Sobre la violencia de género y los gestos desde el poder
“Es vergonzoso que alguien padezca violencia por ser mujer, que alguien se crea tan macho como para dominar a su hembra, eso no se puede soportar más y debe ser castigado”, dijo el Presidente.
Habría que preguntar a la Presidente de Bolivia qué sintió ante la partida intempestiva de Alberto Fernández. No demostrar respeto ante una mujer, no a la investidura, como tampoco ante las periodistas Cristina Pérez y Mercedes Ninci, lo hace acreedor al señor. Presidente de ser un macho frente a una hembra. Su abrupta salida de la reunión del Mercosur demuestra que pertenece al sistema patriarcal que tanto se habla en esta época y de la cual no puede diferenciarse.
El ejemplo cunde y a menudo vemos como personas o funcionarios del kirchnerismo arremeten con expresiones injuriosas o violentas, en especial, contra las mujeres. El castigo debe ser aplicado contra toda persona que incurra en el delito, sin excepciones. Por tanto, los señores que lleven adelante este tipo de inconductas tienen que saber que no solo los golpes físicos significan violencia.
La violencia es también psicológica y el Presidente y muchos funcionarios practican un tipo de ella que se basa en el poder y el machismo, una fórmula muy explosiva. Existen ejemplos, como el del senador José Alperovich, uno de los casos recientes más resonantes. Violencia ejercida a través del poder político.
Este país necesita que los hechos coincidan con las palabras y quizás menos palabras y más hechos (res non verba). Señor Presidente, la violencia de género no tiene ideología.
Mirta L. Rivero mirlirivero@gmail.com