Pandemia, cine y un adiós al compositor Ennio Morricone
La pandemia que nos hace transitar esta extensa cuarentena nos angustia por las víctimas y la situación económica. En lo personal, ansío abrazar a mis hijos, a mis nietos, a mis amigos. Sé que tal vez no sea tan pronto. Pero además de estos lazos de cariño que nos quitó esta pesadilla, lo que más deseo es que podamos volver al cine. Por ello, para quienes amamos el séptimo arte, el mundo de la música está de duelo. Ha partido el compositor Ennio Morricone. Un creador inolvidable. Como dice una de las notas que lo homenajean, se metió en la historia del cine mundial. Con generosidad opinaba que la música acompañaba el film, pero que lo importante era la historia.
Recuerdo como si la hubiera visto ayer, y pasaron 40 años, a Novecento. Con un Robert de Niro jovencísimo, puso ahí su impronta el autor de las bandas sonoras de más de 500 films.
Aunque Ennio dijo, con humildad, que “no era la más importante, pero había funcionado muy bien”, cuando decimos Cinema Paradiso la emoción de la memoria entibia el corazón. Es un film que hizo y seguirá haciendo historia. Obtuvo el Oscar a la mejor película extranjera en 1990. La extraordinaria y dulce melodía sigue sonando en nuestros oídos. La reconocemos de inmediato cuando es recreada en todas las formas y en los más variados espacios. Porque el cine es mágico, la música de Cinema Paradiso, genialidad de Morricone, será por siempre única. Emprendió el último viaje. Tal vez en la imaginación de los ángeles el inocente Toto esté espiando películas para hacerle compañía en el cielo al músico que nos hizo llorar con esa historia maravillosa e inolvidable.
Rosa de la Fuente rosabfuente@hotmail.com