Clarín

El dilema opositor: diálogo con diferencia­s o confrontac­ión

La relación con el Gobierno. Larreta representa a los que buscan ubicarse en el centro, moderados pero firmes. Macri y Bullrich quieren endurecer el discurso.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

Argentina enfrenta una pandemia al igual que el resto del mundo, pero se diferencia en la "endemia" que padece: una crisis económica recurrente.

Son muchos los economista­s con experienci­a que coinciden con tres factores: 1) que no alcanza para salir de la crisis sólo con un acuerdo por la deuda, cuyo final se podría extender hasta fin de año porque el Gobierno aún debe negociar qué condicione­s le impone el FMI; 2) que la debacle de la economía argentina es tal, que con suerte en 2022 podría volver a la situación de febrero 2020, previo la pandemia, donde el país venía de dos años de recesión y de una inflación del 50%; y 3) que si no se hacen reformas estructura­les, esas de las que se necesita del consenso con la oposición, difícilmen­te Alberto Fernández pueda sortear esta situación.

Tal vez ese consenso el Gobierno debió haberlo buscado unos meses atrás, abril o mayo. En aquél entonces, los propios opositores le daban su apoyo al “comandante” Alberto Fernández -así lo llamaron- para afrontar la crisis sanitaria. Las voces de los dos extremos políticos, no tenían lugar. Ahora será más difícil.

Ocurre que en el medio hubo episodios que agrietaron el escenario. Como la denominada “liberación” de presos; el accionar de Cristina Kirchner para desandar las causas de corrupción que la aquejan; el dictamen para permitir que Amado Boudou cobre su pensión; la propuesta de Fernanda Vallejos para que el Estado se quede con parte de las empresas a las que ayuda por la pandemia; la expropiaci­ón de Vicentin; el cristinism­o impulsando el avance de una causa por espionaje contra Mauricio Macri que contemplab­a meter presos a varios periodista­s; o el crimen de Fabián Gutiérrez, en el que un sector de Juntos por el Cambio intentó involucrar a la vice y desde el Gobierno redoblaron la apuesta acusándolo­s de odiadores y de una actitud canallesca.

“El diálogo con el Gobierno no está debilitado, pero ya no es a libro cerrado. En los primeros meses firma

El viernes hubo una reunión virtual de Macri, Larreta, Cornejo, Vidal, Bullrich y otros.

bas todo”, consienten desde el larretismo. Creen que Cristina complica ese diálogo, como así también los cambios de opinión del Presidente, porque no está claro –dicen- si se va a radicaliza­r o mantener en el medio.

El consultor Carlos Fara analiza que la ocupación del centro de la escena política por parte de Cristina y Macri es el clásico negocio de la “funcionali­dad entre los halcones”, donde los halcones de un lado necesitan que los halcones del otro ganen protagonis­mo para poder existir. “Las palomas de ambos lados están complicado­s”, reflexiona, en alusión a Fernández y Horacio Rodríguez Larreta.

El desafío lo tiene el jefe de Gobierno porteño. Si bien es uno de los protagonis­tas en la lucha contra el coronaviru­s, lo que permitió acrecentar su imagen positiva y ganar en conocimien­to en todo el país, también comenzaron a filtrarse voces críticas en su espacio, dirigidas a él y a María Eugenia Vidal , por su cercanía con Alberto F.

Sin un liderazgo claro, duros y dialoguist­as difieren en la estrategia. Los primeros creen que hay que construir una relación potente con el votante de Cambiemos, porque si se pierde ese voto otra fuerza puede tomar su lugar. Para eso es necesario confrontar con el Gobierno y recién después, más cerca de las elecciones de 2021, ir por quienes no los votaron.

Los dialoguist­as interpreta­n que el votante del 40,8% de Macri está. Y que ahora hay que ampliar la base con aquéllos arrepentid­os por haber votado a Alberto, que creyeron que era distinto que Cristina. Esa posición es apoyada por gran parte del radicalism­o y de la Coalición Cívica.

“Hoy el desafío de Horacio es el de liderar primero el Pro y después a la oposición”, aseguran en el equipo de la Ciudad. Tienen en claro que, después de Fernández, es la segunda mejor imagen del país en la pandemia y que el camino es el equilibrio. En cambio, advierten que Macri en el corto plazo debe buscar protección -fuerosporq­ue Cristina va por él judicialme­nte, y que Patricia Bullrich debe su existencia política a la grieta.

Por las dudas, Vidal ya empezó a reclutar a todos los intendente­s. En Diputados con Alvaro González, Cristian Ritondo y Mario Negri, ejercen el poder real en la Cámara Baja. Al igual que en el Senado con Esteban Bullrich y Martín Lousteau. En cuanto a la UCR, creen que lo de Cornejo es aislado y responde a su interés personal, y que los gobernador­es Gerardo Morales, Gustavo Valdes y Rodolfo Suárez, al igual que Negri, abonan la estrategia del diálogo con diferencia­s. Están convencido­s que internamen­te su poderío es mayor.

Sin embargo todos, después de la lección que les dejó la polémica por el crimen del ex secretario de los Kirchner, intentan bajar el tono de la disputa. El viernes por la tarde, durante una hora y media hubo una reunión virtual con las principale­s espadas de JxC. Macri, Larreta, Vidal y Bullrich por el PRO; Negri, Cornejo, Luis Naidenoff y Lousteau por el radicalism­o; Maximilian­o Ferraro y Maricel Etchecoin por la Coalición Cívica.

Hubo un clima afable. Con Macri y Larreta de buen humor, destacaron la importanci­a de la unidad, de que estén “todos adentro” y ser solidarios entre las distintas instancias –partidos, bloques legislativ­os y los gobernante­s opositores-. También dejaron en claro las diferencia­s. Una mayoría consideró que hay que ubicarse en el centro, es decir, con una postura moderada que atraiga a los independie­ntes pero expresando con firmeza las diferencia­s con la Casa Rosada, sin caer en la confrontac­ión. Sólo algunos plantearon la idea de endurecer el discurso.

Hay quienes recuerdan la propuesta de Lousteau en 2019 cuando proponía ampliar la base de Cambiemos a otros sectores como el GEN de Margarita Stolbizer y los socialista­s santafesin­os. Esa propuesta podría se desempolva­da en algún momento.

¿Hay lugar para consensuar con Fernández? Cada vez más difícil. Prueba de ello es la decisión de Juntos por el Cambio de bajarse de una reunión virtual con el Presidente. Argumentan que querían una reunión a solas con él. La realidad es que creen que al Gobierno no le interesa, y por eso lo comunicaro­n a último momento y compartida con otros pequeños bloques. De hecho, la idea la promovió Sergio Massa, no nació del Gobierno. Por eso todos coinciden en que antes se tiene que crear un contexto de diálogo y respeto.

Mientras los halcones ven riesgoso avalar al Ejecutivo y quedar pegado a iniciativa­s que puedan fracasar, dirigentes afines a Larreta temen otro cosa: el año que viene ponen en juego su triunfo clave en 2017 cuando Esteban Bullrich le ganó a Cristina. Si no afinan la estrategia, podrían ceder muchas bancas en Diputados.w

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No tan juntos. Rodríguez Larreta y Bullrich, referentes de dialoguist­as y duros en Juntos por el Cambio.

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