Las “buenas amas de casa”

Domingo Cavallo dijo en una entrevista reciente que “Cristina nos atendía como una buena ama de casa, nos traía el café y servía la mesa. Nunca ella era la interlocutora en temas serios de política". El ministro de Economía del menemismo hablaba de los 90 y se refería así a la actual vicepresidenta. Dos semanas atrás, el comunicador Baby Etchecopar dijo que Cristina Fernández era “el cáncer de la Argentina”. Enseguida fue denunciado ante la Defensoría del Público. En 2009 se promulgó la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, y detalla las violencias: doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática. A fines del año pasado se incorporó la política como otra forma de violencia. 2019 fue un año electoral, y la violencia contra las candidatas no tuvo límites: el Primer Conversatorio sobre Violencia Contra las Mujeres y Disidencias en Política demostró que más del 85% de las candidatas había sufrido violencia machista en redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram: “negra falsa, yegua, abortera zurda, conchaseca”… y así. La más insultada, Ofelia Fernández, que además de ser mujer, es joven. Hace poco a Ofelia le escribieron que merecía ser “violada en manada”. Estos mensajes violentos, misóginos y sexistas funcionan como amenazas, buscan ser aleccionadores. El objetivo: mantener a las mujeres fuera de la política, preferentemente en sus casas, como estuvieron históricamente, sin chistar ni patalear. Pero hay un sindicato de amas de casa que pelea por sus derechos y una ley de jubilación que reconoce el trabajo de las amas de casa. Sobre el trabajo de las amas de casa se sostiene gran parte de la economía capitalista. Igual, en boca del ministro del uno a uno, la frase fue deliberadamente despectiva, como el “andá a lavar los platos” en la calle. Molestan las mujeres al volante, molestan las mujeres en política.