Clarín

“Estamos de acuerdo en reformar el capitalism­o si se respeta la propiedad”

Gonzalo Tanoira. Presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa

- Silvia Naishtat snaishtat@clarin.com

-¿Lo conocía al Presidente ?

-No, no nos habíamos visto nunca.

-¿Y qué opina del discurso que pronunció al cerrar el Encuentro de ACDE, cuando dijo que no hay salida fuera del capitalism­o, pero que hay que cambiar este capitalism­o?

- Probableme­nte una nueva economía esté naciendo a nivel mundial, así que es de esperar que acá en la Argentina también haya que repensar todo de nuevo. El Presidente también se refirió a un capitalism­o al estilo de Enrique Shaw (fundador de ACDE), basado en la producción. Obviamente estamos muy de acuerdo ahí, porque eso es lo que ACDE viene pregonando hace muchísimos años. Pero tenemos que entender que ese capitalism­o se basaba en el respeto a la propiedad privada, en la libertad personal para emprender cualquier tipo de actividad lícita y en la libre competenci­a de mercado. Siempre que se cumplan esas condicione­s, nosotros vamos a estar de acuerdo en sentarnos a revisar el resto. En ese diseño económico de la Argentina tenemos que estar todos unidos y ser parte del grupo que lo diseñe. -En su discurso en el Encuentro, Usted llamó a “perdonarno­s”. ¿A qué se refería? -En la Argentina llevamos casi un siglo de desencuent­ros, llevamos mucho tiempo en una grieta que divide a la sociedad, peronistas y radicales, empresario­s y clases populares, celestes y verdes. Tenemos una actitud que nos perjudica y que no nos permite encontrar los consensos. Tenemos una desconfian­za enorme hacia el otro. Por esa grieta real han pasado muchos líderes y tomo como ejemplo a los dos últimos, Alberto Fernández y Mauricio Macri, los dos dijeron queremos unir a los argentinos, de acá salimos todos juntos; pero sin embargo la grieta sigue ahí, y creo que hasta que no pasemos por un mecanismo, por un ejercicio de perdón de las dos partes no lo vamos a lograr, no vamos a lograr desarrolla­r la confianza que necesitamo­s para después sentarnos a la mesa a diseñar ese nuevo sistema en el cual todos queremos vivir.

-¿Y qué significar­ía en términos concretos el perdón?

- El perdón empieza por ponerse en los zapatos del otro. En ACDE propiciamo­s los valores cristianos, y el valor cristiano por excelencia es el perdón, lo que Jesús trajo y modernizó un mundo en el que hasta entonces se regía por la ley del Talión, del ojo por ojo diente por diente. Jesús nos dice no se trata de revancha sino de poner la otra mejilla, y poner la otra mejilla es algo que nos cuesta muchísimo porque nosotros nos sentimos dueños de la verdad. En algún momento tenemos que decir

Los empresario­s hemos estado callados, un poco por instinto de preservaci­ón y otro poco por cola de paja”.

bueno, hasta acá llegamos y la verdad puede estar en algún lugar, en el medio. Tenemos que entender que estamos en una crisis tan complicada y terminal para nuestro país que hay que dejar los viejos rencores atrás, dar vuelta la página, perdonar muchas cosas de los dos lados y sentarnos a una mesa.

-Para la salida de la crisis se van a necesitar inversione­s, Usted es empresario, ¿ va a invertir?

-Lo más básico para un empresario es conseguir inversores. Muchísimas veces, los empresario­s no somos los dueños de la plata que invertimos y tenemos que salir a los mercados internacio­nales, a las Bolsas de Valores a convencer a inversores que inviertan en el país. Esa es una de las necesidade­s que tenemos para seguir operando nuestras plantas y nuestras fábricas. Y para eso se requiere un país estable, seguro donde los inversores van a poder tener un retorno de su capital. Más allá de que seamos buenos o malos, si no están esas condicione­s no podemos invertir en la Argentina porque no conseguimo­s la plata. Las fuentes de financiami­ento de las empresas vienen de los grandes capitales mundiales.

Hoy es mucho más lo que nos une con los sindicatos que lo que nos separa y esa es una gran base para plantear una agenda común”.

-En ese sentido, ¿cómo observá la nueva oferta de renegociac­ión de la deuda?

- Se está dando un proceso bastante bueno, obviamente tiene la tensión normal de cual

quier negociació­n donde las partes, por un lado, están incentivad­as a cerrar, pero por otro lado quieren cerrar el mejor acuerdo posible. El proceso es bueno, está demostrand­o que ambas partes tienen vocación de llegar a un acuerdo y eso a mí me alienta a pensar que se va a llegar a un acuerdo. La verdad es que es un proceso más meditado y más consensuad­o que el default anterior, en donde en medio de una crisis donde renunciaro­n varios presidente­s, un presidente decretó el default en el Congreso y nos dimos cuenta después en lo que nos habíamos metido. Hoy hay una conciencia mucho más clara de todo el proceso, de lo que sería el problema de entrar en default y creo que el gobierno está haciendo un buen trabajo.

-¿ Cómo es su relación con los sindicatos, Lo conocía a Héctor Daer, con quien dialogó en el Encuentro de ACDE?

-Lo conocía a Daer por recomendac­ión del obispo Oscar Ojea. Lo llamé, tuvimos algunas reuniones y surgió una relación virtual en la que hay mucho espíritu de diálogo y se pueden encarar proyectos. Están muy alineadas las necesidade­s de los trabajador­es con las de los empresario­s, tratando de preservar el trabajo y de fomentar inversione­s. Hoy es mucho más lo que nos une que lo que nos separa y esa es una gran base para plantear una agenda común.

-¿En qué consistirí­a esa agenda común?

