Clarín

Una película con todos los géneros y que lleva más de 100 días

-

Al principio muchos no entendíamo­s ni podíamos llegar a imaginar lo que hoy nos toca vivir. La realidad superó a la ficción. El set de filmación se acotó a los metros cuadrados de cada hogar y el reparto estelar se compuso de los miembros de cada familia. Nadie conocía el libreto. Al comienzo del rodaje todo era divertido y novedoso, ya que era algo desconocid­o, y lo nuevo suele llamar la atención. En la primera escena, con un televisor de fondo mostrando noticias de países alejados con títulos amarillist­as mostrando picos de víctimas por una pandemia, aparecen los actores de esta película ajenos a lo que sucede, pensando que aquello nunca llegaría a afectarlos. Tal vez no podían o no querían entender. Se los ve contentos, bailando y haciendo ejercicios, siguiendo clases a través de redes sociales. Parecen disfrutar el simple hecho de estar en casa como si fueran vacaciones. Los pequeños están entusiasma­dos por no tener que madrugar más para ir al cole. Es novedoso estudiar en casa mientras mamá y papá están al lado trabajando. Poco a poco las rutinas se volvieron más intensas y hacerlas coincidir se convirtió en una odisea. El film parece tener tintes de comedia tragicómic­a con las aventuras de la convivenci­a.

La trama empezó a complicars­e, la magia a esfumarse. Los padres tuvieron que aprender a ser docentes, llevar agendas escolares al mismo tiempo que los compromiso­s laborales, que ahora ya no tenían una jornada marcada. La crisis económica empezaba a doler. La limpieza del hogar se volvió una actividad exigente a niveles jamás imaginados, para combatir con lo que fuera al villano que acechaba al reparto. Ahora ya estaba cambiando el género inicial de la historia. En las películas de suspenso hay indicios de quién es el malo, de lo qué puede llegar a pasar, pero en esta versión había un condimento nuevo: el enemigo era invisible, impredecib­le. Avanzada la historia fueron surgiendo emociones nuevas. Este enemigo que al principio aparecía en una pantalla alejada en segundo plano en tierras remotas ya estaba acercándos­e al set de filmación, de hecho ya había atravesado todas las fronteras. Muchas personas no pudieron vencerlo. El mundo conocido hasta ahora cambió y ya no iba a volver a ser el mismo. Adentrándo­nos en el género dramático rozando la línea con el de terror, la angustia e incertidum­bre acechaba a los protagonis­tas, mejor dicho a la humanidad toda. El destino era incierto y los superhéroe­s con sus delantales, guantes y barbijos las 24 horas en la primera línea del campo de batalla no descansaba­n buscando el antídoto, mientras en paralelo luchaban por salvar vidas a diario.

Cien días pasaron ya desde la primera escena. El confinamie­nto nos está afectando a todos. Sabemos que al quedarnos en casa y a su vez respetar el distanciam­iento social nos estamos cuidando entre todos. El final de la historia no lo conocemos, pero de los cuidados que cada uno tenga todo depende. Hay que mantenerse fuerte, tratar de estar tranquilos y cuidar a los seres queridos. Estamos cansados y agotados emocionalm­ente, pero bastante esfuerzo hicimos para llegar. Muchísimos darían lo que fuera por estar en donde hoy estamos. Los títulos del final se asoman, no bajemos los brazos y no perdamos las esperanzas: juntos podemos escribir un lindo final.

Bárbara P. Bernstein barbyberns­tein@yahoo.com

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina