Los maestros de cada día
Las prácticas de yoga y meditación que comencé hace 10 años para surfear las olas emocionales de la vida me llevaron cuatro veces a la India, un gigante que combina cultura milenaria con desarrollo, valores espirituales con pobreza extrema y una población diversa sólo superada por China. Las aguas sagradas del Ganges, los Himalayas, el Taj
Mahal, los templos y las costumbres exóticas lo convierten en un atractivo para miles de turistas y buscadores de todo el mundo. Con la Luna llena de julio, en India y en otros lugares se celebra Gurupurnima, o nuestro Día del Maestro. Sólo que en aquellas tierras de santos y críquet la jornada apunta a homenajear a los maestros que, además de enseñar matemáticas y geografía, ofician de guía para elevar a las personas y fortalecer sus valores espirituales. Se los llama popularmente “gurú”, palabra en sánscrito conformada por los términos “gu” (oscuridad) y
“ru” (luz), para distinguir que son aquellos que llevan luz adonde hay oscuridad. Luego la expresión se occidentalizó y es común utilizarla para hablar de “gurú de la cocina”, “de la tecnología” o “de las finanzas”, entre otros. Se dice que los primeros gurús son nuestros padres, quienes nos enseñaron los primeros pasos y palabras. Luego llegaron otros maestros, los de la escuela y la vida. Incluso hay quienes afirman que todas las personas con que nos topamos tienen una enseñanza bajo el brazo. Sabiduría es poder reconocerlos, aprender la lección y avanzar.