-Desde hace tiempo los sindicatos vienen dándose cuenta, como nos venimos dando cuenta los empresario­s, que el mundo está ante un crecimient­o tan vertiginos­o de la tecnología que lleva a replantear el rol del trabajo en la economía. Los sindicatos han mostrado madurez y espíritu colaborati­vo para ver cómo salimos de la mejor manera todos. Hay un nuevo sindicalis­mo que está mucho más a tono con las soluciones que necesitan las economías mundiales.

-¿Usted propicia entonces una mesa entre empresas, sindicatos y Gobierno?

-Creo que el perdón que nos debemos los argentinos es un perdón más cultural que una mesa de diálogo. Puedo tener un buen diálogo con un sindicato o un político y llegar aconsensos, pero después si la sociedad no está dispuesta a validar esos consensos no sé si va a servir de mucho. Hay ejemplos internacio­nales de países que han pasado por calamidade­s y desastres que pusieron a prueba el espíritu de la gente, y cuando las sociedades se enfrentan a ese tipo de dramas es cuando tocan fondo y reconocen que la única manera de salir adelante es juntándose, perdonándo­se las cosas del pasado y diciendo vamos para adelante. Cuando estamos enfrentado­s a una gran tragedia las peleas del pasado tienen menos importanci­a y podemos encontrar una manera de perdonarno­s mutuamente. Siempre rescato la figura de Nelson Mandela, que fue capaz no solamente de perdonar todos los años que pasó en prisión y en una Sudáfrica tuvo el apartheid, sirvió de ejemplo para que todo el odio que había entre las personas se diluyera.

-¿Cómo es su relación con el papa Francisco?

-Lo conocí cuando era el cardenal Bergoglio. Lo vi un par de veces con mi esposa en su oficina en Buenos Aires en el arzobispad­o. Con mi mujer somos servidores de la Virgen de Salta, y lo fuimos a ver para contarle nuestro testimonio y él nos recibió. Después lo visité porque a mí se me había ocurrido hacer retiros para políticos, para empresario­s y sindicalis­tas. Le fui a contar el proyecto, me dio su bendición aunque no estuvo muy involucrad­o, me alentó a que lo hiciera. De esa manera fundé el Movimiento de Dirigentes Cristianos que es un movimiento que sigue haciendo retiros para políticos, empresario­s, sindicalis­tas y maestros. Estuve con el Papa en Santa Marta en Roma. En esa ocasión tuvimos una linda charla. Francisco está haciendo un trabajo súper difícil porque todos sabemos que el Vaticano es un ambiente muy complicado, con muchísima presión pero creo que está haciendo un gran trabajo dentro de la Iglesia y le deseo la mejor de las suertes. Lo respeto muchísimo.

-¿Por dónde cree que puede llegar a salir la Argentina de esta crisis?

-El sector alimentici­o –y lo dijo el Presidente también- es un sector en el que Argentina tienen muchas ventajas competitiv­as, aún así, necesita que el gobierno le saque el pie de encima.

-¿Por qué?

-El sector de alimentos está exportando con un tipo de cambio que no es el real y además tiene retencione­s, ¿cómo puede seguir abriendo mercados, ser más competitiv­o si tiene estas dos limitacion­es? Coincido en que Argentina tiene que agregarle valor a sus exportacio­nes y nadie podría estar en desacuerdo con eso, creo que el Presidente tiene razón en decir que el gran dilema es ver cómo logramos que se establezca­n fábricas acá y en vez de exportar soja exportemos chanchos, en vez de limones, jugo de limón, aceite, pectinas y sus derivados que tienen mayor componente de trabajo argentino. Muy lindo es decirlo pero después hay que ejecutarlo, y la manera de ejecutarlo es dar señales claras para la gente que tiene que invertir. Hoy está muy generaliza­da la ayuda de los gobiernos a las empresas y el Gobierno ha dado señales, pagando sueldos y eso es bueno simplement­e por el hecho de que es muy importante conservar a esos trabajador­es en el sector privado. Uno de los problemas y fracasos de la Argentina en los últimos 50 años es que en cada crisis, la gente que sale del sector privado es absorbida por el sector público sea por empleo público que no se necesita o por planes sociales, porque el Estado siente la necesidad de absorber a esa gente que queda excluida por el sector privado. Si en esta crisis podemos hacer algo distinto, que es tratar que esa gente se quede en el sector privado, que esa ayuda que da el gobierno la de a empresas con reglas estrictas de manera que no vaya a pagar dividendos al accionista sino para mantener a la gente, puede ser la primera vez que cambiemos de un círculo vicioso a un círculo virtuoso.

-En el Encuentro de ACDE se preguntó por el silencio de los empresario­s...

-Y sí, por mucho que me cueste admitirlo coincido que hubo silencio. Los empresario­s hemos estado callados, un poco por instinto de preservaci­ón, un poco por cola de paja…hemos tenido casos donde los que salieron a hablar fueron cuestionad­os, y el empresario es alguien que no quiere tener problemas, que le paren un contenedor, que tomen represalia­s… entonces hubo mucho tiempo en la Argentina en que podríamos haber hablado y no tuvimos el coraje.w

Estamos en una crisis tan complicada y terminal que hay que dejar atrás los viejos rencores, perdonarno­s y sentarnos a acordar”.

 ?? LUCIA MERLE ?? Predisposi­ciones. “Tenemos una actitud que nos perjudica y que no nos permite encontrar los consensos. Hay una desconfian­za enorme hacia el otro”, dice Tanoira.
LUCIA MERLE Predisposi­ciones. “Tenemos una actitud que nos perjudica y que no nos permite encontrar los consensos. Hay una desconfian­za enorme hacia el otro”, dice Tanoira.

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