Otro libro explosivo sobre los orígenes y las intimidades del líder de la Casa Blanca
Mary Trump, la sobrina del mandatario, lo describe como un narcisista, inseguro y peligroso.
“Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo”. Con ese mensaje Mary Trump, psicóloga y sobrina del presidente Donald Trump, anticipa en la tapa de su nuevo libro “Demasiado nunca es suficiente”, que no tiene nada bueno para decir sobre el hombre en la Casa Blanca. Se trata de una memoria reveladora en la que describe a un “narcisista” que ahora amenaza la vida de todos .
La familia de Trump interpuso una demanda para que el libro no se venda en las librerías este 14 de julio. The New York Times y The Washington Post ya publicaron algunos pasajes que retratan décadas de disfunción familiar.
Mary Trump, de 55 años, y con un doctorado en Psicología, escribe que para su tío, “nada es suficiente. Esto va mucho más allá del narcisismo”. Agrega que “Donald no es simplemente débil, su ego es algo frágil y debe ser reforzado en todo momento porque sabe en el fondo que él no es nada de lo que dice ser”.
Mary sostiene que Trump, el presidente, cumple con nueve criterios clínicos que apuntan a que es un narcisista completo. Y aun así, agrega, ese diagnóstico no refleja la totalidad de sus problemas psicológicos. “El hecho es que las patologías de Donald son tan complejas y sus comportamientos muchas veces son tan inexplicables que llegar a un diagnóstico preciso y completo requeriría de una larga serie de pruebas psicológicas y neurofísicas que nunca se sentará a hacer”.
Además, asegura que el magnate reconvertido en político ha estado tan recluido la mayor parte de su vida adulta, gracias a la fortuna de su padre, que “no hay forma de saber si prosperaría, o incluso sobreviviría, él solo en el mundo real”.
Mary Trump, que no tiene relación con el núcleo de la familia desde hace años, describe a su tío como un producto de un padre dominante, Fred Trump, a quien siempre quiso complacer.
La psicóloga es hija del hermano mayor del presidente, Fred Jr., que fracasó en su intento de encargarse de los negocios inmobiliarios de la familia. Y terminó muriendo con 42 años de una enfermedad relacionada con el abuso del alcohol.
A Donald, sin embargo, le fue bien en el negocio y esquivó sus desprecios porque su personalidad era útil para los objetivos del patriarca, a quien describe como un “sociópata”: “Eso es lo que hacen los sociópatas: se apropian de otras personas y las usan para sus propios fines, de forma despiadada y eficiente, sin tolerancia hacia la disconformidad o la resistencia”. El hecho de que el patriarca se volcara en Trump como su sucesor no hizo más que “liberar a la bestia”.
La autora revela, entre otros ejemplos, que el presidente estadounidense hizo que otra persona realizara sus propias pruebas de acceso a la Universidad. Le pagó a otro estudiante altamente calificado, lo que hizo que recibiera una puntuación tan alta que le permitió entrar en la prestigiosa escuela de negocios de Wharton de la Universidad de Pennsylvania.
Estaba “preocupado de que su promedio de calificaciones, que lo colocaba lejos de la cima de su clase, arruinaría sus esfuerzos para ser aceptado”.