Clarín

“Yo busco a mi abuela en YouTube y no dejo de flashear”

La cantante y actriz adoptó el alter ego “La niña de fuego”, y apuesta a una renovada estética en su nuevo disco, “Aló”.

- Catalina Deguer cdeguer@clarin.com

Hace dos años, Angela Torres agarró la mochila y se fue al sur del país. Fue un viaje casi espiritual para tratar de encontrar respuestas al interrogan­te de quién era ella y cómo iba a ser su primer disco. Entre las montañas, se puso a escuchar canciones de su abuela, la gran Lolita Torres, a quien señala como su musa inspirador­a. “Me volví loca. Me abrió el corazón”, dice Ángela sobre La niña de fuego, el tema que su abuela cantaba a los 17 años, y que fue una “ventanita de inspiració­n” para un EP de próxima edición, que contará de seis canciones.

Ángela dio sus primeros pasos como solista en 2016, cuando lanzó La vida rosa, una canción cercana al pop. Sin embargo, sus actuacione­s en series y películas y su participac­ión en el Bailando por un sueño postergaro­n el deseo de hacer música propia. Ahora, en junio pasado lanzó Aló, el primer adelanto del material que grabó en España, producido por el español Alizzz, quien estuvo detrás de artistas como Rosalía y C.Tangana, entre otros. “Sentí que me encontré, que ya sé lo que quiero hacer”, explica Ángela.

-¿Por qué elegiste usar el alter ego La niña de fuego?

-Me fui a España a hacer el disco. Me pareció flashero, porque mi abuela cantaba todo andaluz, flamenco, castañuela­s. Ella era eso como artista. Me pareció que había una conexión re loca en eso. Apenas llegué allá, hablé de La niña de fuego, les mostré a mi abuela cantando al equipo y expliqué porque me identifica­ba esa forma de llamarme y fue re mágico, porque enlazó a los que no nos conocíamos y nos puso en una misma sintonía. Entendiero­n mi energía. El nombre me genera ilusión porque veo que las artistas taguen, por así decirlo, la canción con su nombre, que me parece que está buenísimo, pero en este momento eso no me interpela. Creo que la canción ya es muy mía. Me da ilusión que haya pibas que cuando lo canten se digan niña de fuego a ellas mismas y se sientan interpelad­as por eso. Para mí, tiene mucha fuerza llamarse así.

-Tu abuela sigue muy presente en tu vida y en la Diego, claro; cada vez que pueden la recuerdan...

-Creo que mi abuela es muy importante para nosotros, que nos dedicamos a esto. Es como el peón. Mi abuela era mágica. Si buscás un video de ella en YouTube no podés creer lo que ves. Es como un angelito que no podés entender la belleza, y la voz; cómo le salía tan genuina. A mí me pasa eso. Yo no dejo de flashear con mi abuela. La busco y digo: “¿Esta es mi abuela?” La miro y no lo puedo creer. Siento mucha admiración. Me encantaría que esté viva y poder compartir esto con ella. Creo que sería un consejo clave para mi carrera.

-Hay un gran cambio de estética y ritmo entre tu primera canción y “Aló”. ¿A qué se debe?

-Refleja un cambio personal. Siempre busqué ser muy transparen­te a la hora de salir a cantar mis canciones y siento que ahora lo encontré. Hubo un trayecto personal en el medio que tuve que pasar para poder encontrarl­o. El despertar de conciencia en una genera una expansión en todos los aspectos. Las cosas que una va viviendo tiene que ver con la música personal.

-¿Por qué elegiste una estética virtual para el videoclip de Aló?

-Por la cuarentena. Teníamos pensado toda una idea para el video, con un director de España. Estaba a una semana de viajar a grabarlo, pero nos encerraron a todos y tuvimos que pensarlo de cero. Nos pareció que la cuarentena daba lugar para hacer un videíto en el que estar afuera sea virtual y estar adentro sea siendo humano. Me pareció que pegaba, y la parte virtual permitía agregar una historia, un cuento.

Pocos minutos después del lanzamient­o, Aló se ubicó rápidament­e entre las primeras tendencias de Twitter de Argentina. En YouTube ya superó las 2 millones de reproducci­ones. En este trabajo, que la cantante y actriz considera como un nuevo comienzo, fusiona lo latino y europeo con tintes flamencos.

El video mezcla imágenes de Ángela con animé, la estética nipona. La grabación invita a sumergirse en un universo digital donde el límite entre lo real y lo virtual convergen.

-¿Cómo llevás la cuarentena?

-Un poco cansada. Me agobia eso de salir a la calle y pensar: “Uy, no me puedo tocar la cara”. Entrar a mi casa, desinfecta­rme toda; como estar consciente todo el tiempo del virus que hay. Es complicado para la cabeza sentir que no podés estar cerca de alguien, porque constantem­ente la salud está en riesgo. A mí se me está haciendo pesado. Quiero librarme de ese peso que tenemos todes últimament­e. Pero bueno, son las circunstan­cias. Como todos, tratando de pasarlo de la mejor forma.w

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Es complicado para la cabeza sentir que no podés estar cerca de alguien y pensando que la salud de los dos está en riesgo”.

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Punto de inflexión. Así como en un momento primero fue actriz y luego cantante, ahora cambió: la música se antepone a la actuación.

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