Las Cataratas del Iguazú, en modo barbijo
Estuvieron 117 días cerradas. Se trata de una prueba piloto, que se ampliaría a zonas con el virus controlado.
Después de cuatro meses, ayer se reabrió el Parque Nacional Iguazú donde están ubicadas. Fue una prueba piloto a la que accedieron 200 turistas de la provincia de Misiones. Disfrutaron algunos saltos, pero no la Garganta del Diablo.
Después de 117 días, el Parque Nacional Iguazú abrió sus puertas y 200 habitantes de la ciudad de Puerto Iguazú pudieron volver a disfrutar de las Cataratas. Se trata de una prueba piloto previa a la recepción de turistas del resto de Misiones, en principio, y luego de provincias donde el coronavirus esté controlado.
Hubo asistencia perfecta por parte de los que habían tramitado el ingreso mediante WhatsApp.
El enorme estacionamiento volvió a poblarse de coches particulares y la gente tuvo un comportamiento ejemplar: todos utilizaron los elementos sanitizantes, usaron barbijos caseros y mantuvieron la distancia recomendada entre ellos.
El Parque habilitó el ingreso de los visitantes a las 9. Hubo un acto en el que participaron el intendente de Puerto Iguazú, Claudio Filippa; el vicegobernador de Misiones, Carlos Arce; el ministro de Turismo, José María Arrúa; su par de Ecología, Mario Vialey; representantes de la emprereciben sa concesionaria de los servicios, y un director de Parques Nacionales.
En esta etapa, los iguazuences sólo pudieron recorrer el Circuito Superior, que ofrece una vista panorámica. No, la Garganta del Diablo. Además, los visitantes tenían la opción de utilizar el tren ecológico para llegar hasta donde se inicia el recorrido o bien caminar por el Sendero Verde, que ofrece un contacto único con la selva.
“En todo este tiempo, trabajamos para mantener en condiciones la zona que usan los turistas, además de operar la planta de potabilización de
agua y la de líquidos cloacales -sostuvo Marcelo Zuliani, gerente de Iguazú Argentina-. Se hizo mantenimiento de vías y en la zona de la Garganta del Diablo retiramos 40 toneladas de hierro de viejas pasarelas”.
Para la reapertura, la empresa instaló alfombras sanitizantes y, en los lugares claves, dispensers de alcohol en gel que se accionan con el pie. Además, después de cada traslado, se realiza la desinfección de los trenes.
La firma cuenta con más de 250 empleados y llamaron a 25. “Hubo un acuerdo y los que no están trabajando el 75% del sueldo. Estamos afrontando esos pagos con los ATP”, dijo Zuliani.
La reapertura del espacio se produjo luego que se aprobara el protocolo, que establece la reserva previa de los tickets; la toma de temperatura en forma aleatoria a la gente; mantener una distancia de 1,5 metros; evitar el contacto con la fauna silvestre; usar tapabocas; lavarse las manos en forma regular, y evitar ingresar con comida o mate. Además, los visitantes futuros deberán contar con una bolsa para depositar los residuos que generen.