Tapia acumuló otra dura derrota ante sus colegas de la Conmebol
Ahora se desató una interna entre los clubes coperos que pretenden volver a entrenar y el Gobierno.
El rostro de Claudio Tapia no admitió doble lecturas. El presidente de la AFA se enojó. Insistió hasta donde pudo, pero perdió la compulsa por paliza. A excepción de Bolivia y Venezuela, el resto de las federaciones sudamericanas la vuelta de la Copa Libertadores para el 15 de septiembre. Fue por 7 a 1 con las abstenciones mencionadas y un único voto en contra, el de Argentina, que quería reanudar la actividad en octubre. Y con el anuncio de la Conmebol del viernes por la noche se desató una interna entre los clubes y el Gobierno.
“Evidentemente fue una fecha un poco arbitraria la que puso Conmebol. Quizá piensan que para entonces todo habrá pasado, pero por ahora no pasó y lo estamos viendo en América. Sí quedamos con gente de la AFA que, ni bien termine este episodio, después del 17 de julio vamos a empezar a conversar”, sostuvo Gisemana nés González García, ministro de Salud, por la mañana. “Cuándo se vuelve será una decisión estrictamente de la AFA, pero nosotros decimos si están las condiciones dadas y en el AMBA claramente no lo están”, afirmó Matías Lammens, responsable de Turismo y Deportes, por la tarde. En la agenda de la quinta de Olivos, por ahora, no figura una reunión con Tapia.
Las palabras de los funcionarios cayeron pesadas entre los dirigentes. Especialmente en aquellos que conducen clubes que participan en la Libertadores. “El lunes vamos a mandarle una carta a la AFA para saber si podemos empezar a jugar una
más tarde la Copa”, le dijo José Lemme, presidente de Defensa y Justicia, a Clarín. ¿Será en la semana del 22 de septiembre?
“Queremos, por lo menos, tener alguna antelación para que puedan entrenarse dos o tres jugadores en grupos”, añadió. Víctor Blanco había planteado esa posibilidad hace una semana. El titular de Racing quiere, de ser posible, que las prácticas comiencen inmediatamente después del viernes, cuando se pondrá punto final a la cuarentena “estricta” en el AMBA (Area Metropolitana de Buenos Aires). Boca y River están en la misma sintonía. Desde la Boca, incluso, creen que hasta podrían hacer una pretemporada en alguna provincia del interior menos afectada por el coronavirus. Tigre, de la Primera Nacional, también reclama entrenar.
¿Tendrán privilegios los coperos? ¿En qué quedará aquella conferencia de Tapia en la que dijo que volverían los entrenamientos cuando toda Argentina “esté en fase 4”? Será imposible. Por costos y logística, lo más seguro es que antes vuelvan a entrenar los equipos de Primera.
Tapia se alineó a la política sanitaria del Gobierno. Incluso cedió el predio de Ezeiza para armar un hospital de campaña. La tensión con el kirchnerismo, que amenazó con intervenir en el fútbol, se apagó hace dos semanas, cuando fumó la pipa de la paz con Gregorio Dalbón, abogado de Cristina Fernández y Miguel Licht, juez federal hincha de Atlanta denunciado por Pablo Toviggino.
El secretario ejecutivo de la presidencia y el propio Tapia además tuvieron que surfear el escándalo de los vuelos privados que reveló una investigación periodística de Jorge Lanata. La derrota en la Conmebol resultó otro revés.
Al Gobierno no le gustó la decisión del organismo sudamericano que conduce Alejandro Domínguez. Mucho menos, que la semana pasada los dirigentes hayan salido a marcarle la cancha. Sobre todo, Nicolás Russo, quien habló de fechas. El presidente de Lanús deslizó que entre el 5 y el 10 de agosto podrían comenzar los entrenamientos y en septiembre, el fútbol. Y aunque se trata de un hombre cercano a Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, su frase hizo ruido en la Casa Rosada. Justo en la semana en la que empezó a crecer la curva con récord de contagios, cerca de Alberto Fernández pareció desubicada su expresión.
En el medio del tira y afloje los dirigentes empiezan a inquietarse. Observan que en el resto de la región ya sacaron ventaja. Brasil, el país más afectado por la pandemia, anunció que el 9 de agosto comenzará el Torneo Brasileño. “El resto de los países decidieron seguir con el show sin importarles las muertes”, se quejó González García. Pero la pelota volverá a rodar, aunque Argentina mire su propio ombligo.