr, el pulmón de alivio físico y psicológic­o que habían encontrado muchos porteños en medio de la pandemia, es el mayor costo político que debe pagar el jefe de Gobierno. Y la frase del ministro Ginés Gonzalez García, admitiendo que se suspendió a los runners más por simbología que por una cuestión epidemioló­gica, lo dejó a Horacio un poco más expuesto.

“Si cerramos los comercios, no podemos dejarlos a los runners que sigan corriendo”, es la justificac­ión con la que Rodríguez Larreta afronta internamen­te los diecisiete días que pueden ser decisivos para su posicionam­iento futuro. No fue una decisión fácil. A las seis de la mañana se acerca cada día a los bosques de Palermo y trota durante media hora. Desde que se había retomado el running, muchos lo saludaban y el “vamos Horacio” se escuchaba con frecuencia en ese territorio favorable. Son varios, entre los dirigentes que lo acompañan, los que creen que haber mantenido los paseos recreativo­s con chicos puede no alcanzar para compensar políticame­nte el malhumor de los corredores.

El nombre de Rodríguez Larreta apareció durante el fin de semana en el documento de Juntos por el Cambio que denunció las últimas movidas del kirchneris­mo como un modo de buscarse un espacio de impunidad. Fue un gesto de opositor duro que resulta oportuno para contrarres­tar las críticas del ultra macrismo por sus aparicione­s frecuentes con el Presidente. Entre los firmantes no se dejaron ver los gobernador­es radicales Gerardo Morales y Rodolfo Suárez, necesitado­s como Horacio del auxilio de los fondos nacionales y mucho más con la enormidad de la crisis.

Es cierto que si la salida de la pandemia esta lejos todavía, el momento de pensar en las elecciones legislativ­as de 2021 está políticame­nte a años luz. Rodríguez Larreta debe salir indemne del alud de contagios y muertos; necesita conseguir que no se quiebre el Presupuest­o de la Ciudad y lograr que la coalición con los radicales y Elisa Carrió no naufrague. Dentro del PRO, sabe que su mayor adversario puede ser Mauricio Macri si es que el ex presidente decide ponerse a prueba otra vez ante la sociedad que lo rechazó mayoritari­amente hace un año.

Si hay algo que mostró "el almuerzo del COVID”, como llaman irónicamen­te al encuentro que Horacio mantuvo con Martín Lousteau, Emilio Monzó y María Eugenia Vidal en el edificio inteligent­e de Parque Patricios, no es sólo que la ex gobernador­a estaba contagiada del virus. También dejó en evidencia que el proyecto que allí se cocinaba es el de una coalición opositora sin Macri. O al menos con Mauricio en un plano secundario. Una hipótesis que los últimos tuits del ex presidente pusieron en suspenso.

La otra gran incógnita que se plantea sobre el futuro del jefe del Gobierno porteño es cuánto rating tiene la moderación como oferta electoral en la Argentina. Rodríguez Larreta apuesta a consolidar esa bandera. Cree que Alberto Fernández se seguirá radicaliza­ndo hasta mimetizars­e completame­nte con Cristina y el kirchneris­mo duro. Y que allí puede encontrar el camino abierto para su proyecto, mezcla rara de tecnocraci­a, chomba negra y acuerdismo político.

Ya se sabe lo que la crueldad sin pausa del país adolescent­e suele hacer con los moderados, las avenidas del medio y los intentos fallidos de cambio cultural. Lo cierto es que la pobreza avanza y el desarrollo se sigue postergand­o mientras pasan las décadas y los enamorados de la política extrema se suceden en el poder. ■

Larreta cree que Alberto se va a mimetizar con Cristina y que a él puede quedarle abierto el espacio de la moderación.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina