Para organizar la vuelta a clases usarán la Matemática del fixture de la Superliga
Expertos de la UBA están a cargo. Ofrecerán a los directores de escuela todas las combinaciones posibles para que puedan cumplir con el estricto protocolo sanitario.
Los estudiantes deben mantener una distancia mínima de 1,5 metros entre ellos dentro del aula; entonces los grados deben ser divididos en 2 o 3 subgrupos de acuerdo a las dimensiones de cada aula; entonces esos subgrupos deben alternarse los días que van; el día que va cada subgrupo se definirá teniendo en cuenta el período de latencia del virus que se estima en 3 o 4 días; además, los alumnos deben entrar a la escuela -en forma escalonada- cada 15 minutos para evitar aglomeraciones; los distintos cursos no deben coincidir entre sí en los recreos; y así mucho más.
Para que puedan reabrir sus puertas, a partir del mes que viene, las escuelas argentinas deberán cumplir con un estricto protocolo sanitario “de base” que fue aprobado por todos los ministerios de Educación del país la semana pasada. Y que contiene estas y otras tantas limitaciones.
Ahora, ¿cómo lograrán los directores de escuela cumplir con todas ellas en forma simultánea? Se producen múltiples dilemas. Por ejemplo, para evitar aglomeraciones, los grados deberán entrar en forma escalonada, pero puede ocurrir que 4°A entre a las 9.45, en el momento que 1°C sale al recreo; si lo movemos 15 minutos más tarde podrán entrar sin problemas, pero porque corrimos a 2°D, que ahora se junta con 6°A que tiene educación física en el patio.
Este tipo de planteos, que consiste en encontrar la mejor decisión posible ante un problema de múltiples combinaciones que se impactan entre sí, ya viene siendo encarado por la ciencia a través de la “optimización combinatoria”, una disciplina que combina Matemática con Ciencias de la Computación.
El problema típico, que suele mencionarse para graficar de qué se trata, es el del viajante: dada una lista de ciudades y las distancias entre cada par de ellas, ¿cuál es la ruta más corta para hacer el recorrido, visitando una ciudad por vez, y volviendo a la ciudad de origen? Al problema se lo puede hacer más complejo si se suma que en alguna ciudad al viajante lo reciben a la mañana, pero en otra por la tarde, y en otra solo los martes y jueves al mediodía. O que se trata de una flota de 4 o 5 viajantes que tienen que combinarse entre sí. ¿Cómo lo resolvemos?
Uno de los expertos más reconocidos en “optimización combinatoria” es Javier Marenco (44), doctor en Ciencias de la Computación y profesor de la Universidad de Buenos Aires. No solo resuelve el problema del viajante y el de cualquier organización que necesite encontrar una solución a situaciones de logística compleja. A eso se dedica, de hecho. Además, se ocupó -junto a otros expertos de la UBA- en armar los últimos dos fixtures de la Superliga, el campeonato de Primera del fútbol argentino. Ese grupo también había trabajado para el fixture del fútbol chileno y para los campeonatos locales de básquet y vóley. Y ahora van por el desafío del "fixture escolar".
Marenco le cuenta a Clarín que para resolver cualquier problema de optimización combinatoria, lo primero que hay que tener en cuenta son todas las limitaciones que uno tiene. En la jerga, a esas limitaciones se las conoce como “restricciones” que son condiciones que sí o sí se tienen que cumplir para que el problema se resuelva bien y que, en el caso de la vuelta a la escuela, son las oraciones que encabezan esta nota y muchas más. En definitiva, todo lo que establece el protocolo sanitario.
En el caso de la Superliga, sigue Marenco, “había cientos de restricciones. Por ejemplo, un equipo dice ‘no puedo ser local en una fecha porque hay un recital en la cancha’; otro dice ‘no puedo jugar de visitante contra un equipo que está lejos y después contra otro que también está lejos porque hay mucho desgaste y es injusto’; otro dice ‘no quiero jugar contra Boca, River y Racing en fechas seguidas’; o estaría bueno que jugaran equipos grandes de visitante en ciudades turísticas en temporada o fines de semana largo; o San Lorenzo juega la Copa Libertadores y no puede tal fecha; u otro equipo no puede entre semanas; o hay que balancear las localías cuando se juega a una sola ronda”, cuenta. “Nos plantearon todas las restricciones y nosotros les presentamos varias opciones. Después ellos eligieron”, remata.
Sobre la base del trabajo que Marenco y su gente hizo con el fútbol argentino fue que al biólogo Diego Golombek
El mismo modelo se usó para definir los últimos dos campeonatos de Primera División.
-que está a cargo de la comisión que redactó el protocolo para la vuelta a clases presenciales en el Ministerio de Educación- se le ocurrió convocarlo para que resuelva también esta particular vuelta a clases.
Marenco cuenta que estuvieron trabajando con el protocolo y que el resultado estará listo la semana que viene bajo la forma de una guía de recomendaciones que se ajustan a las posibilidades de cada escuela. La idea es que cada director pueda seguir esos consejos para cumplir con el protocolo sanitario, para así poder reabrir las aulas. Recordemos que la vuelta a clases dependerá, en primer lugar, de la situación sanitaria de cada localidad y que, se estima, arrancará el mes que viene en las algunas zonas del país donde hace tiempo no circula el virus.
“Lo que nosotros hacemos es el modelo matemático, que representa el tipo de problemas de decisión. Hay software para resolverlos, pero en general son problemas difíciles también para la computadora. Entonces, ahí venimos y hacemos cosas como para tratar de acelerar los algoritmos que lo resuelven, para finalmente conseguir una solución. La técnica se llama programación lineal entera”, explica Marenco.
Pero quizás lo más curioso es que, aunque los dos problemas son complejos, a Marenco le resultó más fácil armar el cronograma escolar que el fixture del fútbol. Y lo cuenta de este modo: “Como problema matemático la vuelta a clases es más sencillo, se resuelve analíticamente. En cambio, cuando te pones a armar un fixture entre 20 equipos y cada uno te empieza a sumar condiciones, eso sí que se pone áspero”. ■