IFE ANSeS: en cinco meses el Estado habrá inyectado $ 270.000 millones
Ayuda. Por qué el Presidente decidió pagar la tercera tanda, las restricciones fiscales y el impacto en el consumo.
El miércoles último en la reunión virtual que mantuvo con los gobernadores, el presidente Alberto Fernández anunció que la tercera tanda del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) se pagará en todo el país, tal como ocurrió en las dos primeras. Esto marca un cambio respecto de lo que el mandatario había dicho hace tres semanas, cuando anticipó que el próximo bono solo sería para las regiones que se mantienen dentro de la cuarentena dura, lo que implicaba que la mitad de las 9 millones de personas que hoy reciben el IFE quedaban fuera de este programa.
“El IFE significa que millones de argentinos no caigan en la pobreza, es una herramienta de emergencia que no vamos a poder dar siempre”, dijo el mandatario en el encuentro en el que les confirmó a los gobernadores la extensión del beneficio.
El cambio de postura de Alberto fue motorizado por los propios gobernadores, que desde que se anunció que habría recortes en la tercera fase empezaron a moverse para lograr que su provincia no se quedara afuera. El IFE se puso en marcha en el comienzo de la cuarentena. Iba a ser por única vez, para ayudar a los sectores vulnerables a enfrentar la pandemia. Entre los 9 millones de beneficiarios de este bono de $ 10.000 hay desocupados trabajadores informales, titulares de la AUH, empleadas domésticas y monotributistas de las categorías más bajas. Con la extensión de la cuarentena el IFE se fue recargando y ahora ya entra en su tercera fase. Cada etapa vuelca al mercado doméstico cerca de $ 90.000 millones, un monto vital para sostener el consumo en medio del parate.
Ayer, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, afirmó en declaraciones radiales que los resultados del IFE fueron “muy buenos”, porque sirvieron para “proteger el consumo y el ingreso de las familias, que se había visto muy afectado” por la pandemia. Explicó que el IFE “evita que entre 2,2 y 2,8 millones caigan en la pobreza”.
“El desafío hacia adelante es ver cuáles son las políticas que nos van a permitir ir saliendo de esta crisis, sin descuidar a nadie y también sin descuidar el gasto, que no es infinito”, expresó.
Si bien la idea de que el IFE no es infinito se viene recalcando en los discursos oficiales, prevalece la certeza de que la pobreza está creciendo en medio de la cuarentena. Por eso una vez que la pandemia termine parte de la ayuda que originalmente fue pensada como transitoria se convertirá en permanente.
Por ahora lo que el Gobierno está analizando es poner en marcha un esquema de renta universal que llegue a los tres millones de familias más vulnerables del país.
Todo indica que el déficit fiscal se encamina a cerrar el año con un rojo equivalente al 7% el PBI, tras el 0,5% del año pasado. Para que ese rojo se dispare aun más Fernandez habia decidido acotar la tercera fase del IFE. Ahora que se confirma que no habrá cambios y que seguirá llegando a 9 millones de personas, el Estado desembolsará otros $ 90.000 millones, lo que llevará el gasto erogado por esta partida a $ 270.000 millones en cinco meses.w