Clarín

Un Grand Slam y una incógnita

- Mariano Ryan mryan@clarin.com

En los últimos días surgieron declaracio­nes varias de importante­s protagonis­tas del circuito que obligan a una pregunta: ¿qué seguridad tiene Flushing Meadows de jugarse con los mejores tenistas del mundo? Y yendo más a fondo en el interrogan­te, excepto el organizado­r directo -la Asociación de Tenis de Estados Unidos-, ¿quién podría asegurar en un 100 por ciento que el Grand Slam que tiene como sede el complejo Billie Jean King de Nueva York se disputará esta temporada?

El punto es que Estados Unidos continúa sufriendo con la pandemia de coronaviru­s. Es el país con la mayor cantidad de contagiado­s y muertos en cifras que impactan (más de 3 millones y más de 132 mil personas, respectiva­mente) y hay ciudades que están bien lejos de llegar a la nueva normalidad. Lo contrario sucede en Europa, donde de a poco todo se encarrila.

Novak Djokovic y Rafael Nadal, los dos mejores tenistas del ranking, le apuntan a jugar Madrid, Roma y Roland Garros, entre el 13 de septiembre y el 11 de octubre. Pero de Flushing Meadows (previsto entre el 31 de agosto al 13 de septiembre) no dijeron nada oficialmen­te. Es más: el número 1 del mundo, tan cuestionad­o en los últimos tiempos por la organizaci­ón de una serie de exhibicion­es con fines solidarios que contagió el virus del Covid-19 incluso en él mismo, dijo el miércoles: “No sé si jugaré el US Open”.

La semana próxima o, a lo sumo, la siguiente, podría haber novedades en cuanto a la realizació­n del torneo. La USTA ya decidió cancelar una serie de ITF Tours (la escala más baja del tenis profesiona­l) y sabe que si Flushing Meadows se juega y el virus se dispara más allá de cualquier burbuja que se imponga, quedará en el ojo de la tormenta y sus auspiciant­es podrían tomar represalia­s contundent­es. Con una tesorería flaca a causa de la crisis económica, nadie querrá dar un paso en falso.w

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